China e India se disputan una petrolera de Kazajstán

Este lunes se inició otra batalla política por hidrocarburos en Asia central. La petrolera china Cnpc ofreció US$ 4.200 millones por PyetroKazajstán. Horas después, su colega, Ongc, anunció que presentará contraoferta.

22 agosto, 2005

Contra quienes predican el evangelio del mercado, este asunto involucra tres empresas estatales. La puja por recursos en la zona enfrenta a los dos países más poblados del mundo, cuya demanda de hidrocarburos sube a un ritmo sin parangón en la plaza global. En realidad el consumo de ambos contribuye a los desmedidos precios prevalentes en el mercado especulativo a término.

Según analistas en Nueva York y Londres, el monto ofrecido por los chinos es relativamente alto, particularmente tratándose de yacimientos que ya han pasado su producción pico. Al mismo tiempo, el interés de Beijing y Delhi es perfectamente explicable, dado su intenso ritmo de expansión económica.

Sea cual fuere quien se imponga en la puja, PyetroKazajstán implica una producción de 150.000 barriles diarios en términos de crudos. Por supuesto, es una cantidad desdeñable si se la relaciona con el consumo chino (seis millones de b/d, segundo en el planeta) o los 3.500.000 b/d indios.

No obstante, el objeto de ambos gigantes consiste en acumular activos petroleros bajo su control. La meta es tan geopolñitica como las preocupaciones de Rusia al respecto, pues Moscú considera Asia central como su “patrio trasero”. Cabe recordar que Kazajstán, Türkmenistán, Kirghistán y Uzkekistán eran parte de la Unión Soviética. De paso, el tercio oriental del área formó parte del Imperio Chino hasta mediados del siglo XIX.

De cuajar, sería la primera toma de una petrolera, registrada en bolsas del exterior, hecha por China. Los aspectos estratégicos de la movida explican que la Oil & Natural Gas Corporation india se haya abocado inmediatamente a preparar una contrapropuesta. Esta compañía es líder en explotación de su país y la china es máxima productora en el suyo.

También el lunes, un experto petrolero del ultraconservador Cato Institute (Estados Unidos) salió a hacer campaña contra ambos países. “Los textos dicen que los estados nunca ven tan lejos como las empresas”, sostuvo Peter van Doren, sin aclarar de qué libros se trata. “Probablemente se lancen a sobrexplotar esos depósitos y los agoten rápidamente”. Pero el móvil básico no parece ser extraer hidrocarburos, sino controlarlos como activos en cartera. Eso pretendía la gasífera china Cnooc en su desistido intento de comprarse por US$ 18.000 millones la californiana Unocal. Ignorando analistas como van Dores, políticos y legisladores norteamericanos adoptaron un lenguaje nacionalista para oponerse a esa oferta.

Contra quienes predican el evangelio del mercado, este asunto involucra tres empresas estatales. La puja por recursos en la zona enfrenta a los dos países más poblados del mundo, cuya demanda de hidrocarburos sube a un ritmo sin parangón en la plaza global. En realidad el consumo de ambos contribuye a los desmedidos precios prevalentes en el mercado especulativo a término.

Según analistas en Nueva York y Londres, el monto ofrecido por los chinos es relativamente alto, particularmente tratándose de yacimientos que ya han pasado su producción pico. Al mismo tiempo, el interés de Beijing y Delhi es perfectamente explicable, dado su intenso ritmo de expansión económica.

Sea cual fuere quien se imponga en la puja, PyetroKazajstán implica una producción de 150.000 barriles diarios en términos de crudos. Por supuesto, es una cantidad desdeñable si se la relaciona con el consumo chino (seis millones de b/d, segundo en el planeta) o los 3.500.000 b/d indios.

No obstante, el objeto de ambos gigantes consiste en acumular activos petroleros bajo su control. La meta es tan geopolñitica como las preocupaciones de Rusia al respecto, pues Moscú considera Asia central como su “patrio trasero”. Cabe recordar que Kazajstán, Türkmenistán, Kirghistán y Uzkekistán eran parte de la Unión Soviética. De paso, el tercio oriental del área formó parte del Imperio Chino hasta mediados del siglo XIX.

De cuajar, sería la primera toma de una petrolera, registrada en bolsas del exterior, hecha por China. Los aspectos estratégicos de la movida explican que la Oil & Natural Gas Corporation india se haya abocado inmediatamente a preparar una contrapropuesta. Esta compañía es líder en explotación de su país y la china es máxima productora en el suyo.

También el lunes, un experto petrolero del ultraconservador Cato Institute (Estados Unidos) salió a hacer campaña contra ambos países. “Los textos dicen que los estados nunca ven tan lejos como las empresas”, sostuvo Peter van Doren, sin aclarar de qué libros se trata. “Probablemente se lancen a sobrexplotar esos depósitos y los agoten rápidamente”. Pero el móvil básico no parece ser extraer hidrocarburos, sino controlarlos como activos en cartera. Eso pretendía la gasífera china Cnooc en su desistido intento de comprarse por US$ 18.000 millones la californiana Unocal. Ignorando analistas como van Dores, políticos y legisladores norteamericanos adoptaron un lenguaje nacionalista para oponerse a esa oferta.

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