<p>El experimentado vicepresidente aseguró que “nosotros podemos hacer más, pero necesitamos mayores esfuerzos de la UE, no sólo en materia política”. Merkel, Biden, Nicolas Sarkozy y otros asistían en realidad a una reunión sobre seguridad donde, sugestivamente, se mentó poco al consejo homónimo (Naciones Unidas) y la cuestionada Organización del Tratado Noratlántico (OTAN).</p>
<p>Pero sí se tocaron temas como Irán y su proyecto nuclear, la nueva crisis en Palestina-Israel –las elecciones del estado judío podrían llevarlo a la extrema derecha- y el avance geopolítico ruso en el Cáucaso. Resultó significativo que Biden, al menos en público, fuese duro en cuando a la desmembrada Georgia.</p>
<p>Estados Unidos, en efecto, se niega a reconocer la “autonomía” de Abjazia y Osetia meridional. No obstante, Rusia recordó a los europeos que Tiflis se había apoderado de ambos territorios al licuarse la Unión Soviética, cuyos derechos sobre toda la región (Ciscaucasia, Georgia, Adzerbaidyán, Armenia oriental), desde tiempos del imperio, nunca fueron cuestionados.</p>
<p>Menos espinosa es la doble cuestión que une el todavía no cristalizado escudo de la OTAN sobre el oeste de Rusia –Biden lo apoyó- y las nuevas plataformas de igual tipo planeadas por Moscú en Kaliningrado. Este enclave da al Báltico, pues queda al norte de Polonia y el sudoeste de Lituania, por lo cual aquel presunto escudo sería inútil. El problema tiene una bisagra negociable: que Ucrania y Georgia desistan de adherir a la OTAN o a la UE.<br />
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Biden lanza en Munich la propuesta Obama, que también incluye a Irán
Tras saludar ostensiblemente a Henry Kissinger, Joseph Biden explicó a Angela Merkel y otros líderes el modelo diplomático de Barack Obama. Washington se abre al diálogo con Tehrán, Moscú y, quizá, Damasco. Pero pide más cooperación a la Unión Europea.