La débil demanda desincentiva la innovación en todas partes, algo que el Think Tank del Conference Board califica como resultado dramático en la capacidad del mundo para convertir los recursos de capital y trabajo en bienes y servicios.
El crecimiento de la productividad es el elemento más necesario para que aumente la prosperidad en países ricos y pobres. Si desaparece en los próximos años, desaparecerán las esperanzas de que los países ricos mejoren el nivel de vida de sus pueblos y que las economías emergentes puedan ponerse a la par del mundo avanzado.
A criterio de los integrantes del Conference Board, “este parate parece ser el resultado de la menor demanda en los últimos años, que provocó una caída en el uso productivo de los recursos que probablemente esté relacionada con una combinación de rigideces del mercado y el estancamiento de la innovación”. La incapacidad de la eficiencia general– que los economistas conocen como el factor total de la productividad — para crecer en 2013 resulta del menor crecimiento económico en las economías emergentes y de los aumentos en el capital y el trabajo aplicados. El crecimiento de la productividad laboral también cayó por tercer año consecutivo.
Si bien estas mediciones corresponden a economías totales, las empresas redoblaron sus esfuerzos para mejorar la situación. Las mineras más grandes del mundo – BHP Billiton y Rio tinto, por ejemplo, se encuentran entre las que intentan revertir la declinación en la productividad abandonando nuevos proyectos que exigen grandes inversiones y maximizando retornos con operaciones existentes.
El análisis annual del Conference Board usa los datos para estimar el crecimiento económico en todos los países y el aumento en horas trabajadas más la utilización de capital adicional para estimar la eficiencia de las economías individuales. Globalmente, descubrió que el crecimiento de la productividad laboral declinó de 1,8% en 2012 a 1,7% en 2013, luego de haber alcanzado 3,9% en 2010. El factor total de productividad cayó 0,1%.