Blindaje: prevén bajas en las tasas

La asistencia financiera ayudará a descomprimir la presión sobre el costo del dinero y facilitará el regreso de capitales. Las tasas pasivas oscilan actualmente en 14% anual y las activas en 18%.

18 diciembre, 2000

La ayuda financiera internacional que recibirá la Argentina en los próximos días ayudará a descomprimir la presión existente en el mercado financiero local, especialmente en una época del año en que la demanda de fondos aumenta.

Según el análisis y las opiniones de inversores y economistas, el problema financiero argentino se desencadenó en los últimos tiempos, luego de que, asustados por la posibilidad de que el país cayera en una cesación de pagos, grupos inversores internacionales retiraron sus depósitos de la plaza local.

Esa circunstancia provocó una fuerte puja por los fondos entre las entidades financieras que se intensificó por las necesidades que tenía el Gobierno de renovar su endeudamiento a medida que se iban produciendo los vencimientos de los títulos emitidos.

Así, subieron las tasas de interés como consecuencia de un fenómeno elemental: cuando hay menos recursos, los actores pugnan por no quedarse con las manos vacías y es mayor la presión que ejercen en el mercado sobre el costo del dinero.

De esta manera, en los últimos días, las tasas pasivas (el monto que percibe un usuario por colocar el dinero en un banco) se fijaron en 14% anual, mientras que las tasas activas (la ganancia que obtiene la entidad bancaria ante un depósito de una firma) se ubicaron en torno de 18% anual.

Con el blindaje, los inversores que impulsaron estos retiros estarían, de acuerdo a las proyecciones de los entendidos, dispuestos a regresar.

Entonces, otra vez con más recursos en el país, la presión por el costo del dinero (el interés) volverá a ceder, lo que haría caer las tasas.

Lo mismo ocurrirá con las reservas, especialmente luego de que, el 2 del mes próximo, vuelvan a regir las exigencias normales de encajes y se clausure así el grifo que facilitó recientemente la salida de capitales al exterior.

Siempre según la opinión de expertos en la materia, la estrategia que deberá seguir el Gobierno deberá girar, en primera instancia, en torno a recuperar la confianza de los inversores, a la espera de una genuina recuperación que se traduzca en un crecimiento sostenido de la economía.

En cuanto a los títulos públicos
Las tasas seguirán siendo atractivas, el anuncio del blindaje financiero permitió situar nuevamente al riesgo país en el nivel previo a noviembre.

Independientemente de la mencionada regularización del riesgo implícito en los activos argentinos y del plazo ganado para revertir el mencionado desfase financiero del Estado, queda pendiente un acercamiento a los niveles de riesgo soberano de Chile o México.

Por ello, algunos analistas económicas señalan que se hace evidente la necesidad de un avance sobre las reformas estructurales del Estado.

La necesidad de una aún más efectiva reforma estatal –señalan–quedó reflejada en las consecuencias de la crisis de octubre, con un financiamiento del Estado a un costo impensado en los últimos años, la reversión de la curva de rendimiento de los títulos de deuda soberanos y, fundamentalmente, a través de la erosión, por primera vez desde la crisis del sudeste asiático, de los depósitos.

Adicionalmente la mayor demanda de liquidez en el mercado local derivada de la estacionalidad del cierre del año, llevó las tasas interbancarias a un elevado nivel en los últimos días, restando fondos para la realización de inversiones.

En este contexto las posibilidades de inversión destacan la posibilidad de efectuar colocaciones a plazo a tasas muy favorables en un sistema financiero fortalecido, dejando cierto espacio para la suba de los títulos de corto plazo, excesivamente castigados, o los de mayor demanda global.

La ayuda financiera internacional que recibirá la Argentina en los próximos días ayudará a descomprimir la presión existente en el mercado financiero local, especialmente en una época del año en que la demanda de fondos aumenta.

Según el análisis y las opiniones de inversores y economistas, el problema financiero argentino se desencadenó en los últimos tiempos, luego de que, asustados por la posibilidad de que el país cayera en una cesación de pagos, grupos inversores internacionales retiraron sus depósitos de la plaza local.

Esa circunstancia provocó una fuerte puja por los fondos entre las entidades financieras que se intensificó por las necesidades que tenía el Gobierno de renovar su endeudamiento a medida que se iban produciendo los vencimientos de los títulos emitidos.

Así, subieron las tasas de interés como consecuencia de un fenómeno elemental: cuando hay menos recursos, los actores pugnan por no quedarse con las manos vacías y es mayor la presión que ejercen en el mercado sobre el costo del dinero.

De esta manera, en los últimos días, las tasas pasivas (el monto que percibe un usuario por colocar el dinero en un banco) se fijaron en 14% anual, mientras que las tasas activas (la ganancia que obtiene la entidad bancaria ante un depósito de una firma) se ubicaron en torno de 18% anual.

Con el blindaje, los inversores que impulsaron estos retiros estarían, de acuerdo a las proyecciones de los entendidos, dispuestos a regresar.

Entonces, otra vez con más recursos en el país, la presión por el costo del dinero (el interés) volverá a ceder, lo que haría caer las tasas.

Lo mismo ocurrirá con las reservas, especialmente luego de que, el 2 del mes próximo, vuelvan a regir las exigencias normales de encajes y se clausure así el grifo que facilitó recientemente la salida de capitales al exterior.

Siempre según la opinión de expertos en la materia, la estrategia que deberá seguir el Gobierno deberá girar, en primera instancia, en torno a recuperar la confianza de los inversores, a la espera de una genuina recuperación que se traduzca en un crecimiento sostenido de la economía.

En cuanto a los títulos públicos
Las tasas seguirán siendo atractivas, el anuncio del blindaje financiero permitió situar nuevamente al riesgo país en el nivel previo a noviembre.

Independientemente de la mencionada regularización del riesgo implícito en los activos argentinos y del plazo ganado para revertir el mencionado desfase financiero del Estado, queda pendiente un acercamiento a los niveles de riesgo soberano de Chile o México.

Por ello, algunos analistas económicas señalan que se hace evidente la necesidad de un avance sobre las reformas estructurales del Estado.

La necesidad de una aún más efectiva reforma estatal –señalan–quedó reflejada en las consecuencias de la crisis de octubre, con un financiamiento del Estado a un costo impensado en los últimos años, la reversión de la curva de rendimiento de los títulos de deuda soberanos y, fundamentalmente, a través de la erosión, por primera vez desde la crisis del sudeste asiático, de los depósitos.

Adicionalmente la mayor demanda de liquidez en el mercado local derivada de la estacionalidad del cierre del año, llevó las tasas interbancarias a un elevado nivel en los últimos días, restando fondos para la realización de inversiones.

En este contexto las posibilidades de inversión destacan la posibilidad de efectuar colocaciones a plazo a tasas muy favorables en un sistema financiero fortalecido, dejando cierto espacio para la suba de los títulos de corto plazo, excesivamente castigados, o los de mayor demanda global.

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