“Si no aparece la plata, este b….. puede venirse abajo”, prorrumpió el presidente mientras el salvataje se hacía pedazos. Fue una explosión que saltó de la Casa Blanca y quedó a la vistas del público, de una forma que recordaba los peores momentos de Richard M. Nixon o Spiro Agnew.
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<p>Finalmente, los legisladores se retiraron con la esperanza de lograr algo el viernes, El destino del plan Paulson quedaba en agua de borrajas. Tampoco estaba claro si, la noche del mismo día, Barack Obama debatiría –en Misisisipi- con John MacCain sobre la fenomenal crisis financiera de occidente. El demócrata tiene un programa, pero no el republicano. </p>
<p>Cuando Pelosi, Henry Reid (jefe del oficialismo), otros parlamentarios, Obama y McCain llegaron el jueves a la Casa Blanca, las señales del mercado eran positivas y se aguardaba un acuerdo bipartidario para subscribir y convertir en ley velozmente. Pero, de pronto, el diputado John Boehner (Ohio), jefe de su bancada, informó que ésta no apoyará el plan de Paulson y presentó una alternativa con mucha menor intervención estatal. McCain, que criticaba el paquete, ahora se mantuvo en silencio. Todo se deshizo entre recriminaciones dentro y fuera del salón. </p>
<p>Tras la reunión, Paulson se prosternó ante Pelosi y le rogó “no mandar el plan al diablo”. Pero la tercera autoridad del país le hizo presente que “si hubo traidores, fueron los republicanos que tachaban el paquete de socialista. Este escándalo y la anomia del viernes eran justamente lo que Bush no deseaba. Richard Shelby (senador republicano por Alabama) salió del salón oval declarando”hay total acuerdo en que no hay acuerdo”. </p>
<p>Operando lo menos posible, Wall Street esperaba lo imposible. Cerrándose a la realidad, los paneles mayores oscilaban entre lo neutro y alzas de 1,1% . Esto parece especulación a la inversa, en vísperas de un fin de semana muy, muy incierto. </p>
Crisis: Henry Paulson se hincó ante Nancy Pelosi, pero ésta lo desdeñó
Igual que el jueves, la semana cierra con incógnitas sobre el paquete de rescate por US$ 694.000 millones. Con los mercados expectantes, esa cumbre convocada por George W. Bush acabó en una fenomenal gresca entre funcionarios y legisladores.