Jail Bolsonario, el candidato ultraderechista a la presidencia de Brasil que ha hecho comentarios denigrantes para la democracia, las mujeres y las minorías, por un pelo no ganó la mayoría en la primera ronda de votación el 7 de octubre. Obtuvo 46% de los votos y este próximo domingo 28 de octubre competirá contra Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores, quien en primera vuelta sacó 29% de los votos.
Se calcula que el domingo votarán 147 millones de personas no sólo para elegir presidente sino también gobernadores y legisladores. Bolsonaro, ex militar, ha sido comparado con Donald Trump y también con el presidente filipino Rodrigo Duterte. Admira el pasado dictatorial de Brasil, un país que, después de un golpe de estado en 1962, fue gobernado por una dictadura militar durante 20 años. Cree que Brasil necesita mano dura para hacer frente a sus problemas económicos, de corrupción y de violencia.
El surgimiento de Bolsonaro se produjo cuando el partido de los trabajadores fundado por Lula da Silva perdió apoyo en los últimos años debido a escándalos de corrupción y debilidad de la economía.
Bolsonaro consiguió el apoyo de los jóvenes, de los evangélicos, de los empresarios y hasta de las mujerse, según las encuestas.
Por el otro lado están los que ni siquiera pueden pronunciar su nombre. En las redes sociales se refieren a “la cosa”.
A Haddad no se lo conoce tanto como a Lula y, por añadidura, lleva sobre sus hombros la carga tóxica del partido del ex presidente, hoy preso. En verdad es su representante.
El siete de octubre lo dejó 17 puntos por debajo de Bolsonaro. Con más de una docena de candidatos en la contienda la pregunta es si podrá capturar suficientes votos de los cantidatos perdedores paraa ganar en segunda vuelta
De todas maneras, todavía no se ha dicho la última palabra.
