<p>Dentro de 48 días, en efecto, se realizará un referendo nacional legal (los que terminaron el domingo no son aceptados por La Paz). Ni por los dos vecinos principales de Bolivia, Brasil y Argentina. Por el contrario, la cobertura de la prensa conservadora en ambos, Chile y Uruguay responde a Washington, cuya administración saliente apoya a Santa Cruz.</p>
<p>Por otra parte, el plebiscito general de agosto es un arma de doble filo para legalistas y separatistas. A diferencia de los cinco efectuados en escala local, el próximo pone en juego los mandatos de Evo Morales y todos los gobernadores. Esto empieza a asustar a los propios separatistas y sus aliados en Buenos Aires: Brasil y Argentina no tolerarían la balcanización boliviana, que tampoco seduce a Perú ni Paraguay.</p>
<p>Hay demasiadas historias en danza. Verbigracia, la guerra con Paraguay (1933/6) le quitó a Bolivia casi un tercio de Santa Cruz de la Sierra y la mitad oriental de Tarija. Mucho después, en 1968, un régimen militar argentino lograba frenaba a sus colegas brasileños – y a Estados Unidos-, que querían desmembrar “ese país inviable” (según “Time”).</p>
<p>Volviendo a Tarija, que no limita con Santa Cruz, su valor está casi sujeto a hidrocarburos. Concretamente, posee 85% de las reservas bolivianas de gas natural en un territorio chico (37.600 km2) y poco poblado (390.000 habitantes). Ahí también pesa el pasado: la tierra chapaca se separó tardíamente de Salta.<br />
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Bolivia: otro plebiscito local favorece el separatismo
Según cifras provisorias, el autonomismo chapaco obtuvo 80% de los votos. Como la abstención se acerca a 30%, el saldo real es 54%. De todos modos, más que en Santa Cruz y los territorios vacíos (Beni, Pando). Pero la clave será el 10 de agosto.