<p>Semejantes costos traban los movimientos de vehículos en la región y atiborran terrenos, jardines, calles, estacionamientos, etc. Pese a ser un relevante proveedor de crudos al resto del país, Alaska ostenta el promedio más alto de Estados Unidos.</p>
<p>Así revela un trabajo de a Asociación Norteamericana de Automovilismo (AAA en inglés). La media aláskata marca US$ 1,22 el litro, bastante superior a la nacional, 1,08. El precio promedio argentino se acerca a US$ 1,05.</p>
<p>¿Cuál es el problema? Uno típico del “laissez faire” mercantilista: la población del estado es demasiado escasa y dispersa para permitir economías de escala. Vale decir, es un mercado inviable para el negocio, tal como se lo entiende en EE.UU. La vecina Canadá, cuya provincia de Colombia separa Alaska y el resto de su país, resuelve ese desequilibrio vía una política de precios flexibles.</p>
<p>En el gélido estado todo queda sujeto a la competencia privada. Pero hay otro ingrediente perverso: el gobierno estadual promueve precios altos para obtener utilidades por impuestos y regalías. Casi 80% de los ingresos operativos. En el último ejercicio suman US$ 10.000 millones, el doble que en el anterior.</p>
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Alaska tiene la nafta más cara de EE.UU.: US$ 2,25 el litro
Los californianos que lloran porque el combustible les cuenta US$ 1,17 el litro, debieran viajar a norte. Así, en la reserva india Denaina-Athabaska el nivel llega a 2,25.