Brasil fortalece su liderazgo en América Latina

El anuncio del descubrimiento de importantes reservas energéticas refuerza el poderío del país gobernado por Lula Da Silva. En Argentina, siguen las incertidumbres.

11 noviembre, 2007

Diez días luego de que se difundiera la preocupación brasilera por
el suministro local de gas natural, la petrolera del “gigante del sur”,
Petrobrás, anunció que Brasil pasará a formar parte del contingente
de países con grandes reservas de hidrocarburos.
Petrobrás había tenido que reducir 17% el suministro de gas a Río
de Janeiro y San Pablo y priorizar el abastecimiento del combustible a las centrales
térmicas para compensar la menor generación de sus centrales hidroeléctricas
del sudeste. La compañía tuvo que admitir que le resulta dificultoso
hacer frente a la expansión del consumo brasilero, que se abastece en gran
parte del gas proveniente de Bolivia.

El descubrimiento

Apenas pasada una semana de este inconveniente, Petrobrás avisó
al mundo el descubrimiento del yacimiento Tupi, en la cuenca marítima
Santos (litoral brasilero, a la altura del estado de San Pablo). El reservorio,
de 800 kilómetros de longitud y 200 de espesor, está ubicado a
más de 6.000 metros de profundidad.

Este nuevo hallazgo de crudo liviano, que contendría hasta unos 8.000
millones de barriles, le permitiría a Brasil llegar a los 23.000 millones
de barriles de reservas y ubicarse en el pelotón de países con
grandes recursos energéticos, que encabeza Arabia Saudita, con 262.000
millones de barriles. Canadá, Emiratos Árabes, Irak, Irán,
Kuwait, Venezuela (75.000 millones) y Rusia comparten las primeras posiciones.
Argentina, lejos, tiene sólo 2.100 millones de barriles.

De esta forma, la petrolera se ubica como la quinta empresa con más valor
de mercado (221.900 millones de dólares) en todo el continente americano,
luego de Exxon Móvil, General Electric, Microsoft y AT&T.

Desde 2006 Petrobrás es autosuficiente en petróleo, año
en que alcanzó a facturar 72.500 millones de dólares.

La importancia de la novedad se descubre por la inmediata suspensión
por parte del gobierno brasilero de la subasta pública de 41 bloques
adyacentes. El gobierno de Lula Da Silva alegó interés público
estratégico. El hallazgo representa la mitad de todo el crudo descubierto
por Brasil en los últimos 50 años.

La importancia tecnológica

El yacimiento fue probado con 15 pozos, que costaron 1.000 millones de dólares
en dos años. Se extrajo petróleo liviano (sin azufre y de buen
valor comercial) y gas natural asociado.

Para producir los 150.000 barriles diarios que se estiman, las inversiones demandadas
serían gigantescas: aproximadamente unos 4.500 millones de dólares.
La explotación comercial recién se iniciaría en 2014.

Mariano Marzo, profesor de Recursos Energéticos de la Universidad de
Barcelona, explicó a la BBC que “el descubrimiento abre un nuevo
frente de exploración y explotación en un contexto tecnológico
diferente”. Para el catedrático, la tecnología ha avanzado
lo suficiente ya como para atravesar las grandes capas de salitre que se encontraban
en el fondo del mar y que no permitían acceder a estos importantes reservorios.

La nueva realidad geopolítica

Recientemente, la decisión del gobierno brasilero de duplicar para 2008
el presupuesto destinado al equipamiento militar sirvió como un nuevo
signo del protagonismo que está dispuesto a asumir Brasil en el escenario
global. El nuevo descubrimiento le permite a este país seguir aquel rumbo
con mayor respaldo.

Así, para Marzo, se modifican las relaciones de fuerza en diferentes
planos. “Esto representaría –aseguró- una importancia
a nivel país, porque podría significar no sólo la autosuficiencia
para Brasil, sino porque se incorporaría al club de exportadores. A nivel
mundial significaría añadir reservas en un momento en que la situación
es complicada en los países que tienen reservas (…) Y a nivel regional
también tendría importancia porque podría hacer sombra
a Venezuela”, país que presenta su carta energética como
la garante de la integración latinoamericana.

El presidente bolivariano, Hugo Chávez, lo sabe. Por ello, durante su
intervención en la XVII Cumbre Iberoamericana recién finalizada,
que se desarrolló en Santiago de Chile, sugirió al nuevo “magnate
petrolero” que esas reservas sirvan para la integración y lo invitó
a formar parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP). “La Petroamérica –enfatizó Chávez-,
sigamos dándole cohesión a esta idea. Hemos venido avanzando por
partes. La Petrocaribe, que ya está funcionando (…) Petroandina (…)
Ahora pudiéramos, Lula, que tienes tanto petróleo, conformar una
Petroamazonia”. El primer mandatario venezolano prosiguió con la
idea de profundizar “el mecanismo de cooperación para el suministro
de petróleo y derivados, en condiciones ventajosas, a los países
más pobres del continente”. Chávez concluyó: “No
podemos venderle ese petróleo a los países más pobres a
100 dólares”.

Desde el lado brasilero, esta invitación fue considerada de escasa relevancia.
“Eso no tiene sentido”, explicó el secretario de Asuntos Internacionales
de Lula, Marco Aurelio García. “Sólo está siendo
simpático”, sentenció.

La incertidumbre argentina

Argentina no tiene una petrolera como sí tiene Brasil, porque Petrobrás
no siguió el mismo camino que la ex estatal YPF.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, reconoció el éxito
brasilero: “Esto muestra los resultados de una política seria de
inversión. La asociación con Brasil nos puede ayudar en ese proceso”.
Luego, en el entorno presidencial se entusiasmaron: “Nos dicen que esa
veta podría llegar a la Argentina. Hay que invertir más, tenemos
que convencer a los empresarios y trabajar fuertemente desde el Estado. En la
Argentina hay mucho petróleo off shore”.

De esta forma, Kirchner se puso en línea con las previsiones de hombres
del sector petrolero, hechas a finales de octubre, durante la muestra Argentina
Oil & Gas. Allí, el gerente de proyecto de Repsol YPF, Roberto Raimundo
Villa, aseguró que “el futuro grande está en el mar”.
Luego condicionó el éxito: “Si se renuevan todas las concesiones,
tenemos diez años más de autoabastecimiento”. Ante el mismo
auditorio, el experto en petróleo, Oscar Vicente, exclamó que
la petrolera estatal Enarsa (prácticamente irrelevante hoy en la escena
petrolera) licite más áreas en el mar: “¡Tiene que
lanzar 15 bloques! Hace falta hacer más exploración. Si a este
precio no aparecen las reservas, estamos complicados. A este precio vamos todos
para adelante.”

Sin embargo, no todo el ambiente empresario tiene la misma certeza. Para profundizar
las incertidumbres del mapa energético nacional, durante el reciente
43º coloquio de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina),
el economista Francisco Mezzadri sentenció: “Voy a decirlo con
todas las letras: las Enarsa de este mundo van a retrasar el progreso”;
y los aplausos se hicieron sentir.

Superioridad reflejada en el comercio

El poderío de Brasil también se observa consolidado en la relación
comercial con Argentina. Cuando se creía que la reevaluación del
real en los últimos años permitiría equilibrar la balanza,
el déficit comercial no hizo más que profundizarse, en paralelo
a la masiva llegada de capitales de aquel país para controlar importantes
sectores de la economía local.

En octubre, el saldo negativo para Argentina fue de 575 millones de dólares,
28,6% más que en septiembre pasado y tres veces superior al de octubre
de 2006. De esta forma, ya son 53 los meses consecutivos en rojos para el país
(desde junio de 2003).
Según la consultora Abeceb.com, las importaciones pasaron su techo histórico:
en octubre, fueron de 1.470 millones de dólares, 12% encima de septiembre
y 39,6% más que en octubre de 2006; mientras que Argentina exportó
por 895 millones, 3,6% más que en septiembre y 6,5% más que en
el mismo mes del año pasado. En lo que va de 2007, el rojo ya trepó
a 3.518 millones de dólares.

A fin de año, las exportaciones ascenderían a 10.000 millones
de dólares y las importaciones alcanzarían 14.300 millones, resultando
un déficit de 4.300 millones de dólares, 17% superior al de 2006.
Justamente, una de las razones que de que el déficit no se haya atenuado
ante la reevaluación de la moneda brasilera, es que la “crisis energética”
nacional ha llevado a realizar fuertes importaciones de energía desde
el país vecino, fundamentalmente eléctrica.

Diez días luego de que se difundiera la preocupación brasilera por
el suministro local de gas natural, la petrolera del “gigante del sur”,
Petrobrás, anunció que Brasil pasará a formar parte del contingente
de países con grandes reservas de hidrocarburos.
Petrobrás había tenido que reducir 17% el suministro de gas a Río
de Janeiro y San Pablo y priorizar el abastecimiento del combustible a las centrales
térmicas para compensar la menor generación de sus centrales hidroeléctricas
del sudeste. La compañía tuvo que admitir que le resulta dificultoso
hacer frente a la expansión del consumo brasilero, que se abastece en gran
parte del gas proveniente de Bolivia.

El descubrimiento

Apenas pasada una semana de este inconveniente, Petrobrás avisó
al mundo el descubrimiento del yacimiento Tupi, en la cuenca marítima
Santos (litoral brasilero, a la altura del estado de San Pablo). El reservorio,
de 800 kilómetros de longitud y 200 de espesor, está ubicado a
más de 6.000 metros de profundidad.

Este nuevo hallazgo de crudo liviano, que contendría hasta unos 8.000
millones de barriles, le permitiría a Brasil llegar a los 23.000 millones
de barriles de reservas y ubicarse en el pelotón de países con
grandes recursos energéticos, que encabeza Arabia Saudita, con 262.000
millones de barriles. Canadá, Emiratos Árabes, Irak, Irán,
Kuwait, Venezuela (75.000 millones) y Rusia comparten las primeras posiciones.
Argentina, lejos, tiene sólo 2.100 millones de barriles.

De esta forma, la petrolera se ubica como la quinta empresa con más valor
de mercado (221.900 millones de dólares) en todo el continente americano,
luego de Exxon Móvil, General Electric, Microsoft y AT&T.

Desde 2006 Petrobrás es autosuficiente en petróleo, año
en que alcanzó a facturar 72.500 millones de dólares.

La importancia de la novedad se descubre por la inmediata suspensión
por parte del gobierno brasilero de la subasta pública de 41 bloques
adyacentes. El gobierno de Lula Da Silva alegó interés público
estratégico. El hallazgo representa la mitad de todo el crudo descubierto
por Brasil en los últimos 50 años.

La importancia tecnológica

El yacimiento fue probado con 15 pozos, que costaron 1.000 millones de dólares
en dos años. Se extrajo petróleo liviano (sin azufre y de buen
valor comercial) y gas natural asociado.

Para producir los 150.000 barriles diarios que se estiman, las inversiones demandadas
serían gigantescas: aproximadamente unos 4.500 millones de dólares.
La explotación comercial recién se iniciaría en 2014.

Mariano Marzo, profesor de Recursos Energéticos de la Universidad de
Barcelona, explicó a la BBC que “el descubrimiento abre un nuevo
frente de exploración y explotación en un contexto tecnológico
diferente”. Para el catedrático, la tecnología ha avanzado
lo suficiente ya como para atravesar las grandes capas de salitre que se encontraban
en el fondo del mar y que no permitían acceder a estos importantes reservorios.

La nueva realidad geopolítica

Recientemente, la decisión del gobierno brasilero de duplicar para 2008
el presupuesto destinado al equipamiento militar sirvió como un nuevo
signo del protagonismo que está dispuesto a asumir Brasil en el escenario
global. El nuevo descubrimiento le permite a este país seguir aquel rumbo
con mayor respaldo.

Así, para Marzo, se modifican las relaciones de fuerza en diferentes
planos. “Esto representaría –aseguró- una importancia
a nivel país, porque podría significar no sólo la autosuficiencia
para Brasil, sino porque se incorporaría al club de exportadores. A nivel
mundial significaría añadir reservas en un momento en que la situación
es complicada en los países que tienen reservas (…) Y a nivel regional
también tendría importancia porque podría hacer sombra
a Venezuela”, país que presenta su carta energética como
la garante de la integración latinoamericana.

El presidente bolivariano, Hugo Chávez, lo sabe. Por ello, durante su
intervención en la XVII Cumbre Iberoamericana recién finalizada,
que se desarrolló en Santiago de Chile, sugirió al nuevo “magnate
petrolero” que esas reservas sirvan para la integración y lo invitó
a formar parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP). “La Petroamérica –enfatizó Chávez-,
sigamos dándole cohesión a esta idea. Hemos venido avanzando por
partes. La Petrocaribe, que ya está funcionando (…) Petroandina (…)
Ahora pudiéramos, Lula, que tienes tanto petróleo, conformar una
Petroamazonia”. El primer mandatario venezolano prosiguió con la
idea de profundizar “el mecanismo de cooperación para el suministro
de petróleo y derivados, en condiciones ventajosas, a los países
más pobres del continente”. Chávez concluyó: “No
podemos venderle ese petróleo a los países más pobres a
100 dólares”.

Desde el lado brasilero, esta invitación fue considerada de escasa relevancia.
“Eso no tiene sentido”, explicó el secretario de Asuntos Internacionales
de Lula, Marco Aurelio García. “Sólo está siendo
simpático”, sentenció.

La incertidumbre argentina

Argentina no tiene una petrolera como sí tiene Brasil, porque Petrobrás
no siguió el mismo camino que la ex estatal YPF.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, reconoció el éxito
brasilero: “Esto muestra los resultados de una política seria de
inversión. La asociación con Brasil nos puede ayudar en ese proceso”.
Luego, en el entorno presidencial se entusiasmaron: “Nos dicen que esa
veta podría llegar a la Argentina. Hay que invertir más, tenemos
que convencer a los empresarios y trabajar fuertemente desde el Estado. En la
Argentina hay mucho petróleo off shore”.

De esta forma, Kirchner se puso en línea con las previsiones de hombres
del sector petrolero, hechas a finales de octubre, durante la muestra Argentina
Oil & Gas. Allí, el gerente de proyecto de Repsol YPF, Roberto Raimundo
Villa, aseguró que “el futuro grande está en el mar”.
Luego condicionó el éxito: “Si se renuevan todas las concesiones,
tenemos diez años más de autoabastecimiento”. Ante el mismo
auditorio, el experto en petróleo, Oscar Vicente, exclamó que
la petrolera estatal Enarsa (prácticamente irrelevante hoy en la escena
petrolera) licite más áreas en el mar: “¡Tiene que
lanzar 15 bloques! Hace falta hacer más exploración. Si a este
precio no aparecen las reservas, estamos complicados. A este precio vamos todos
para adelante.”

Sin embargo, no todo el ambiente empresario tiene la misma certeza. Para profundizar
las incertidumbres del mapa energético nacional, durante el reciente
43º coloquio de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina),
el economista Francisco Mezzadri sentenció: “Voy a decirlo con
todas las letras: las Enarsa de este mundo van a retrasar el progreso”;
y los aplausos se hicieron sentir.

Superioridad reflejada en el comercio

El poderío de Brasil también se observa consolidado en la relación
comercial con Argentina. Cuando se creía que la reevaluación del
real en los últimos años permitiría equilibrar la balanza,
el déficit comercial no hizo más que profundizarse, en paralelo
a la masiva llegada de capitales de aquel país para controlar importantes
sectores de la economía local.

En octubre, el saldo negativo para Argentina fue de 575 millones de dólares,
28,6% más que en septiembre pasado y tres veces superior al de octubre
de 2006. De esta forma, ya son 53 los meses consecutivos en rojos para el país
(desde junio de 2003).
Según la consultora Abeceb.com, las importaciones pasaron su techo histórico:
en octubre, fueron de 1.470 millones de dólares, 12% encima de septiembre
y 39,6% más que en octubre de 2006; mientras que Argentina exportó
por 895 millones, 3,6% más que en septiembre y 6,5% más que en
el mismo mes del año pasado. En lo que va de 2007, el rojo ya trepó
a 3.518 millones de dólares.

A fin de año, las exportaciones ascenderían a 10.000 millones
de dólares y las importaciones alcanzarían 14.300 millones, resultando
un déficit de 4.300 millones de dólares, 17% superior al de 2006.
Justamente, una de las razones que de que el déficit no se haya atenuado
ante la reevaluación de la moneda brasilera, es que la “crisis energética”
nacional ha llevado a realizar fuertes importaciones de energía desde
el país vecino, fundamentalmente eléctrica.

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