viernes, 27 de diciembre de 2024

Brasil allanó diferencias con Venezuela por el Banco del Sur, germen de una moneda única

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Van destrabándose los diferendos regionales entre Brasil y Venezuela. Además de franquearle la entrada al Mercosur, Lula acaba de conceder a Chávez la aprobación para formar el Banco del Sur. La integración de proyectos energéticos es la clave.

El proyecto del Banco del Sur dependía de la aceptación del gobierno
brasileño, no sólo por el espaldarazo que significa para la región,
sino por el imprescindible aporte económico que ello traerá aparejado.
Además de la entrada venezolana al Mercosur, la zanahoria para Brasil sería
la comunión de esfuerzos en inversiones petroleras, como la compra conjunta
de la participación de la Esso en el continente.

La entidad tendrá además dos subsedes en Buenos Aires y La Paz,
y se la orientará a financiar la integración del bloque continental
como una totalidad, de modo que se la sindica como el comienzo del proceso de
unificación monetaria en la región.

Los ministros de Economía y de Finanzas de siete países del continente
reunidos en Río de Janeiro están dando forma a los acuerdos iniciados
previamente en Quito (Ecuador) y la capital venezolana, a fin de que en noviembre
los presidentes puedan firmar el acta de fundación de la entidad, que
abrirá las puertas a la transformación regional y posibilitará
financiar proyectos de infraestructura y desarrollo productivo.

Los miembros son: Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Uruguay
y Ecuador.

Miguel Peirano siguió los pasos de su antecesora Felisa Miceli y participó
en Río de Janeiro de la reunión fundacional del Banco del Sur,
una entidad de fomento alternativa al BID y Banco Mundial, preparatoria del
acta que se firmaría en noviembre.

El hecho de que el encuentro decisivo se haya concretado en Brasil, los anteriores
fueron en Quito y Caracas, asume una importancia política fundamental
para la constitución del banco, ya que el gobierno de Lula venía
moderando el impulso que sus colegas Hugo Chávez y Néstor Kirchner
le dieron desde un principio al desplazamiento del eje de financiación
regional desde Washington a Caracas, donde se emplazará la sede central.

La diferencia principal entre la postura brasileña y la venezolana estribaba
en que, para Chávez, cada país debería tener un voto en
la dirección, sin importar su participación accionaria, mientras
que Lula se inclinaba por respetar esta proporción.

Los funcionarios acordaron que los siete países que se constituyan como
socios fundadores del Banco del Sur, tengan derecho a un voto por nación.

Las subsedes previstas para el Banco del Sur serán Buenos Aires y La
Paz, Bolivia, según informaron fuentes de Itamaraty.

Tras finalizar las tres ruedas ministeriales de hoy, estará todo listo
todo para dar por lanzado el Banco del Sur en noviembre, en Caracas.

Acta fundacional

Los ministros analizaron, además, detalles del acta fundacional de la
entidad, concebida como una alternativa a los tradicionales organismos financieros
multilaterales, como el BID o el Banco Mundial.

El encuentro de hoy consta de dos reuniones centrales de los ministros, una
por la mañana y otra por la tarde, y continuará mañana
de los aspectos técnicos.

El proceso de creación del Banco del Sur ocupa una posición priorizada
en la agenda financiera de Venezuela y ello lo demuestra que la sede central
de la institución esté emplazada en Caracas.

El gobierno de Néstor Kirchner se había comprometido a invertir
el 10% de sus reservas en el Banco Central, tal como hará el resto de
los países socios. De esta manera, unos US$ 3.600 millones es el aporte
que enviará K a Caracas para lanzar la entidad.

Acciones de ese tipo, unido a proyectos como Telesur, la Universidad del Sur
y el Gran Gasoducto del Sur forman parte del contexto actual en la región,
donde “el cambio en la correlación de fuerzas se va imponiendo”,
aseguró Chávez.

El ministro venezolano de Finanzas, Rodrigo Cabezas, había expresado
recientemente que la futura institución respaldará acciones vinculadas
“con la reducción de asimetrías dentro de nuestros pueblos”,
evitando los viejos esquemas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Mundial de otorgar préstamos “atados a políticas hegemónicas”.

Desde la ex titular de Economía de la Argentina, Felisa Miceli, el país
venía reiterando su compromiso en la creación del Banco del Sur.
La opinión de los funcionarios brasileños es que la iniciativa
refleja no sólo la intención de crear instituciones bancarias,
sino también la posibilidad de instaurar una moneda regional en el futuro.

El proyecto de banco es un paso adelante en el proceso de integración
regional que tiene como objetivo único la creación de un bloque
económico, social y político como la Unión Europea.

Sin embargo, no todas las visiones sobre el proyecto habían sido tan
positivas como los oficialismos de los países que lo impulsan. El ex
Ministro de Economía y Finanzas ecuatoriano, Mauricio Pozo, había
señalado al noticiero de radio Universal que este anuncio solamente es
político, y no técnico, porque esto obedece solamente a la disposición
de fondos existentes del petróleo.

Había dicho entonces que más importante que crear un banco regional
es fortalecer mucho más el desarrollo de dos instituciones financieras
que ya están probadas y que son sólidas: la Corporación
Andina de Fomento y el Fondo Latinoamericano de Reservas, FLAR.

BID

Mientras se discute la formación de un canal alternativo de financiamiento,
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo
de 100 millones de dólares destinado a mejorar la calidad y sanidad agropecuaria
y pesquera de Argentina, dijo al Gobierno.

Argentina es uno de los mayores productores y exportadores globales de carnes
y granos, pero en los últimos años enfermedades como la fiebre
aftosa o el hongo asiático de la soja afectaron a la producción
vacuna y a los cultivos.

El crédito fue aprobado a fines de septiembre en Washington luego de
tres días de negociaciones para financiar el programa de gestión
de alimentos, según el comunicado del Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria (Senasa).

“El programa está estructurado sobre la base de cinco componentes:
modernización de la gestión institucional, consolidación
del sistema de sanidad animal, fortalecimiento del sistema de sanidad vegetal
y del de inocuidad agroalimentaria e integración sanitaria regional supranacional”,
según el Senasa.

El proyecto del Banco del Sur dependía de la aceptación del gobierno
brasileño, no sólo por el espaldarazo que significa para la región,
sino por el imprescindible aporte económico que ello traerá aparejado.
Además de la entrada venezolana al Mercosur, la zanahoria para Brasil sería
la comunión de esfuerzos en inversiones petroleras, como la compra conjunta
de la participación de la Esso en el continente.

La entidad tendrá además dos subsedes en Buenos Aires y La Paz,
y se la orientará a financiar la integración del bloque continental
como una totalidad, de modo que se la sindica como el comienzo del proceso de
unificación monetaria en la región.

Los ministros de Economía y de Finanzas de siete países del continente
reunidos en Río de Janeiro están dando forma a los acuerdos iniciados
previamente en Quito (Ecuador) y la capital venezolana, a fin de que en noviembre
los presidentes puedan firmar el acta de fundación de la entidad, que
abrirá las puertas a la transformación regional y posibilitará
financiar proyectos de infraestructura y desarrollo productivo.

Los miembros son: Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Paraguay, Uruguay
y Ecuador.

Miguel Peirano siguió los pasos de su antecesora Felisa Miceli y participó
en Río de Janeiro de la reunión fundacional del Banco del Sur,
una entidad de fomento alternativa al BID y Banco Mundial, preparatoria del
acta que se firmaría en noviembre.

El hecho de que el encuentro decisivo se haya concretado en Brasil, los anteriores
fueron en Quito y Caracas, asume una importancia política fundamental
para la constitución del banco, ya que el gobierno de Lula venía
moderando el impulso que sus colegas Hugo Chávez y Néstor Kirchner
le dieron desde un principio al desplazamiento del eje de financiación
regional desde Washington a Caracas, donde se emplazará la sede central.

La diferencia principal entre la postura brasileña y la venezolana estribaba
en que, para Chávez, cada país debería tener un voto en
la dirección, sin importar su participación accionaria, mientras
que Lula se inclinaba por respetar esta proporción.

Los funcionarios acordaron que los siete países que se constituyan como
socios fundadores del Banco del Sur, tengan derecho a un voto por nación.

Las subsedes previstas para el Banco del Sur serán Buenos Aires y La
Paz, Bolivia, según informaron fuentes de Itamaraty.

Tras finalizar las tres ruedas ministeriales de hoy, estará todo listo
todo para dar por lanzado el Banco del Sur en noviembre, en Caracas.

Acta fundacional

Los ministros analizaron, además, detalles del acta fundacional de la
entidad, concebida como una alternativa a los tradicionales organismos financieros
multilaterales, como el BID o el Banco Mundial.

El encuentro de hoy consta de dos reuniones centrales de los ministros, una
por la mañana y otra por la tarde, y continuará mañana
de los aspectos técnicos.

El proceso de creación del Banco del Sur ocupa una posición priorizada
en la agenda financiera de Venezuela y ello lo demuestra que la sede central
de la institución esté emplazada en Caracas.

El gobierno de Néstor Kirchner se había comprometido a invertir
el 10% de sus reservas en el Banco Central, tal como hará el resto de
los países socios. De esta manera, unos US$ 3.600 millones es el aporte
que enviará K a Caracas para lanzar la entidad.

Acciones de ese tipo, unido a proyectos como Telesur, la Universidad del Sur
y el Gran Gasoducto del Sur forman parte del contexto actual en la región,
donde “el cambio en la correlación de fuerzas se va imponiendo”,
aseguró Chávez.

El ministro venezolano de Finanzas, Rodrigo Cabezas, había expresado
recientemente que la futura institución respaldará acciones vinculadas
“con la reducción de asimetrías dentro de nuestros pueblos”,
evitando los viejos esquemas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco
Mundial de otorgar préstamos “atados a políticas hegemónicas”.

Desde la ex titular de Economía de la Argentina, Felisa Miceli, el país
venía reiterando su compromiso en la creación del Banco del Sur.
La opinión de los funcionarios brasileños es que la iniciativa
refleja no sólo la intención de crear instituciones bancarias,
sino también la posibilidad de instaurar una moneda regional en el futuro.

El proyecto de banco es un paso adelante en el proceso de integración
regional que tiene como objetivo único la creación de un bloque
económico, social y político como la Unión Europea.

Sin embargo, no todas las visiones sobre el proyecto habían sido tan
positivas como los oficialismos de los países que lo impulsan. El ex
Ministro de Economía y Finanzas ecuatoriano, Mauricio Pozo, había
señalado al noticiero de radio Universal que este anuncio solamente es
político, y no técnico, porque esto obedece solamente a la disposición
de fondos existentes del petróleo.

Había dicho entonces que más importante que crear un banco regional
es fortalecer mucho más el desarrollo de dos instituciones financieras
que ya están probadas y que son sólidas: la Corporación
Andina de Fomento y el Fondo Latinoamericano de Reservas, FLAR.

BID

Mientras se discute la formación de un canal alternativo de financiamiento,
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo
de 100 millones de dólares destinado a mejorar la calidad y sanidad agropecuaria
y pesquera de Argentina, dijo al Gobierno.

Argentina es uno de los mayores productores y exportadores globales de carnes
y granos, pero en los últimos años enfermedades como la fiebre
aftosa o el hongo asiático de la soja afectaron a la producción
vacuna y a los cultivos.

El crédito fue aprobado a fines de septiembre en Washington luego de
tres días de negociaciones para financiar el programa de gestión
de alimentos, según el comunicado del Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria (Senasa).

“El programa está estructurado sobre la base de cinco componentes:
modernización de la gestión institucional, consolidación
del sistema de sanidad animal, fortalecimiento del sistema de sanidad vegetal
y del de inocuidad agroalimentaria e integración sanitaria regional supranacional”,
según el Senasa.

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