Ademas, Guillermo Calvo consideró que “desde el Gobierno se piensa que cuando suelten el corralito la tasa de cambio se irá por las
nubes, y eso hoy es verdad”.
Por tal motivo, el economista aseguró que “hay que controlar
la liquidez potencial que existe en los bancos y de ahí viene el
plan Bonex. Pero como no se ha tomado esa decisión, lo único que
se hizo fue poner una ´ley tapón´”, para frenar la salida de
depósitos a través de amparos judiciales.
Calvo confesó que Duhalde no le ofreció hacerse cargo del
ministerio de Economía tras la renuncia de Jorge Remes Lenicov,
pero admitió que “hubo algunas preguntas indirectas de algunos
operadores del Gobierno acerca de si yo estaba dispuesto a estar
en ese puesto, pero mi respuesta fue no”.
“No me seduce la idea de ser ministro, porque con eso se deja
de hacer economía y se pasa a hacer política”, se sinceró en
declaraciones radiales.
No obstante, puntualizó que las nuevas autoridades de Economía
“me pueden plantear temas, como por ejemplo que tipo de bancos
tenemos que tener en el futuro, para que yo aporte mi opinión y
la formación de equipos de trabajo desde el BID, que podrían
hacer un informe rápido para que ellos tengan opciones”.
Calvo afirmó además que en Washington, donde se encuentra, “no
se entiende muy bien porque cambiamos de ministro”, y advirtió
que “esto hace que la Argentina no sea creíble”.
“Desde aquí se observa que la Argentina tiene un problema
político, que es más importante que el problema económico, que
podría haber sido resuelto hace tiempo con un plan Bonex”,
añadió.
El economista afirmó que “los problemas que tiene hoy la
Argentina no fueron anticipados por los economistas. Nos hemos
equivocado. Pero el caso argentino es muy especial, es como el
japonés: ambos son muy difíciles de entender”.
Además, sostuvo que “si no se normaliza la cuestión del
corralito, la falta de confianza de la gente se va a profundizar.
Eso significaría que el Banco Central intervendría más
intensamente en el mercado, locual debilitaría aún más la
credibilidad”.
“Abrir el corralito se puede hacer muy rápido, pero no se
puede dejar mucha liquidez libre. Por eso, hay que decidir
qué parte de los depósitos vuelven a los ahorristas y qué otra
se convierte en un bono”, puntualizó.
Fuente: Noticias Argentinas
Ademas, Guillermo Calvo consideró que “desde el Gobierno se piensa que cuando suelten el corralito la tasa de cambio se irá por las
nubes, y eso hoy es verdad”.
Por tal motivo, el economista aseguró que “hay que controlar
la liquidez potencial que existe en los bancos y de ahí viene el
plan Bonex. Pero como no se ha tomado esa decisión, lo único que
se hizo fue poner una ´ley tapón´”, para frenar la salida de
depósitos a través de amparos judiciales.
Calvo confesó que Duhalde no le ofreció hacerse cargo del
ministerio de Economía tras la renuncia de Jorge Remes Lenicov,
pero admitió que “hubo algunas preguntas indirectas de algunos
operadores del Gobierno acerca de si yo estaba dispuesto a estar
en ese puesto, pero mi respuesta fue no”.
“No me seduce la idea de ser ministro, porque con eso se deja
de hacer economía y se pasa a hacer política”, se sinceró en
declaraciones radiales.
No obstante, puntualizó que las nuevas autoridades de Economía
“me pueden plantear temas, como por ejemplo que tipo de bancos
tenemos que tener en el futuro, para que yo aporte mi opinión y
la formación de equipos de trabajo desde el BID, que podrían
hacer un informe rápido para que ellos tengan opciones”.
Calvo afirmó además que en Washington, donde se encuentra, “no
se entiende muy bien porque cambiamos de ministro”, y advirtió
que “esto hace que la Argentina no sea creíble”.
“Desde aquí se observa que la Argentina tiene un problema
político, que es más importante que el problema económico, que
podría haber sido resuelto hace tiempo con un plan Bonex”,
añadió.
El economista afirmó que “los problemas que tiene hoy la
Argentina no fueron anticipados por los economistas. Nos hemos
equivocado. Pero el caso argentino es muy especial, es como el
japonés: ambos son muy difíciles de entender”.
Además, sostuvo que “si no se normaliza la cuestión del
corralito, la falta de confianza de la gente se va a profundizar.
Eso significaría que el Banco Central intervendría más
intensamente en el mercado, locual debilitaría aún más la
credibilidad”.
“Abrir el corralito se puede hacer muy rápido, pero no se
puede dejar mucha liquidez libre. Por eso, hay que decidir
qué parte de los depósitos vuelven a los ahorristas y qué otra
se convierte en un bono”, puntualizó.
Fuente: Noticias Argentinas