<p>Las sanciones occidentales contra Irán dificultan en extremo hacer negocios en dólares. No sólo petroleros: potencialmente, China está debiendo al tercer exportador mundial de crudos alrededor de US$ 30.000 millones.<br />
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Observadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estiman que hay más de dos años de facturas pendientes en favor de Irán. Por ende, ambos gobiernos han comenzado a buscar formas para esterilizar las deudas. <br />
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Por cierto, varios altos funcionarios persas muestran crecientes señales de enojo ante la poca disposición de sus mayores clientes petroleros a pagar en efectivo. Este problema ha contribuido a la escasez de divisas en el banco central iraní. Eso impide al emisor defender el rial, que se ha depreciado abruptamente durante junio y la mitad de julio. <br />
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China e India, juntas, compran un tercio de hidrocarburos iraníes, clave de la economía nacional. Solamente el primer semestre de este año, las importaciones chinas aumentaron 49%. La semana pasada, Teherán amenazó a India con cortarle el chorro, pues Delhi le debe crudos por US$ 5.000 millones. La plata está en Teherán, pero en custodia mientras dure el embargo.<br />
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A diferencia de India, que exporta casi nada a China, ésta es proveedora dominante en Irán. Por tanto, podría apelar al trueque para equilibrar el intercambio mutuo. La presencia del dragón abarca desde construir túneles hasta vender juguetes y electrónica de uso final. Paralelamente, compañías chinas se expanden en territorio iraní y, por el contrario, Royal Dutch/Sell o Total afrontan trabas operativas para actuar sin contravenir las sanciones de Estados Unidos y sus aliados. <br />
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Beijing y Teherán en un trueque de petróleo
China e Irán negocian apelar a un viejo sistema para intercambiar hidrocarburos persas por bienes y servicios chinos. ¿Por qué lo hacen? Porque el bloqueo financiero estadounidense a Irán afecta US$ 20.000 millones en importaciones de crudos a China.