Después de todo, los rusos tienen una parte de la responsabilidad de las angustias que atraviesa Chipre. Fueron los miles de millones que depositaron en bancos chipriotas los que ayudaron a desencadenar la crisis financiera. Moscú fue el primero en protestar cuando la Unión Europea puso como condición que se aplicaran impuestos a los depósitos, un plan que ahora no se acepta. Para cerrar trato con sus acreedores europeos y del FMI, Chipre necesita conseguir US$ 7.700 millones.
Pero ocurre que Chipre ya obtuvo de Moscú un préstamos por US$ 3.200 millones, y no puede tomar más sin elevar el techo de su deuda, algo que los europeos no le permiten. Además, Chipre no está en condiciones de conseguir términos favorables. Es cierto que Rusia tiene mucha exposición financiera en la isla mediterránea, sus depósitos totalizan los US$ 31.000 millones, según Moody’s Investors Service y que las empresas chipriotas tienen deudas con bancos rusos que ascienden a un total de US$ 40.000 millones, según informa la agencia Bloomberg.
Sin embargo, el VTB Group, el banco ruso con mayor exposición en Chipre, dijo que sus pérdidas allí serían “insignificantes— Agregó que si bien los depositantes rusos sufrirían pérdidas si hay default, Moscú se podría terminar beneficiando porque los comprobantes fiscales subirían si el dinero actualmente en Chipre fueran repatriados.
Además, el colapso de chipre como paraíso fiscal alimentaría aun más las ambiciones de Moscú de convertirse en centro financiero internacional. En interpretación de un analista de JP Morgan Chase Bank, si Moscú ofrece ayuda a Chipre, podría exigirle que se aparte de Europa y el FMI. Eso equivaldría a pedirle que abandone la zona del euro y se introduzca en la órbita de Rusia.