Afirman que se dio el primer paso para un acuerdo de largo plazo con el FMI

Las condiciones serían avanzar en las reformas estructurales, incrementar tarifas y encontrar una solución al tema de las ejecuciones hipotecarias, aunque también se le ratificó la decisión de no privatizar el Banco Nación.

24 junio, 2003

Ambas partes dieron así el primer paso de un nuevo acuerdo en
reemplazo del que vence en septiembre próximo, ya que a partir de
ese momento el país deberá afrontar vencimientos por más de 6.000
Millones de dólares con los organismos internacionales de
crédito.

En su primer día de la visita de dos días al país, el
influyente funcionario de origen alemán tuvo una completa agenda
que incluyó un almuerzo con el ministro Roberto Lavagna,
encuentros con empresarios y organizaciones sociales y una cena
con el presidente Néstor Kirchner.

Para sorpresa de muchos, Köhler admitió el importante papel de
la obra pública, como sucedió en la Alemania de la posguerra, en
una inusual manifestación para un hombre del Fondo, según
confiaron a esta agencia participantes del encuentro.
Esto ratificaría una distensión en el clima, alejado del
discurso más duro de la número dos del organismo, Anne Krueger,
alineada a los sectores más ortodoxos de la Casa Gobierno.
Como gesto de buena voluntad hacia el visitante, el Gobierno
dio a conocer hoy mismo el texto de un decreto que dispone la
apertura de un registro con deudores hipotecarios de vivienda
única.

El Gobierno subsidiaría a los deudores que tienen vivienda
única y con sentencia judiclal, para separarlos del resto y dejar
caer así la norma que prorroga las ejecuciones, tal como reclama
el Fondo.

Este tema volvió a aparecer en las reuniones que mantuvo en
Economía con Lavagna y su equipo, porque para el organismo es un
tema que hace a la seguridad jurídica del país.
De este almuerzo participaron, además de Köhler y Lavagna, el
director del Departamento del Hemisferio Occidental, Anoop Singh,
el representante permanente del FMI en la Argentina John
Dodsworth, un grupo de técnicos encabezados por Tiwar Siddhart,
los secretarios de Finanzas, Guillermo Nielsen, y de Coordinación
Técnica, Leonardo Madcur y el subsecretario de Financiamiento,
Sebastían Palla.

Uno de los temas obligados de este encuentro fue la estrategia
del Gobierno para encarar a partir de septiembre la renegociación
de la deuda con los acreedores privados del exterior.
Posteriormente, Lavagna y Köhler se reunieron a solas en el
despacho privado del ministro.

En medio de estrictas normas de seguridad, el director del
Fondo se trasladó del Sheraton de Retiro, donde se alojó, al
palacio de Hacienda y de allí regresó al hotel para mantener el
resto de las reuniones.

En todas, según las fuentes consultadas, buceó sobre la
posibilidad de que el país avance en la reformas estructurales,
como la del sistema financiero, la tributaria y el régimen
coparticipanle, entre otros.

También reclama una meta creciente de superávit fiscal
primario, superior al 2,5 por ciento pactado hasta agosto
próximo.

Mañana, volverá a reunirse con Kirchner, con Lavagna y también
con el presidente del Banco Central, Alfonso Prat-Gay, como así
también con legisladores del oficialismo y la oposición.
En el Congreso, conocerá el plafón que tiene el Congreso para
sacar las leyes que necesita el Gobierno y que deberán constar en
la nueva Carta de Intención que se deberán firmar.

Para el Fondo, como así también para el gobierno de los Estados
Unidos es indispensable concocer el verdadero espacio de
gobernabilidad de la administración Kirchner antes de sellar un
entendimiento de largo plazo.

Este acuerdo tendría una duración de tres años y medio y
dependería de la presentación de un plan económico sostenible que
el organism le reclama al Gobierno.

Luego del encuentro con empresarios, la presidenta del Banco
Nación, Felisa Miceli, admitió que “se habló de la privatización”
de esa entidad”, aunque le ratificó la decisión de no vender la
institución, porque “es una pieza fundamental de la economía
argentina”.

Hay que recordar que Miceli es una persona de extrema confianza
de Lavagna.

Köhler se reunió también con representantes de Cáritas, de la
Mesae del Diálogo Argentino, del Episcopado, de la AMIA y otras
comunidades religiosas, del Centro de Estudios Legales y Sociales,
Poder Ciudadano y acádemicos de la Facultad de Ciencias Económicas
de la Universidad de Buenos Aires, que delinearon el denominado
“Plan Fenix”.

Tanto la llegada como la partida del titular del FMI estuvo
acompañada de maniobras de distracción del perosonal de seguridad,
para evitar el contacto con la prensa del titular del FMI.

Ambas partes dieron así el primer paso de un nuevo acuerdo en
reemplazo del que vence en septiembre próximo, ya que a partir de
ese momento el país deberá afrontar vencimientos por más de 6.000
Millones de dólares con los organismos internacionales de
crédito.

En su primer día de la visita de dos días al país, el
influyente funcionario de origen alemán tuvo una completa agenda
que incluyó un almuerzo con el ministro Roberto Lavagna,
encuentros con empresarios y organizaciones sociales y una cena
con el presidente Néstor Kirchner.

Para sorpresa de muchos, Köhler admitió el importante papel de
la obra pública, como sucedió en la Alemania de la posguerra, en
una inusual manifestación para un hombre del Fondo, según
confiaron a esta agencia participantes del encuentro.
Esto ratificaría una distensión en el clima, alejado del
discurso más duro de la número dos del organismo, Anne Krueger,
alineada a los sectores más ortodoxos de la Casa Gobierno.
Como gesto de buena voluntad hacia el visitante, el Gobierno
dio a conocer hoy mismo el texto de un decreto que dispone la
apertura de un registro con deudores hipotecarios de vivienda
única.

El Gobierno subsidiaría a los deudores que tienen vivienda
única y con sentencia judiclal, para separarlos del resto y dejar
caer así la norma que prorroga las ejecuciones, tal como reclama
el Fondo.

Este tema volvió a aparecer en las reuniones que mantuvo en
Economía con Lavagna y su equipo, porque para el organismo es un
tema que hace a la seguridad jurídica del país.
De este almuerzo participaron, además de Köhler y Lavagna, el
director del Departamento del Hemisferio Occidental, Anoop Singh,
el representante permanente del FMI en la Argentina John
Dodsworth, un grupo de técnicos encabezados por Tiwar Siddhart,
los secretarios de Finanzas, Guillermo Nielsen, y de Coordinación
Técnica, Leonardo Madcur y el subsecretario de Financiamiento,
Sebastían Palla.

Uno de los temas obligados de este encuentro fue la estrategia
del Gobierno para encarar a partir de septiembre la renegociación
de la deuda con los acreedores privados del exterior.
Posteriormente, Lavagna y Köhler se reunieron a solas en el
despacho privado del ministro.

En medio de estrictas normas de seguridad, el director del
Fondo se trasladó del Sheraton de Retiro, donde se alojó, al
palacio de Hacienda y de allí regresó al hotel para mantener el
resto de las reuniones.

En todas, según las fuentes consultadas, buceó sobre la
posibilidad de que el país avance en la reformas estructurales,
como la del sistema financiero, la tributaria y el régimen
coparticipanle, entre otros.

También reclama una meta creciente de superávit fiscal
primario, superior al 2,5 por ciento pactado hasta agosto
próximo.

Mañana, volverá a reunirse con Kirchner, con Lavagna y también
con el presidente del Banco Central, Alfonso Prat-Gay, como así
también con legisladores del oficialismo y la oposición.
En el Congreso, conocerá el plafón que tiene el Congreso para
sacar las leyes que necesita el Gobierno y que deberán constar en
la nueva Carta de Intención que se deberán firmar.

Para el Fondo, como así también para el gobierno de los Estados
Unidos es indispensable concocer el verdadero espacio de
gobernabilidad de la administración Kirchner antes de sellar un
entendimiento de largo plazo.

Este acuerdo tendría una duración de tres años y medio y
dependería de la presentación de un plan económico sostenible que
el organism le reclama al Gobierno.

Luego del encuentro con empresarios, la presidenta del Banco
Nación, Felisa Miceli, admitió que “se habló de la privatización”
de esa entidad”, aunque le ratificó la decisión de no vender la
institución, porque “es una pieza fundamental de la economía
argentina”.

Hay que recordar que Miceli es una persona de extrema confianza
de Lavagna.

Köhler se reunió también con representantes de Cáritas, de la
Mesae del Diálogo Argentino, del Episcopado, de la AMIA y otras
comunidades religiosas, del Centro de Estudios Legales y Sociales,
Poder Ciudadano y acádemicos de la Facultad de Ciencias Económicas
de la Universidad de Buenos Aires, que delinearon el denominado
“Plan Fenix”.

Tanto la llegada como la partida del titular del FMI estuvo
acompañada de maniobras de distracción del perosonal de seguridad,
para evitar el contacto con la prensa del titular del FMI.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades