Bossert: “la nominación de Zaffaroni es un gol de media cancha”
El ex juez de la Corte Suprema de Justicia -quien había renunciado por fatiga moral el año pasado- se mostró entusiasmado por la postulación del penalista Eugenio Zaffaroni para ocupar el cargo que dejó libre la dimisión de Julio Nazareno.
Gustavo Bossert remarcó que esa impresión suya “es compartida por toda la gente del ambiente jurídico”, ya que Zaffaroni “es un hombre de una gran jerarquía científica”, algo que “cualquiera que lea por ejemplo su Tratado de Derecho Penal, lo puede afirmar”.
Además, destacó que Zaffaroni “es un humanista, y lo ha
demostrado como juez de primera instancia y como camarista”.
“Es lo que en el mundo del Derecho se llama un garantista, lo
que significa que en los conflictos que frecuentemente se suceden
por abusos de un procedimiento policial o abusos de un Poder
Ejecutivo o de alguna autoridad va a anular esos actos abusivos
para proteger las garantías individuales de los ciudadanos que
están contenidos en la Constitución”, explicó.
El ex juez de la Corte sostuvo que “ser un garantista y estar en un Tribunal importante es necesario en estos países calientes de América Latina, donde son bastantes frecuentes los abusos de las
autoridades”.
Y agregó que “Zaffaroni ha demostrado a todos los que hemos
seguido su carrera y su conducta que es un espíritu independiente,
y esto es fundamental para la Corte Suprema de Justicia de la
Argentina”.
“Para la democracia argentina es un gol de media cancha y ojalá
que se concrete”, aseveró Bossert, quien consideró que en el
proceso de escrutinio público que se ha abierto Zaffaroni “no
tendrá una sola oposición, porque concita el respeto de todos”.
Sobre la calificación de “garantista” que le atribuyó a
Zaffaroni, explicó que “hay quienes confunden esto y lo utilizan
en forma peyorativa, porque hay quienes creen que oponerse al
abuso de un procedimiento policial o de un gobierno es defender el
´viva la pepa´”.
Bossert, quien en octubre del año pasado renunció a la Corte
Suprema argumentando “cansancio espiritual”, tras integrar ese
cuerpo durante ocho años, elogió también el mecanismo de
autolimitación para la designación de integrantes de ese Tribunal
que dispuso el presidente Kirchner.
“Me parece muy bien todo lo que sea darle intervención a las
entidades intermedias, sobre todo, y a las ONG´s, y ojalá entremos
en un tiempo de mayor transparencia, como está dando la
impresión”.
Por otra parte, cuestionó el hecho de que la Corte Suprema
argentina deba atender unos 15 mil casos anuales, y señaló que “se
ha perdido de vista que esta corte está hecha a semejanza
de la de Estados Unidos, que es una Corte de garantías
constitucionales”.
Culpó por esta situación “al invento de la doctrina de la
arbitrariedad, que ya lleva 40 ó 50 años en la Argentina, por la
que todo pleito que hay en cualquier tribunal termina en la
Corte”.
“La Corte atiende aquí 15 mil casos por año, mientras que la de
Estados Unidos selecciona cien casos por año y hacen sentencias
que se comentan en todo el mundo”, concluyó.
Gustavo Bossert remarcó que esa impresión suya “es compartida por toda la gente del ambiente jurídico”, ya que Zaffaroni “es un hombre de una gran jerarquía científica”, algo que “cualquiera que lea por ejemplo su Tratado de Derecho Penal, lo puede afirmar”.
Además, destacó que Zaffaroni “es un humanista, y lo ha
demostrado como juez de primera instancia y como camarista”.
“Es lo que en el mundo del Derecho se llama un garantista, lo
que significa que en los conflictos que frecuentemente se suceden
por abusos de un procedimiento policial o abusos de un Poder
Ejecutivo o de alguna autoridad va a anular esos actos abusivos
para proteger las garantías individuales de los ciudadanos que
están contenidos en la Constitución”, explicó.
El ex juez de la Corte sostuvo que “ser un garantista y estar en un Tribunal importante es necesario en estos países calientes de América Latina, donde son bastantes frecuentes los abusos de las
autoridades”.
Y agregó que “Zaffaroni ha demostrado a todos los que hemos
seguido su carrera y su conducta que es un espíritu independiente,
y esto es fundamental para la Corte Suprema de Justicia de la
Argentina”.
“Para la democracia argentina es un gol de media cancha y ojalá
que se concrete”, aseveró Bossert, quien consideró que en el
proceso de escrutinio público que se ha abierto Zaffaroni “no
tendrá una sola oposición, porque concita el respeto de todos”.
Sobre la calificación de “garantista” que le atribuyó a
Zaffaroni, explicó que “hay quienes confunden esto y lo utilizan
en forma peyorativa, porque hay quienes creen que oponerse al
abuso de un procedimiento policial o de un gobierno es defender el
´viva la pepa´”.
Bossert, quien en octubre del año pasado renunció a la Corte
Suprema argumentando “cansancio espiritual”, tras integrar ese
cuerpo durante ocho años, elogió también el mecanismo de
autolimitación para la designación de integrantes de ese Tribunal
que dispuso el presidente Kirchner.
“Me parece muy bien todo lo que sea darle intervención a las
entidades intermedias, sobre todo, y a las ONG´s, y ojalá entremos
en un tiempo de mayor transparencia, como está dando la
impresión”.
Por otra parte, cuestionó el hecho de que la Corte Suprema
argentina deba atender unos 15 mil casos anuales, y señaló que “se
ha perdido de vista que esta corte está hecha a semejanza
de la de Estados Unidos, que es una Corte de garantías
constitucionales”.
Culpó por esta situación “al invento de la doctrina de la
arbitrariedad, que ya lleva 40 ó 50 años en la Argentina, por la
que todo pleito que hay en cualquier tribunal termina en la
Corte”.
“La Corte atiende aquí 15 mil casos por año, mientras que la de
Estados Unidos selecciona cien casos por año y hacen sentencias
que se comentan en todo el mundo”, concluyó.
