Anne Krueger y Teresa Ter Minassian ahora operan en simultáneo

Por un lado, Anne Krueger reiteró reclamos en nombre de los acreedores privados. Por el otro, Teresa Ter Minassian –otra admiradora de Domingo F.Cavallo- aprovechaba una reunión del BID para difundir una propuesta dura para Argentina.

1 abril, 2004

Otra vez hablando en un ámbito favorable a sus ideas, la directora interina del Fondo Monetario insistió ayer en que Argentina debe aumentar el superávit fiscal para pagarles a los acreedores privados. Sólo que, ahora, ya no menciona al “comité global” dominado por fondos buitres.

“Sería mucho más feliz si el gobierno argentino hubiese hecho más para reducir la vulnerabilidad a los shocks”. Para la funcionaria, “falta convicción en el programa con el cual se ha comprometido ese país”. Mientras, en Lima, Ter Minassian –italiana de origen armenio- adelantaba que la propuesta que elevará al directorio del FMI “será más útil para Brasil que para Argentina”.

Igualmente, será “muy distinta a la presentada por once estados latinoamericanos y estará lejos de las pretensiones argentinas”. Esta campeona de la convertibilidad y la contabilidad imaginativa, todavía jefa de Asuntos Fiscales, recomienda ahora excluir de los presupuestos remitidos al Fondo “inversiones en ciertas empresas públicas con fines comerciales y en proyectos mixtos”. En la arrevesada jerga fondista, “proyectos públicos privados” (un contrasentido, aun en inglés).

Esa clase de emprendimientos no existe en Argentina, pero es típico de Brasil, Italia, México, Turquía, etc. Por supuesto, en medios conservadores se habla ya de “propuesta en estudio en el FMI”. En realidad, es un esquema pergeñado por Ter Minassian, que aún no fue elevado a directorio. El mismo que publicó en Internet un documento admitiendo serios errores de gestión respecto de Argentina en 1990-2001. Por entonces, quienes manejaban el tema eran Ter Minassian y, después, Anup Singh.

Sea como fuere, la intervención de Ter Minassian cerraba una reunión preliminar del Banco Interamericano de Desarrollo. Sin avances en materia del proyecto conocido como Área de Libre Comercio de las América (ALCA), esta asamblea no produjo resultados efectivos.

En cuanto al “debate” donde participó Krueger, era entre amigos. Por erjemplo, Hans Humer, Adam Lerrick (“comité global), un ejecutivo la calificadora Moddy’s y el argentino Guillermo Mondino, pero como profesor universitario. La única figura representativa –dejando a Krueger de lado- era Randolph Quarles, a cargo de Asuntos Internacionales en la secretaría de Hacienda.

Otra vez hablando en un ámbito favorable a sus ideas, la directora interina del Fondo Monetario insistió ayer en que Argentina debe aumentar el superávit fiscal para pagarles a los acreedores privados. Sólo que, ahora, ya no menciona al “comité global” dominado por fondos buitres.

“Sería mucho más feliz si el gobierno argentino hubiese hecho más para reducir la vulnerabilidad a los shocks”. Para la funcionaria, “falta convicción en el programa con el cual se ha comprometido ese país”. Mientras, en Lima, Ter Minassian –italiana de origen armenio- adelantaba que la propuesta que elevará al directorio del FMI “será más útil para Brasil que para Argentina”.

Igualmente, será “muy distinta a la presentada por once estados latinoamericanos y estará lejos de las pretensiones argentinas”. Esta campeona de la convertibilidad y la contabilidad imaginativa, todavía jefa de Asuntos Fiscales, recomienda ahora excluir de los presupuestos remitidos al Fondo “inversiones en ciertas empresas públicas con fines comerciales y en proyectos mixtos”. En la arrevesada jerga fondista, “proyectos públicos privados” (un contrasentido, aun en inglés).

Esa clase de emprendimientos no existe en Argentina, pero es típico de Brasil, Italia, México, Turquía, etc. Por supuesto, en medios conservadores se habla ya de “propuesta en estudio en el FMI”. En realidad, es un esquema pergeñado por Ter Minassian, que aún no fue elevado a directorio. El mismo que publicó en Internet un documento admitiendo serios errores de gestión respecto de Argentina en 1990-2001. Por entonces, quienes manejaban el tema eran Ter Minassian y, después, Anup Singh.

Sea como fuere, la intervención de Ter Minassian cerraba una reunión preliminar del Banco Interamericano de Desarrollo. Sin avances en materia del proyecto conocido como Área de Libre Comercio de las América (ALCA), esta asamblea no produjo resultados efectivos.

En cuanto al “debate” donde participó Krueger, era entre amigos. Por erjemplo, Hans Humer, Adam Lerrick (“comité global), un ejecutivo la calificadora Moddy’s y el argentino Guillermo Mondino, pero como profesor universitario. La única figura representativa –dejando a Krueger de lado- era Randolph Quarles, a cargo de Asuntos Internacionales en la secretaría de Hacienda.

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