De la Rúa y Cardoso liman asperezas
Los Jefes de Estado pusieron paños fríos de alto nivel al conflicto comercial entre Argentina y Brasil.
(NA).– “El Mercosur es para bien de todos, no para mal de ninguno”, enfatizó en Brasilia el presidente Fernando de la Rúa, al defender a rajatabla la continuidad del bloque comercial y la alianza estratégica entre la Argentina y Brasil.
El Presidente argentino llegó a Brasil acompañado de sus principales espadas ministeriales, y buscó junto a Fernando Henrique Cardoso dar una señal política contundente de que los
“problemas técnicos” no empañarán los objetivos estratégicos que tiene el Mercosur para el desarrollo económico, social y político de los países sudamericanos.
El notable elenco que acompañó a De la Rúa y el hecho de que el jefe de Estado haya decidido ir personalmente a Brasil, reflejan la importancia asignada a la resolución de este conflicto.
De la Rúa llegó a Brasilia con el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, el ministro Domingo Cavallo y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, además del presidente del Banco Central, Roque Maccarone.
La efusividad con la que lo abrazó el presidente brasileño al arribar al Palacio Presidencial fue otro indicio de hacia dónde avanzaban las negociaciones.
El conflicto había llegado a su punto de ebullición cuando el ministro Cavallo advirtió que si Brasil seguía permitiendo la devaluación del real, llegaría la hora de replantearse la relación comercial.
Semejante declaración cayó muy mal en el presidente Cardoso y en la aguerrida diplomacia brasileña, lo que obligó a varias comunicaciones telefónicas entre los presidentes.
“Tengo ganas de hablar, voy para allá”, le dijo De la Rúa a Cardoso el sábado último, cuando sorprendió al decidir viajar a Brasil, tal vez asesorado por el canciller Giavarini, quien mantuvo algunos cruces con Cavallo porque tienen matices distintos sobre cómo llevar adelante la relación comercial.
De la Rúa y Cardoso no avanzaron en los detalles de cómo Brasil compensará a la Argentina por el “daño” que una devaluación superior a 30% en el real provoca sobre los exportadores argentinos. Pero sí instruyeron a sus ministros y cancilleres a encontrar “sí o sí” una solución, en encuentros que continuarán hoy.
La necesidad de limar asperezas tiene un objetivo que excede lo estrictamente económico. En medio de la delicada situación internacional derivada de los atentados terroristas en Estados Unidos y la ofensiva militar contra Afganistán, la relación entre la Argentina y Brasil debe estar “más aceitada que nunca”, según se empeñan en señalar fuentes diplomáticas.
En medio del fragor de las declaraciones, De la Rúa no dejó pasar un gesto hacia Brasil: fue cuando agradeció el apoyo que la administración Cardoso le dio al gobierno argentino cuando se gestionaba un apoyo financiero adicional del FMI.
“Tengan la seguridad de que la Argentina estará siempre al lado de Brasil”, enfatizó De la Rúa, cuando ya no había dudas sobre la decisión política que se había tomado al más alto nivel.
(NA).– “El Mercosur es para bien de todos, no para mal de ninguno”, enfatizó en Brasilia el presidente Fernando de la Rúa, al defender a rajatabla la continuidad del bloque comercial y la alianza estratégica entre la Argentina y Brasil.
El Presidente argentino llegó a Brasil acompañado de sus principales espadas ministeriales, y buscó junto a Fernando Henrique Cardoso dar una señal política contundente de que los
“problemas técnicos” no empañarán los objetivos estratégicos que tiene el Mercosur para el desarrollo económico, social y político de los países sudamericanos.
El notable elenco que acompañó a De la Rúa y el hecho de que el jefe de Estado haya decidido ir personalmente a Brasil, reflejan la importancia asignada a la resolución de este conflicto.
De la Rúa llegó a Brasilia con el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, el ministro Domingo Cavallo y el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, además del presidente del Banco Central, Roque Maccarone.
La efusividad con la que lo abrazó el presidente brasileño al arribar al Palacio Presidencial fue otro indicio de hacia dónde avanzaban las negociaciones.
El conflicto había llegado a su punto de ebullición cuando el ministro Cavallo advirtió que si Brasil seguía permitiendo la devaluación del real, llegaría la hora de replantearse la relación comercial.
Semejante declaración cayó muy mal en el presidente Cardoso y en la aguerrida diplomacia brasileña, lo que obligó a varias comunicaciones telefónicas entre los presidentes.
“Tengo ganas de hablar, voy para allá”, le dijo De la Rúa a Cardoso el sábado último, cuando sorprendió al decidir viajar a Brasil, tal vez asesorado por el canciller Giavarini, quien mantuvo algunos cruces con Cavallo porque tienen matices distintos sobre cómo llevar adelante la relación comercial.
De la Rúa y Cardoso no avanzaron en los detalles de cómo Brasil compensará a la Argentina por el “daño” que una devaluación superior a 30% en el real provoca sobre los exportadores argentinos. Pero sí instruyeron a sus ministros y cancilleres a encontrar “sí o sí” una solución, en encuentros que continuarán hoy.
La necesidad de limar asperezas tiene un objetivo que excede lo estrictamente económico. En medio de la delicada situación internacional derivada de los atentados terroristas en Estados Unidos y la ofensiva militar contra Afganistán, la relación entre la Argentina y Brasil debe estar “más aceitada que nunca”, según se empeñan en señalar fuentes diplomáticas.
En medio del fragor de las declaraciones, De la Rúa no dejó pasar un gesto hacia Brasil: fue cuando agradeció el apoyo que la administración Cardoso le dio al gobierno argentino cuando se gestionaba un apoyo financiero adicional del FMI.
“Tengan la seguridad de que la Argentina estará siempre al lado de Brasil”, enfatizó De la Rúa, cuando ya no había dudas sobre la decisión política que se había tomado al más alto nivel.
