<p>Por cierto, en mayo la inflación se aceleró a 3,1% de ritmo anual, sobrepasando la meta oficial para todo el año. Mientras, las ventas al detalle saltaban 18,7% y la producción industrial marcaba 16,5%. Pero el banco central insiste en que la demanda interna aún no se consolida.<br />
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Pero hay una doble lectura. Por una parte, la reactivación en la economía real indica que la política cambiaria es correcta. Por la otra, Hongkong, Singapur y Tokio se aferran a la ortodoxia y piden una reapreciación del yüan. Yendo un poco lejos, Daiwa Capital afirma que “el gobierno del primer ministro Wen Jiabao mantiene políticas mercantilistas que traban la recuperación mundial”. Una exageración, claro, porque el mercantilismo se extinguió hace generaciones.<br />
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Argumentos como los de la firma japonesa da pábulo a ulteriores presiones en el Capitolio, donde varios legisladores planean atacar el “yüan barato”. Su escenario: otra reunión del grupo de los 20, este mes.<br />
“Pese a cuanto dice el gobierno –afirman varios analistas en Hongkong-, la recuperación china está en marcha y presenta síntomas de recalentamiento”. Exactamente, lo mismo que sostenía hace pocos días el gurú Nouriel Roubini. Por su parte, Daiwa estima que la economía sigue dinámica y ello generará presiones revaluatorias desde Estados Unidos.<br />
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Por cierto, Washington necesita que Beijing termine con el dólar a Y 6,83, nivel adoptado en julio de 2008. Precisamente, para proteger las exportaciones contra la crisis sistémica occidental. Tan eficaz fue la medida que, todavía hoy, el yüan se cotiza a 6,76 por dólar en Hongkong.<br />
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El alza de precios minoristas fue el más notable en diecinueve meses. A su vez, el de precios mayoristas registró el piso de veinte meses. Entretanto, la masa monetaria en M2 (efectivo, depósitos a la vista y plazos fijos) creció 21% en mayo. También en ese mes, el crédito sumó alrededor de US$ 94.000 millones. <br />
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Datos económicos chinos que desvirtúan un yüan barato
El aumento de ventas minoristas, precios y producción industrial se opone al discurso de Beijing sobre una recuperación aún vacilante. Por supuesto, los analistas occidentales y Washington- aprovechan para atribuir eso a una moneda subvaluada.