De allí la implementación de medidas en los planos fiscal, monetario y cambiario, tendientes a reencauzar el programa con el FMI, como lo refleja el último informe del IERAL de la Fundación Mediterránea.
No obstante, la economía sigue siendo muy frágil: los niveles de confianza en el gobierno permanecen en el piso, la actividad económica se ha comenzado a estancar, la dinámica de la inflación es cercana a los tres dígitos anuales, el Banco Central continúa con muy pocas reservas internacionales, el problema cambiario sigue sin resolverse y se ha deteriorado claramente el escenario externo.
Circulan múltiples versiones sobre eventuales nuevas etapas del plan económico. Sin embargo, si verdaderamente se pretende llevar la inflación a un escalón significativamente inferior, será necesario tomar medidas más contundentes para lograr el control de las cuentas fiscales y, particularmente del déficit cuasi fiscal (para que el BCRA pueda ejercer un verdadero dominio de su política monetaria), junto con modificaciones de fondo del régimen cambiario.
La implementación de medidas de esas características no habrá de estar exenta de riesgos, ya que el contexto es el de un gobierno con niveles de confianza muy bajos, en el medio de fuertes reclamos salariales y bajo un clima externo que claramente se ha complicado
Respecto del caótico mes de julio, Argentina logró frenar la caída libre de su economía. Lo consiguió de la mano de una suerte de tregua dentro del oficialismo, lo que confirió a las nuevas autoridades económicas mayor poder político en relación a sus antecesores. De allí la implementación de medidas en los planos fiscal, monetario y cambiario, tendientes a reencauzar el programa con el FMI.