La pobreza es el principal reto a que se enfrentan en América Latina y el Caribe los adultos mayores de 60 años.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) auspiciaron en Washington una conferencia sobre el envejecimiento activo en los países latinoamericanos y caribeños.
De la población de América latina y el Caribe, 7,8% tiene en la actualidad más de 60 años y se espera que en 2025 sean 14,1% de su población, es decir 97,7 millones de personas, de las que 25,9 millones tendrán en esa fecha más de 75 años.
En la Argentina, Chile y Uruguay, en donde se realizó un estudio sobre el envejecimiento de la población, se concluyó que en 2025, entre 32% y 40% de sus adultos mayores habrán superado los 75 años.
El presidente del BID, Enrique Iglesias, subrayó el interés de la organización en este asunto porque “en los próximos 25 años habrá una ventana de oportunidad demográfica, con excelentes posibilidades de mejorar el capital social de nuestros países y la calidad de vida de todos los segmentos de la población”.
En la actualidad, el principal problema de ese grupo de población es la pobreza, pues 18% de los adultos mayores de 60 años en la región son pobres.
Para su subsistencia y bienestar en el futuro dependerán, por un lado, de un número decreciente de hijos y familiares, y por otro, de sistemas públicos y privados de pensiones que aún no tienen la capacidad económica de asegurar un ingreso suficiente y digno.
El estudio hecho en esos tres países revela, entre otras cosas, que el 50% de los adultos mayores encuestados viven solos, mientras entre 20% y 40% continúan trabajando y tienen ingresos que no llegan a cubrir el costo de las canastas básicas respectivas, dependiendo para necesidades muy básicas del aporte de familiares y amigos.
“La población que envejece en las ciudades de las Américas ha sobrevivido a grandes epidemias y altos niveles de fecundidad en la región. Es la primera generación que tiene una esperanza de vida a los 60 años de casi 20 años y más”, dijo Martha Peláez, asesora regional en Envejecimiento y Salud de la OPS.
La pobreza es el principal reto a que se enfrentan en América Latina y el Caribe los adultos mayores de 60 años.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) auspiciaron en Washington una conferencia sobre el envejecimiento activo en los países latinoamericanos y caribeños.
De la población de América latina y el Caribe, 7,8% tiene en la actualidad más de 60 años y se espera que en 2025 sean 14,1% de su población, es decir 97,7 millones de personas, de las que 25,9 millones tendrán en esa fecha más de 75 años.
En la Argentina, Chile y Uruguay, en donde se realizó un estudio sobre el envejecimiento de la población, se concluyó que en 2025, entre 32% y 40% de sus adultos mayores habrán superado los 75 años.
El presidente del BID, Enrique Iglesias, subrayó el interés de la organización en este asunto porque “en los próximos 25 años habrá una ventana de oportunidad demográfica, con excelentes posibilidades de mejorar el capital social de nuestros países y la calidad de vida de todos los segmentos de la población”.
En la actualidad, el principal problema de ese grupo de población es la pobreza, pues 18% de los adultos mayores de 60 años en la región son pobres.
Para su subsistencia y bienestar en el futuro dependerán, por un lado, de un número decreciente de hijos y familiares, y por otro, de sistemas públicos y privados de pensiones que aún no tienen la capacidad económica de asegurar un ingreso suficiente y digno.
El estudio hecho en esos tres países revela, entre otras cosas, que el 50% de los adultos mayores encuestados viven solos, mientras entre 20% y 40% continúan trabajando y tienen ingresos que no llegan a cubrir el costo de las canastas básicas respectivas, dependiendo para necesidades muy básicas del aporte de familiares y amigos.
“La población que envejece en las ciudades de las Américas ha sobrevivido a grandes epidemias y altos niveles de fecundidad en la región. Es la primera generación que tiene una esperanza de vida a los 60 años de casi 20 años y más”, dijo Martha Peláez, asesora regional en Envejecimiento y Salud de la OPS.