Abramoff se declara culpable y empieza a dar nombres

Surge otro escándalo republicano, vinculado a corrupción, fraude y lavado de fondos. El principal imputado es Thomas DeLay, operador del gobierno en la cámara baja. Ahora, su ex asesor Jack Abramoff involucra a unos veinte legisladores.

5 enero, 2006

La cooperación de Abramoff –especie de Ruggierito tejano- puede llevar el sumario abierto en la secretaría de Justicia a un nivel políticamente muy delicado. DeLay no será, al cabo, el único parlamentario metido en serios aprietos. Por el momento y si no hay arreglo previo, el concurso de tres cargos puede poner a Abramoff entre rejas hasta 25 años.

La procuraduría federal sostiene que Abramoff y un ex socio de negocios, Michael Scanlon (antes, asesor de DeLay en la cámara baja) entregaron dinero o valores a un legislador -no identificado en la información a los medios- que los fiscales llaman “diputado X”. Detalles revelados por Abramoff al tribunal, en efecto, remiten a Scanlon: en noviembre, se había admitidp culpable y comenzó a aportar datos y nombres.

No obstante, hace algunas semanas se supo que el “representante X” era Robert Ney (republicano, Ohio). Este actuaba en connivencia con su ex asesor en la cámara baja, Neil Volz. Después, Volz fue contratado por Abramoff.

“Para reducir una eventual sentencia de 25 años a diez, Abramoff “implica no menos de veinte legisladores y puede salpicar al gobierno de Tejas y la Casa Blanca misma”. Esto presume Melanie Sloan, ex fiscal federal y ahora jefa de una ONG de Washington, llamada “ciudadanos por la responsabilidad y la ética”.

Por cierto, el miércoles Abramoff aceptó desenmascarar una amplia red de coimas, donde figuran veinte parlamentarios mayormente oficialistas y sus asesores. Algunos medios elevan a sesenta la cantidad de sobornados por el dúo DeLay-Abramoff. Los fondos recaudados y luego malversados pertenecían a la campaña por la reelección de Bush (2004).

Ante el escándalo, varios congresistas empiezan a deshacerse de aportes. También acaba de hacerlo el propio George W.Bush que, según su vocero Scott McClellan, resolvió donar US$ 6.000 recibidos de Abramoff. “Ha sido la peor manera posible de abrir un año de comicios parlamentarios”, admitió George H.Bush, padre del presidente.

La cooperación de Abramoff –especie de Ruggierito tejano- puede llevar el sumario abierto en la secretaría de Justicia a un nivel políticamente muy delicado. DeLay no será, al cabo, el único parlamentario metido en serios aprietos. Por el momento y si no hay arreglo previo, el concurso de tres cargos puede poner a Abramoff entre rejas hasta 25 años.

La procuraduría federal sostiene que Abramoff y un ex socio de negocios, Michael Scanlon (antes, asesor de DeLay en la cámara baja) entregaron dinero o valores a un legislador -no identificado en la información a los medios- que los fiscales llaman “diputado X”. Detalles revelados por Abramoff al tribunal, en efecto, remiten a Scanlon: en noviembre, se había admitidp culpable y comenzó a aportar datos y nombres.

No obstante, hace algunas semanas se supo que el “representante X” era Robert Ney (republicano, Ohio). Este actuaba en connivencia con su ex asesor en la cámara baja, Neil Volz. Después, Volz fue contratado por Abramoff.

“Para reducir una eventual sentencia de 25 años a diez, Abramoff “implica no menos de veinte legisladores y puede salpicar al gobierno de Tejas y la Casa Blanca misma”. Esto presume Melanie Sloan, ex fiscal federal y ahora jefa de una ONG de Washington, llamada “ciudadanos por la responsabilidad y la ética”.

Por cierto, el miércoles Abramoff aceptó desenmascarar una amplia red de coimas, donde figuran veinte parlamentarios mayormente oficialistas y sus asesores. Algunos medios elevan a sesenta la cantidad de sobornados por el dúo DeLay-Abramoff. Los fondos recaudados y luego malversados pertenecían a la campaña por la reelección de Bush (2004).

Ante el escándalo, varios congresistas empiezan a deshacerse de aportes. También acaba de hacerlo el propio George W.Bush que, según su vocero Scott McClellan, resolvió donar US$ 6.000 recibidos de Abramoff. “Ha sido la peor manera posible de abrir un año de comicios parlamentarios”, admitió George H.Bush, padre del presidente.

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