Bagdad: Rice se impuso a Cheney y habrá otra reunión. Bush resiste

Pese a la violencia, se produjo el primer encuentro público desde 1979 entre Estados Unidos e Irán. En abril, los dieciséis países asistentes a esta conferencia y otros se encontrarán en Estambul. Pero George W.Bush no cede

12 marzo, 2007

En la capital iraquí, este fin de semana se establecieron tres comisiones técnicas que definirán cooperación para seguridad, paulatino regreso de los dos millones que se han exilado y cuestiones relativas a hidrocarburos (sin participación de las petroleras privadas). Este detalle subraya un triunfo de los departamentos de estado (Condoleezza Rice) y defensa (Robert Gates) sobre el hoy devaluado vicepresidente norteamericano, afectado por la condena de su asesor principal, Lewis Libby.

No obstante, desde Colombia –donde un gobierno sostenido por Wasghington se debate entre escándalos y balcanización-, Bush pide más fondos al congreso y ordena enviar 4.700 efectivos a Bagdad y 3.500 a Afganistán, aun contra la opinión de la cúpula militar. Ero la oposición presiona con un cronograma de retiro. En cuanto al Pentágono,, sostiene que hacen falta muchos más que los 21.500 solicitados por la Casa Blanca. No obstante, con 140.000 ya en campo, la capacidad de despliegue está llegando al máximo.

El encuentro del mes próximo será en escala de cancilleres, por lo cual Rice encabezará la delegación estadounidense. A diferencia de Irán, en los últimos años ha habido contactos oficiales con Siria, especialmente tras el fracaso de la aventura israelí en Líbano. De paso, en Bagdad nadie hizo alusiones a Tel Aviv.

Esta reunión abarcó EE.UU., Rusia, Francia, Gran Bretaña, China, Francia, Siria, Irán, Irak, Saudiarabia, Jordania, Egipto, Marruecos, Túnez, Argelia y Libia. La de abril agregará Turquía, Italia, Japón, Holanda, Alemania y Canadá. Vale decir, se completará el Grupo de los 8.

No obstante, a juicio de observadores de Europa occidental, el saldo político clave es el desplazamiento de Richard Cheney y los ultraconservadores que quedan alrededor de Bush. Mientras tanto, el presidente se distraía en una jira latinoamericana sin relevancia, salvo el acuerdo de biocombustibles con Brasil. La escala uruguaya fue casi de opereta: Tabaré Vázquez cortejando a Bush para desairar al Mercosur.

El avance de Rice es claro, pese a sus contradicciones. Desde Norcorea hasta Irak, su postura “medio paloma” fue desalojando a los halcones supérstites. No ocurre así en Latinoamérica, porque el elenco “especializado” próximo a Rice todavía cree que todo se reduce a Hugo Chávez –importante proveedor petrolero de EE.UU.- y sus desplantes “pour la galerie” (como los de Néstor Kirchner).

Sin embargo, Rice sigue hablando bien de los elementos duros que restan en el gobierno, aunque lo haga de la boca para afuera y no confìe en John Negroponte, profesional de golpes militares y cosas peores al sur de Tehuantepec. En todo caso, la secretaria de estado profiere apoyarse en Nicholas Burns (ex negociador en los Balcanes), David Satterfield –asesor especial para temas iraquíes- o Christopler Hill, a cargo del tema norcoreano.

Estas movidas señalan que van imponiéndose las recomendaciones del grupo de estudio sobre Irak (James Baker, Lee Hamilton). Sólo queda un flanco mal cubierto: la guerra afgana y su desborde a Pakistán, en manos de un dictador ambiguo, y la Cachemira india. En esa región, sostiene una cantidad respetable de analistas militares,se cifra “la verdadera guerra contra el terrorismo, no en Irak”.

En la capital iraquí, este fin de semana se establecieron tres comisiones técnicas que definirán cooperación para seguridad, paulatino regreso de los dos millones que se han exilado y cuestiones relativas a hidrocarburos (sin participación de las petroleras privadas). Este detalle subraya un triunfo de los departamentos de estado (Condoleezza Rice) y defensa (Robert Gates) sobre el hoy devaluado vicepresidente norteamericano, afectado por la condena de su asesor principal, Lewis Libby.

No obstante, desde Colombia –donde un gobierno sostenido por Wasghington se debate entre escándalos y balcanización-, Bush pide más fondos al congreso y ordena enviar 4.700 efectivos a Bagdad y 3.500 a Afganistán, aun contra la opinión de la cúpula militar. Ero la oposición presiona con un cronograma de retiro. En cuanto al Pentágono,, sostiene que hacen falta muchos más que los 21.500 solicitados por la Casa Blanca. No obstante, con 140.000 ya en campo, la capacidad de despliegue está llegando al máximo.

El encuentro del mes próximo será en escala de cancilleres, por lo cual Rice encabezará la delegación estadounidense. A diferencia de Irán, en los últimos años ha habido contactos oficiales con Siria, especialmente tras el fracaso de la aventura israelí en Líbano. De paso, en Bagdad nadie hizo alusiones a Tel Aviv.

Esta reunión abarcó EE.UU., Rusia, Francia, Gran Bretaña, China, Francia, Siria, Irán, Irak, Saudiarabia, Jordania, Egipto, Marruecos, Túnez, Argelia y Libia. La de abril agregará Turquía, Italia, Japón, Holanda, Alemania y Canadá. Vale decir, se completará el Grupo de los 8.

No obstante, a juicio de observadores de Europa occidental, el saldo político clave es el desplazamiento de Richard Cheney y los ultraconservadores que quedan alrededor de Bush. Mientras tanto, el presidente se distraía en una jira latinoamericana sin relevancia, salvo el acuerdo de biocombustibles con Brasil. La escala uruguaya fue casi de opereta: Tabaré Vázquez cortejando a Bush para desairar al Mercosur.

El avance de Rice es claro, pese a sus contradicciones. Desde Norcorea hasta Irak, su postura “medio paloma” fue desalojando a los halcones supérstites. No ocurre así en Latinoamérica, porque el elenco “especializado” próximo a Rice todavía cree que todo se reduce a Hugo Chávez –importante proveedor petrolero de EE.UU.- y sus desplantes “pour la galerie” (como los de Néstor Kirchner).

Sin embargo, Rice sigue hablando bien de los elementos duros que restan en el gobierno, aunque lo haga de la boca para afuera y no confìe en John Negroponte, profesional de golpes militares y cosas peores al sur de Tehuantepec. En todo caso, la secretaria de estado profiere apoyarse en Nicholas Burns (ex negociador en los Balcanes), David Satterfield –asesor especial para temas iraquíes- o Christopler Hill, a cargo del tema norcoreano.

Estas movidas señalan que van imponiéndose las recomendaciones del grupo de estudio sobre Irak (James Baker, Lee Hamilton). Sólo queda un flanco mal cubierto: la guerra afgana y su desborde a Pakistán, en manos de un dictador ambiguo, y la Cachemira india. En esa región, sostiene una cantidad respetable de analistas militares,se cifra “la verdadera guerra contra el terrorismo, no en Irak”.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades