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<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR"""">En esencia, la resistencia a la baja de alimentos y refinados de petróleo (al margen del actual repliegue en precios de crudos) reducen la capacidad adquisitiva del público a ambas orillas del Atlántico norte. A su vez, la paralela estanflación agrava la ortodoxia que les impide a la Reserva Federal y el Banco Central Europeo recurrir a la rebaja de tasas cortas para estimular el consumo y la economía real.<o:p></o:p></span></p>
<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR"""">Esta combinación de factores parece ampliarse en tiempo y alcances, aunque algunas bolsas –Nueva York, Londres, Francfort, París- vivan en un limbo. Por ejemplo, Steven Wieting, analista de Citigroup ve “síntomas de que la economía global ingresa al estancamiento y está expuesta a más turbulencias”. Colegas japoneses e indios coinciden, aunque señalando que los problemas no son “globales” sino occidentales ni siquiera afectan a Rusia, Brasil, Sudáfrica ni los países petroleros de Levante.<o:p></o:p></span></p>
<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR""""><o:p> </o:p></span><span lang=""""ES-AR"""">A un año de estallar la crisis de malas hipotecas (lo de “subprime” es sólo un eufemismo), a fin de julio las pérdidas contables del sistema bancario por esa vía pasan de US$ 450.000 millones. Antes de extinguirse, el fenómeno noratlántico quizás alcance el billón. Eso reduce la capacidad prestadora de la banca y, por ende, el flujo de crédito a personas y empresas que alimenta a las economías centrales.<o:p></o:p></span></p>
<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR""""><o:p> </o:p></span><span lang=""""ES-AR"""">Así, han sido castigados los propietarios (no “consumidores”) norteamericanos que apostaban al continuo aumento en el valor de sus viviendas para acolchonar futuras jubilaciones. Hoy deben volver a la vieja receta: gastar menos de lo que ganan. Encandilados por una burbuja iniciada en 2001/2, olvidaron que nada dura para siempre y son en parte responsables de daños colaterales, aunque la baja de activos diste de ser global, como si lo es el alza de materias primas.<o:p></o:p></span></p>
<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR""""><o:p> </o:p></span><span lang=""""ES-AR"""">Sin embargo, Richard Berner (Morgan Stanley) insiste en que el cimbronazo llegará a Latinoamérica, Europa del este, Asia oriental, meridional y occidental. “Posiblemente suceda, pero –apunta Paul Krugman- en forma atenuada”. Volviendo a EE.UU., Deutsche Bank estima que la escasez de crédito restará 1,5% anual al producto bruto interno en el trienio 2008-10. Similar diagnóstico vale para la Eurozona, si bien puede ser mayor debido a las altas tasas cortas que el BCE persiste en mantener.<o:p></o:p></span></p>
<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR""""><o:p> </o:p></span><span lang=""""ES-AR"""">A la inversa, poco a poco la RF admite la posibilidad de un círculo vicioso, donde la disminución de préstamos bancarios presione contra el crecimiento del PBI –ya escaso, 1,4% anual- y, a su vez, reduzca el crédito voluntario. Por de pronto, las empresas recortan gastos, posponen aperturas e inversiones fabriles (Detroit es un caso límite). Durante el segundo trimestre, los presupuestos de capital privado se contrajeron a razón de 3,4% anual, señala Merrill Lynch.<o:p></o:p></span></p>
<p class=""""MsoNormal""""><span lang=""""ES-AR""""><o:p> </o:p></span><span lang=""""ES-AR"""" new="""""">La economía norteamericana ha venido eliminando puestos laborales durante siete trimestres seguidos y, al cabo del último, el desempleo urbano tocaba 5,7%. Ambas son claras señales de recesión, no ya sólo de estancamiento, y –a criterio de varios expertos- no cederán en varios meses. Basta un síntoma: en julio, la semana de trabajo efectiva marcó un mínimo récord, 33 horas y 40 minutos.</span></p>