<p>Esos números fueron superados por el Nasdaq (6,9%), el <em>Standard & Poor’s 500 </em>(6,6%) y el Dow Jones (5,5%). Se ignora si el patético mensaje presidencial fue idea propia o de algún asesor. El lenguaje trasuntó fragilidad. No era apropiado para afrontar a mercados en ebullición ni, muchos menos, al espectro de una “recesión parte 2”.<br />
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Probablemente la palabra no se oiga hoy durante la reunión del comité de política monetaria (Reserva Federal). Pero operadores e inversores suponen que de ahí saldrá algún tipo de intervención para enfriar los mercados. Sea cual fuere, deberá ser más enérgico que la mera compra de bonos españoles e italianos por parte del Banco Central Europeo, cuyos efectos se agotan en sí mismos.<br />
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Para EE.UU. y la Eurozona, este derrumbe de variables sucede en el peor contexto posible. Cualquier recaída en recesión será peor que la de 2007/09. Para empezar, la economía real se halla bastante más vulnerable que en esa oportunidad y casi no ha recobrado fuerzas para crecer, aunque Obama hable de un país AAA.<br />
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Como señala el <em>New York Times</em>, “la anterior burbuja terminó ajustando los cinturones, una nueva obligará a vender los pantalones. Para colmo, ya se han empleado casi todas las herramientas disponibles y quedan escasas opciones”. Con la Eurozona debatiéndose en su propia crisis, Standard & Poor’s al cabo sólo sinceraba un estado de cosas.<br />
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Al margen de factores financieros y crediticios, la segunda recesión o el “efecto W” se montan también en la emergencia ocupacional norteamericana. En 2007/10, la población activa creció 3%, pero el número de puestos laborales disponibles cedió 5%. Esto señala que, en el fondo, el empleo sigue retraído y esa recesión tal vez no ha terminado.<br />
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Naturalmente, la deuda federal es otro componente crítico. “A fin de 2007 –comenzando la recesión-, representaba 64,4% del producto bruto interno. A mediados de 2011, la cifra equivale al total”, afirma un estudio de Deutsche Bank. “Esto no sucedía desde que terminó la II guerra mundial”, confirma la consultoría <em>IHS Global Insight</em>. <br />
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En realidad, la situación recuerda la “minidepresión” de 1937/9. Con un atenuante: las utilidades del sector privado, mal llamado “corporativo”, ascendieron 22% en el primer trimestre del año sobre el último de 2007. Pero ¿cómo hacer que empresarios y banqueros inviertan para tonificar la economía? Dadas las características sociales de EE.UU., lograrlo sería más arduo que en la Eurozona, cuyos bancos han sido involucrados en los rescates financieros.<br />
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Barack Obama transmitió una imagen de fragilidad
Lejos aún de las elecciones, el presidente sólo atinó a decir que Estados Unidos es un país AAA, pese a las calificadoras. Mientras, Europa occidental quemaba 198.000 millones con abruptas caídas en Francfort (5%), París (4,7%) o Londres (3,4%)