(NA). – La ola de amenazas de bomba que se registra en buena parte del mundo tras los atentados terroristas que sacudieron Nueva York y Washington afectó hoy (jueves 13) en la Argentina el funcionamiento de la Cancillería, que debió ser evacuada por una hora mientras la inspeccionaban especialistas de la Policía Federal.
Además de la amenaza a la Cancillería, que provocó que el propio Adalberto Rodríguez Giavarini tuviera que abandonar el edificio ubicado en el barrio porteño de Retiro, también hubo falsas alarmas en otras dependencias oficiales, judiciales, oficinas de empresas norteamericanas y el Hospital Israelita.
“Lo hay que tener en cuenta es que hay que preservar la vida del personal, y me incluyo. En el caso de los secretarios, subsecretarios y directores vamos a trabajar al viejo palacio”,
explicó Rodríguez Giavarini mientras cruzaba la calle Esmeralda hacia el Palacio San Martín.
La existencia de una supuesta bomba en el moderno edificio de la Cancillería fue más tarde desmentida por el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, quien la incluyó entre “las tantas falsas alarmas que se reciben en estos días”.
“El ciento por ciento de los avisos que se reciben son totalmente falsos”, agregó Santos en la puerta de la Cancillería, minutos antes de que ese edificio volviera a su normal
funcionamiento.
Mientras tanto, a dos cuadras de ese lugar, una brigada antiexplosivos de la Federal requisaba una oficina de la compañía norteamericana American Airlines ubicada en Santa Fe y Suipacha, donde también se había recibido una amenaza que resultó falsa.
Por la mañana, durante casi una hora, en diferentes dependencias judiciales se recibieron llamados en los que se alertaba sobre la supuesta existencia de artefactos explosivos.
El llamado más significativo se registró en los Tribunales Federales del barrio de Retiro, ubicados sobre la avenida Comodoro Py 2002. Una voz anónima dio aviso de la presencia de una bomba en el lugar, por lo que personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal debió hacerse presente para requisar todas las instalaciones.
En tanto, llamados similares se registraron en el Tribunal número 7, ubicado en Humahuaca 4260; en el edificio del Poder Judicial situado en Cerrito 536; y en el Palacio de Tribunales, en Talcahuano 550.
Además, personal de la Brigada de Explosivos y de bomberos debió hacerse presente en la Prosecretaría del edificio de la Cámara de la Seguridad Social, en Lavalle 1268, y en el juzgado número 60, en Lavalle 1260.
En todos los casos, los especialistas no encontraron ningún aparato explosivo, tras una requisa exhaustiva que se realizó en cada una de las dependencias. Todos los edificios en cuestión fueron desalojados por prevención, y las actividades judiciales se vieron virtualmente suspendidas por una hora.
Por otra parte, también en horas de la mañana, un bulto sospechoso generó alarma en el Aeroparque metropolitano, aunque finalmente se comprobó que pertenecía a una mujer que lo había dejado en un pasillo. Así lo informó el el jefe de prensa de la Fuerza Aérea, comodoro Jorge Reta, quien pidió “especial cuidado” a los pasajeros para evitar este tipo de confusiones.
Las amenazas tuvieron lugar dos días después de los trágicos atentados contra objetivos civiles y militares de los Estadios Unidos y coincidieron con situaciones similares que se registraron en varios países sudamericanos, en los que también se pudo comprobar la falsedad de las advertencias.
Del mismo modo, ayer se habían registrado falsas llamadas telefónicas a diversos edificios públicos y empresas de origen norteamericano.
No obstante, el secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, explicó que tanto ayer como hoy “no hubo más llamados que el promedio normal”, cercano a las 200 amenazas diarias.
“No hay ninguna información que haga presumir que haya riesgo alguno en el país”, dijo Mathov después de que el presidente Fernando de la Rúa ordenara reforzar la vigilancia en puntos estratégicos, como los aeropuertos.
(NA). – La ola de amenazas de bomba que se registra en buena parte del mundo tras los atentados terroristas que sacudieron Nueva York y Washington afectó hoy (jueves 13) en la Argentina el funcionamiento de la Cancillería, que debió ser evacuada por una hora mientras la inspeccionaban especialistas de la Policía Federal.
Además de la amenaza a la Cancillería, que provocó que el propio Adalberto Rodríguez Giavarini tuviera que abandonar el edificio ubicado en el barrio porteño de Retiro, también hubo falsas alarmas en otras dependencias oficiales, judiciales, oficinas de empresas norteamericanas y el Hospital Israelita.
“Lo hay que tener en cuenta es que hay que preservar la vida del personal, y me incluyo. En el caso de los secretarios, subsecretarios y directores vamos a trabajar al viejo palacio”,
explicó Rodríguez Giavarini mientras cruzaba la calle Esmeralda hacia el Palacio San Martín.
La existencia de una supuesta bomba en el moderno edificio de la Cancillería fue más tarde desmentida por el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, quien la incluyó entre “las tantas falsas alarmas que se reciben en estos días”.
“El ciento por ciento de los avisos que se reciben son totalmente falsos”, agregó Santos en la puerta de la Cancillería, minutos antes de que ese edificio volviera a su normal
funcionamiento.
Mientras tanto, a dos cuadras de ese lugar, una brigada antiexplosivos de la Federal requisaba una oficina de la compañía norteamericana American Airlines ubicada en Santa Fe y Suipacha, donde también se había recibido una amenaza que resultó falsa.
Por la mañana, durante casi una hora, en diferentes dependencias judiciales se recibieron llamados en los que se alertaba sobre la supuesta existencia de artefactos explosivos.
El llamado más significativo se registró en los Tribunales Federales del barrio de Retiro, ubicados sobre la avenida Comodoro Py 2002. Una voz anónima dio aviso de la presencia de una bomba en el lugar, por lo que personal de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal debió hacerse presente para requisar todas las instalaciones.
En tanto, llamados similares se registraron en el Tribunal número 7, ubicado en Humahuaca 4260; en el edificio del Poder Judicial situado en Cerrito 536; y en el Palacio de Tribunales, en Talcahuano 550.
Además, personal de la Brigada de Explosivos y de bomberos debió hacerse presente en la Prosecretaría del edificio de la Cámara de la Seguridad Social, en Lavalle 1268, y en el juzgado número 60, en Lavalle 1260.
En todos los casos, los especialistas no encontraron ningún aparato explosivo, tras una requisa exhaustiva que se realizó en cada una de las dependencias. Todos los edificios en cuestión fueron desalojados por prevención, y las actividades judiciales se vieron virtualmente suspendidas por una hora.
Por otra parte, también en horas de la mañana, un bulto sospechoso generó alarma en el Aeroparque metropolitano, aunque finalmente se comprobó que pertenecía a una mujer que lo había dejado en un pasillo. Así lo informó el el jefe de prensa de la Fuerza Aérea, comodoro Jorge Reta, quien pidió “especial cuidado” a los pasajeros para evitar este tipo de confusiones.
Las amenazas tuvieron lugar dos días después de los trágicos atentados contra objetivos civiles y militares de los Estadios Unidos y coincidieron con situaciones similares que se registraron en varios países sudamericanos, en los que también se pudo comprobar la falsedad de las advertencias.
Del mismo modo, ayer se habían registrado falsas llamadas telefónicas a diversos edificios públicos y empresas de origen norteamericano.
No obstante, el secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, explicó que tanto ayer como hoy “no hubo más llamados que el promedio normal”, cercano a las 200 amenazas diarias.
“No hay ninguna información que haga presumir que haya riesgo alguno en el país”, dijo Mathov después de que el presidente Fernando de la Rúa ordenara reforzar la vigilancia en puntos estratégicos, como los aeropuertos.