El África subsahariana es un continente con serios problemas de seguridad alimentaria que amenazan a millones de habitantes. Este problema se agrava por una dependencia excesiva de la agricultura irrigada solamente por la lluvia, por conflictos que desplazan agricultores y por endebles derechos de propiedad. Cada vez más, el problema del cambio climático pone más limitaciones a la capacidad del continente para alimentar a sus habitantes.
Es evidente que África no puede seguir avanzando en su desarrollo si no está en condiciones de proveer alimento adecuado a los africanos. Esta precaria situación alimentaria se combina con el escepticismo en cuanto a la adopción de biotecnología, como por ejemplo los alimentos genéticamente modificados. Tanto el liderazgo político, el sector privado y la sociedad civil deberán pensar seriamente en la adopción de cultivos genéticamente modificados (CG M)
Temesgen Deressa, Jessica Pugliese y Mwangi S. Kimenyi, tres investigadores de la África Growth Initiative en el programa Global Economy and Development de la Brookings Institution en Washington, D.C. argumentan a favor de esa adopción explicando que los científicos han agregado rasgos o características a los cultivos mediante métodos biotecnológicos que los hace más rendidores que los cultivos convencionales. Hay dos nombres alternativos para lo mismo: organismos genéticamente modificados (GM) y organismos genéticamente ingenierizados (GE) que es el término adoptado por la Food and Drug Administration de Estados Unidos.
Los argumentos a favor de la adopción de cultivos GM
, como aumentar el rendimiento y la seguridad alimentaria, ya han sido ampliamente explicados por académicos de Harvard. Pero además tienen la posibilidad de jugar un papel importante en la adaptación al cambio climático. El presidente Barack Obama también respalda la biotecnología como una forma de hacer frente a los desafíos agrícolas relacionados con el clima.
Según el Banco Mundial, 96% de la tierra cultivada en África es irrigada por lluvia, lo que convierte a la agricultura africana en fuertemente dependiente del clima (lluvia y temperatura). Además, el cambio climático va a exacerbar el déficit pluvial, ya bastante deficiente, en el continente. Los climas cálidos aumentan las pestes de insectos y las enfermedades, lo cual baja la productividad de los cultivos. Es por eso que los cultivos resistentes a las pestes y las sequías adquieren relevancia para la capacidad del continente a adaptarse a la creciente variabilidad de las lluvias y de temperatura. Los avances en modificación genética han credo plantas resistentes a las pestes y a las enfermedades y semillas que pueden tolerar condiciones ambientales duras. Sin embargo, a pesar de todas estas ventajas, la adopción de cultivos GM en África ha sido mínima hasta ahora.
Las preocupaciones
El tema está muy politizado. Si bien el tema de la seguridad de los cultivos encabeza la lista de preocupaciones, un análisis reciente de toda la literatura publicada sobre el tema descubre que los escritos sostienen el argumento de que el ADN de los transgénicos no es sustancialmente diferente de cualquier otro ADN presente en los alimentos.
Otras preocupaciones giran en torno al comercio, a la compatibilidad con los sistemas locales de agricultura y la dependencia de sectores privados extranjeros para la tecnología. La producción de alimentos GM puede impactar negativamente en el comercio desde que algunos países (Francia y Alemania) tienen prohibiciones y exigen un etiquetado especial para esos productos.
Los críticos también sostienen que la cadena de suministro para cultivos GM es incompatible con los sistemas de granjas pequeñas. Los pequeños agricultores están acostumbrados a guardar semillas de cosechas anteriores mientras que un cultivo GM exige comprar semillas nuevas para cada siempre para mantener los rasgos genéticos deseados debido al llamado gen exterminador.