Alemania baja cargas laborales

El Consejo de Ministros del canciller alemán, Gerhard Schroeder, aprobó el proyecto de reforma sanitaria, que busca una mayor eficiencia en el sistema y una reducción de gastos que traerá aparejada una baja de las contribuciones patronales.

28 mayo, 2003

“Si no logramos reducir las cargas al trabajo para que sea más atractivo crear empleo será difícil tener un equilibrio entre gastos e ingresos”, advirtió la ministra de Sanidad, Ulla Schmidt al presentar el proyecto ante la prensa.
“Tenemos que crear empleo porque los sistemas sociales necesitan trabajadores que paguen sus contribuciones”, añadió la ministra.

Las dos principales herramientas para lograr una reducción de gastos son algunos recortes en las prestaciones que pagan las aseguradoras médicas, así como un cambio del régimen de financiación de ciertos subsidios como la maternidad.

El pago de este último, y de otros, deberá ser asumido en el futuro por Hacienda y para su financiación se prevé un aumento del impuesto al tabaco en tres etapas que culminarán en 2005 cuando la cajetilla de 20 cigarrillos se encarecerá en 1 euro a causa de ese tributo.

Del aumento del impuesto al tabaco, según explicó Schmidt, también se espera un efecto secundario consistente en que el alza del precio de la cajetilla disuada a algunos jóvenes del hábito de fumar lo que, a largo plazo, repercutirá también en una reducción de los costos del sistema sanitario.

El tema del impuesto al tabaco es uno de los que más discusiones ha generado en torno a la reforma porque los críticos consideran contradictorias las dos metas de la medida y, además, muchos creen que la recaudación será menor de lo esperado porque muchos fumadores recurrirán a cigarrillos de contrabando.

Schmidt salió hoy al paso de esas críticas aludiendo a estudios que demuestran que cerca de un 20 por ciento de los adolescentes que fuman reaccionan apartándose del vicio, lo que es un efecto deseado, mientras que sólo el 5 por ciento de los adultos hace lo mismo, lo que garantiza una recaudación alta.
Además de esas medidas concretas, hay una serie de cambios estructurales que deberán conducir también a una reducción de los costos y una mayor eficiencia del sistema.

En primer lugar, se creará un “Centro Alemán para la Calidad de la Medicina”, que deberá ser independiente del Estado, cuya labor principal será la evaluación de tratamientos médicos y de medicamentos para permitir una revisión permanente del catálogo de prestaciones de las aseguradoras médicas.
También se fortalecerá el papel de los médicos de cabecera dentro del sistema.
Actualmente, el sistema sanitario permite a los asegurados ir directamente a un especialista, sin pasar previamente por su médico de cabecera.

Schmidt sostiene que esa posibilidad lleva en ocasiones a que el asegurado visite varios especialistas sin que haya comunicación alguna entre ellos con lo que puede darse el caso de que algunos exámenes se hagan innecesariamente varias veces y o a que pacientes consulten al especialista equivocado, lo que aumenta los costos.

En el futuro, según el proyecto de ley, el paciente que visite un especialista sin pasar primero por su médico de cabecera deberá pagar 15 euros de su bolsillo.
En cambio, quien acepte el papel de monitor del médico de cabecera, gozará de una reducción del 50 por ciento en lo que tiene que pagar de su bolsillo por medicamentos.
De esa regla quedan excluidos los oftalmólogos, los ginecólogos y los pediatras que podrán seguir siendo consultados por los pacientes sin ser enviados por su médico de cabecera y sin costo adicional.

Por último, hay una serie de medidas para buscar una mayor transparencia en el sistema, para motivar a los pacientes a que participen en programas de prevención de enfermedades y para luchar contra la corrupción en el sector sanitario.
Con respecto a esto, Schmidt se refirió a ciertos casos en los que las estadísticas sugerían que algunos pacientes habían “seguido siendo atendidos después de haber muerto”.

Fuente: EFE

“Si no logramos reducir las cargas al trabajo para que sea más atractivo crear empleo será difícil tener un equilibrio entre gastos e ingresos”, advirtió la ministra de Sanidad, Ulla Schmidt al presentar el proyecto ante la prensa.
“Tenemos que crear empleo porque los sistemas sociales necesitan trabajadores que paguen sus contribuciones”, añadió la ministra.

Las dos principales herramientas para lograr una reducción de gastos son algunos recortes en las prestaciones que pagan las aseguradoras médicas, así como un cambio del régimen de financiación de ciertos subsidios como la maternidad.

El pago de este último, y de otros, deberá ser asumido en el futuro por Hacienda y para su financiación se prevé un aumento del impuesto al tabaco en tres etapas que culminarán en 2005 cuando la cajetilla de 20 cigarrillos se encarecerá en 1 euro a causa de ese tributo.

Del aumento del impuesto al tabaco, según explicó Schmidt, también se espera un efecto secundario consistente en que el alza del precio de la cajetilla disuada a algunos jóvenes del hábito de fumar lo que, a largo plazo, repercutirá también en una reducción de los costos del sistema sanitario.

El tema del impuesto al tabaco es uno de los que más discusiones ha generado en torno a la reforma porque los críticos consideran contradictorias las dos metas de la medida y, además, muchos creen que la recaudación será menor de lo esperado porque muchos fumadores recurrirán a cigarrillos de contrabando.

Schmidt salió hoy al paso de esas críticas aludiendo a estudios que demuestran que cerca de un 20 por ciento de los adolescentes que fuman reaccionan apartándose del vicio, lo que es un efecto deseado, mientras que sólo el 5 por ciento de los adultos hace lo mismo, lo que garantiza una recaudación alta.
Además de esas medidas concretas, hay una serie de cambios estructurales que deberán conducir también a una reducción de los costos y una mayor eficiencia del sistema.

En primer lugar, se creará un “Centro Alemán para la Calidad de la Medicina”, que deberá ser independiente del Estado, cuya labor principal será la evaluación de tratamientos médicos y de medicamentos para permitir una revisión permanente del catálogo de prestaciones de las aseguradoras médicas.
También se fortalecerá el papel de los médicos de cabecera dentro del sistema.
Actualmente, el sistema sanitario permite a los asegurados ir directamente a un especialista, sin pasar previamente por su médico de cabecera.

Schmidt sostiene que esa posibilidad lleva en ocasiones a que el asegurado visite varios especialistas sin que haya comunicación alguna entre ellos con lo que puede darse el caso de que algunos exámenes se hagan innecesariamente varias veces y o a que pacientes consulten al especialista equivocado, lo que aumenta los costos.

En el futuro, según el proyecto de ley, el paciente que visite un especialista sin pasar primero por su médico de cabecera deberá pagar 15 euros de su bolsillo.
En cambio, quien acepte el papel de monitor del médico de cabecera, gozará de una reducción del 50 por ciento en lo que tiene que pagar de su bolsillo por medicamentos.
De esa regla quedan excluidos los oftalmólogos, los ginecólogos y los pediatras que podrán seguir siendo consultados por los pacientes sin ser enviados por su médico de cabecera y sin costo adicional.

Por último, hay una serie de medidas para buscar una mayor transparencia en el sistema, para motivar a los pacientes a que participen en programas de prevención de enfermedades y para luchar contra la corrupción en el sector sanitario.
Con respecto a esto, Schmidt se refirió a ciertos casos en los que las estadísticas sugerían que algunos pacientes habían “seguido siendo atendidos después de haber muerto”.

Fuente: EFE

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