China: se aleja de EE.UU. y se acerca a la Argentina
Por una parte, Beijing critica a Barack Obama, rechaza presiones para revaluar el yüan y pone en peligro el grupo de 2. Por otra, la estatal Cnooc International y Bridas Holdings se reparten por mitades la filial argentina de la segunda.
16 marzo, 2010
<p>La subsidiaria de Cnooc pagará US$ 3.100 millones por 50% de Bridas y se formará una firma conjunta de capitales mixtos. Esta variante tiene una explicación clara: China carece de sector privado en materia de sectores básicos, por lo cual el gobierno fomenta la compra de activos en el exterior por parte de compañías estatales.<br />
En cuanto a Bridas, vía su 40% en Pan American Energy opera en exploración y explotación hidrocarburos en Argentina, Chile, Bolivia, etc. El 60% remanente en PAE lo tiene British Petroleum, potencial competidora en la disputadas cuencas submarinas al noroeste, este y sudeste de Malvinas.<br />
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En cuanto al holding Bridas Corporation, activo en Kazajstán, la mayor república musulmana de Asia central, controla 100% de Bridas Energy. Ahora, el nombre BE cambiará al completarse la transacción con Cnooc. Bridas, propiedad de la familia Bulgheroni –allegada al matrimonio Kirchner-, posee reservas cubicadas por 635 millones de barriles, equivalentes a 92.000 b/diarios de producción.<br />
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Resulta casi una casualidad que, mientras se desenvuelven esos contactos, China (que mantiene excelentes relaciones con Argentina y Kazajstán) ponga en entredicho sus no tan buenos nexos con Estados Unidos. También ahí influyen choques anteriores. En 2006, Cnooc quiso comprar UnoCal –firma californiana- y un repentino “lobby nacionalista” logró que el Congreso norteamericano bloqueara la transacción.<br />
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Ese tipo de contradicciones (se supone que en EE.UU. rige la libertad de empresa) se traslada ahora a la diplomacias. Irritada por el cortejo de Washington al Dalai lama, líder religioso del semidesierto Tibet, y la “guerra” con Google, Beijing rechaza redondamente las inagotables presiones para revaluar el yüan, compartidas con Bruselas.<br />
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En esta fase, corre peligro el ambicioso pero endeble esquema “g-2” y el ariete no es el apacible presidente Hu Jintao, sino el más combativo primer ministro Wen Jiabao. ¿Por qué? Porque a China la sacó de las casillas un gesto innecesario de Barack Obama: la venta en enero de armas a Taiwán, un cero a la izquierda en el plano geopolítico. <br />
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