<p>No obstante, ya los ministros económicos y financieros de la Eurozona (EcoFin) y la Comisión Europea (CE) analizan imitar a Estados Unidos y crear un “banco agregador” para activos tóxicos. Con una variante posible: un banco “malo” para esos paquete incolocables y uno “sano” para el resto de cada cartera intervenida.</p>
<p>Estos esquemas en realidad ahondan las divergencias entre las principales economías y ponen en postura desairada al ortodoxo Banco Central Europeo. Esto crea dudas sobre la urgente propuesta de Merkel y Sarkozy, dos dirigentes poco gratos al negocio financiero.</p>
<p>También se pone en tela de juicio la conferencia de la CE, programada para el 19 de marzo. Francia, Alemania e Italia sostienen que no es razonable esperar tanto. Máxime con Estados Unidos avanzando con el paquete de estímulos de Barack Obama.</p>
<p>Sea como fuere, la cuestión se politiza. Por de pronto medios británicos, holandeses y suecos ven la crisis sistémica como destrabadora del tratado constitucional (Lisboa, 2006). Por dos vías: aceptación pública en países que lo rechazaban –Irlanda, Dinamarca, República Checa, etc.- y ampliación de la Eurozona. En el segundo caso, será preciso derogar el tratado de Maastricht (1994) y sus exigencias anacrónicas.<br />
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Angela Merkel y Nicolas Sarkozy piden una cumbre UE
La canciller alemana y el presidente francés han planteado, para este mismo mes, una reunión de jefes de estado o gobierno. Los veintisiete socios de la Unión Europea deberán coordinar medidas anticrisis encaradas hasta ahora en forma aislada.