El hecho fue descubierto en el año 2007, cuando en un chequeo rutinario de seguridad, se encontró una bolsa con dólares y pesos en el baño de la entonces ministra de Economía. El periodista Jorge Lanata, quien en ese entonces escribía para Perfil, difundió la noticia al día siguiente en ese diario. El gobierno en pleno salió a defender a la funcionaria, quien a pesar de todo debió abandonar el ministerio. De allí, Miceli se fue a trabajar a la Fundación Madres de Plaza de Mayo, la cual enfrenta también una investigación por fraude y estafas en las que están muy comprometidos los famosos hermanos Shocklender. Allí también trabaja actualmente la hija de Miceli.
La pena de cuatro años implica que Miceli podría terminar tras las rejas, mientras que una pena de hasta tres años la hubiera eximido de prisión. El tribunal oral número 2 decidió esta condena, a la que se suma la imposibilidad para ejercer cargos públicos por 8 años. De cualquier manera, la exfuncionaria todavía puede apelar el fallo. La decisión del tribunal se justificó en “los delitos de encubrimiento, agravado por su condición de funcionaria pública y por haberlo cometido en cumplimiento de sus funciones, y por sustracción de documento público. El dinero encontrado debe ser restituido al Estado”.
“Soy una persona que siempre vivió del trabajo, siempre seguí una línea de conducta. Sigo viviendo en la misma casa desde 1999, en el mismo barrio hace 25 años y estoy pagando un auto en cuotas”, se defendió la exministra, según reporta el diario Clarín.
El líder radical, Miguel Sanz, comparó la situación con la María Julia Alsogaray y dijo que el kirchnerismo se parece cada vez más a los 90.