<p>Según ciertas señales, los días 30 y 31 tal vez en busque la manera de promover crecimiento en la mayoría de la zona, si no en todos los 27 integrantes de la Unión Europea. Esto tiene una explicación simple: la región zozobra al borde de la recesión y su desocupación media pasa de 10% de la población activa (Estados Unidos registra “solo” 8,5%). Hay extremos como España (31,7%) y Gran Bretaña (16,5%).<br />
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Existe un problema. Tras años de predicar austeridad, recorte de gastos y aumento de ingresos a Gobiernos díscolos, escasean los capitales de inmediata disponibilidad. Sea a escala local, sea en el presupuesto de la UE. Por consiguiente, hay pocas posibilidades de que esta cumbre logre imponer medidas concretas para impulsar la producción física y el empleo a corto plazo.<br />
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Un grupo de expertos y asesores establecidos en Bruselas (Brueghel) señalaba que la Eurozona “carece de estrategias, más allá de aconsejar reformas más estructurales que estimulen la recreación de empleo. No obstante, eso no dará resultados en lo inmediato”. Entretanto, como reiteran Joseph Stiglitz (Nobel 2001) o Paul Krugman (ídem 2008), “es obvio que, con la austeridad y la rigidez fiscal no se llega a nada. Las medidas monetaristas no sirven”.<br />
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Estos expertos, empero, indican que la UE dispone de cuantiosos fondos acumulados a largo plazo, que podrían liberarse para auxiliar en serio a Grecia, Portugal, España e Italia. Un derechista como Mariano Rajoy (flamante jefe de Gobierno hispano) sostiene que “los excedentes estructurales de la Unión Europea debieran emplearse en estimular el empleo”.<br />
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En otro plano, existe necesidad de estabilizar el sistema bancario, especialmente en la Eurozona, para que las instituciones tengan confianza y financien a empresas pequeñas y medianas. Desde 2000, por cierto, el sector Pyme aporta 85% de los nuevos puestos laborales. La política del Banco Central Europeo –inyectar a la red privada € 489.000 millones a tres años y tasa baja- ha sido de gran ayuda. Lo importante es que en febrero se repetirá la oferta.<br />
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Otro gesto que se espera de la cumbre es de carácter más social. Se trata de facilitar la migración de jóvenes de países en aprietos (Grecia, Portugal, Bélgica, España) a economías prósperas (Alemania, Holanda, Austria, Dinamarca, Finlandia). Una curiosidad: Grecia guarda unos € 15.000 millones en los cofres de la UE. Por su parte, Alemania y Francia dejarán abiertas posibilidades de juntar hasta 25% de los capitales ociosos reunidos en 2011 para integrar un “fondo pro crecimiento” por alrededor de € 60.000 millones. <br />
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Crecer con empleo, frase mágica de la Eurozona
Casi terminado enero y con otra cumbre el lunes, surge un objetivo poco grato para Angela Merkel: abandonar la austeridad ortodoxa. Vale decir, pensar en idioma keynesiano y, por tanto, cambiar de discurso. ¿Sucederá en la reunión venidera?