Abramoff, ex rey del lobby, afronta setenta meses entre rejas

Jack Abramoff, el gestor otrora más influyente de Washington y centro de un escándalo que salpica a varios capitostes republicanos, ha sido sentenciado a casi seis años de prisión. Motivo: fraude en la compra de casinos flotantes floritanos.

30 marzo, 2006

El ex asesor de Thomas DeLay, diputado oficialista por Tejas -cuyas conexiones llegan al lavado de dinero-, ha aceptado colaborar con los fiscales. Justamente, en una causa contra el ex jefe de la bancada republicana y operador clave de la Casa Blanca. Este proceso involucra a otros legisladores, dirigentes políticos y a aportes empresarios a campañas del partido en Tejas, a cambio de trato preferencial de sus intereses.

Por otra parte, Abramoff y su cómplice, Adam Kidan, deberán abonar US$ 21.700.000 en resarcimientos. El segundo también afronta cinco años y diez meses a la sombra. Ambos se habían declarado culpables, en enero, ante el tribunal federal de Miami, admitiendo haber falsificado documentos para obtener un crédito de US$ 60 millones, destinado a la adquisición de SunCruz, una flota de casinos y prostíbulos, aptos para agasajar legisladores.

Esos papeles afirmaban que Abramoff y Kidan habían puesto US$ 23 millones propios, lo cual no era cierto. El ex cabildero estelar también se reconoció culpable de asociación ilícita y fraude en el distrito federal, relacionados con el “reclutamiento” de senadores y diputados para promover negocios de sus clientes. Amén de DeLay, los fiscales federales investigan a otros dos republicanos, Robert Ney (Ohio) y Ralph Reed, ex jefe de la “coalición cristiana”, grupo opuesto a Charles Darwin donde milita Karl Rove, asesor favorito de Bush.

Hace pocas semanas, en una entrevista con “Vanity Fair”, DeLay sostuvo que había operado estrechamente con muchos altos dirigentes y legisladores oficialistas y eso lo sabían perfectamente el presidente George W,Bush y el vice, Richard Cheney. “Si lo niegan, estarán mintiendo”, señaló.

Hay un costado tenebroso en el asunto de Miami. Abramoff y Kidan le compraron SunCruz a Konstantinos Bulís, luego eliminado a balazos en Fort Lauderdale, Florida. Eso ocurrió en febrero de 2001 y tres mafiosos, uno de ellos allegado a Abramoff, fueron encausados.

En medio de las acciones judiciales, dos encuestas de alcance nacional indicaron que la mitad de los consultados cree que existe corrupción en el congreso, tanto entre republicanos como entre demócratas. Días atrás, sospechosos incentivos al negocio petrolero tejano pusieron en evidencia que se regalan miles de millones a compañías con buenos “lobbies” y legisladores amigos.

Ya activo en tiempos de Ronald Reagan, Abramoff pasó a Washington en 1994, cuando los republicanos lograron controlar la cámara baja. Su allegado, Michael Scanlon (procesado en otras causas), integraba una sociedad de hecho, donde ambos se dividían secretamente honorarios y ganancias. Por ejemplo, Abramoff le timó US$ 80 millones a la etnia choctaw, con un anzuelo: gestionar permisos para abrir casinos en las reservas.

El ex asesor de Thomas DeLay, diputado oficialista por Tejas -cuyas conexiones llegan al lavado de dinero-, ha aceptado colaborar con los fiscales. Justamente, en una causa contra el ex jefe de la bancada republicana y operador clave de la Casa Blanca. Este proceso involucra a otros legisladores, dirigentes políticos y a aportes empresarios a campañas del partido en Tejas, a cambio de trato preferencial de sus intereses.

Por otra parte, Abramoff y su cómplice, Adam Kidan, deberán abonar US$ 21.700.000 en resarcimientos. El segundo también afronta cinco años y diez meses a la sombra. Ambos se habían declarado culpables, en enero, ante el tribunal federal de Miami, admitiendo haber falsificado documentos para obtener un crédito de US$ 60 millones, destinado a la adquisición de SunCruz, una flota de casinos y prostíbulos, aptos para agasajar legisladores.

Esos papeles afirmaban que Abramoff y Kidan habían puesto US$ 23 millones propios, lo cual no era cierto. El ex cabildero estelar también se reconoció culpable de asociación ilícita y fraude en el distrito federal, relacionados con el “reclutamiento” de senadores y diputados para promover negocios de sus clientes. Amén de DeLay, los fiscales federales investigan a otros dos republicanos, Robert Ney (Ohio) y Ralph Reed, ex jefe de la “coalición cristiana”, grupo opuesto a Charles Darwin donde milita Karl Rove, asesor favorito de Bush.

Hace pocas semanas, en una entrevista con “Vanity Fair”, DeLay sostuvo que había operado estrechamente con muchos altos dirigentes y legisladores oficialistas y eso lo sabían perfectamente el presidente George W,Bush y el vice, Richard Cheney. “Si lo niegan, estarán mintiendo”, señaló.

Hay un costado tenebroso en el asunto de Miami. Abramoff y Kidan le compraron SunCruz a Konstantinos Bulís, luego eliminado a balazos en Fort Lauderdale, Florida. Eso ocurrió en febrero de 2001 y tres mafiosos, uno de ellos allegado a Abramoff, fueron encausados.

En medio de las acciones judiciales, dos encuestas de alcance nacional indicaron que la mitad de los consultados cree que existe corrupción en el congreso, tanto entre republicanos como entre demócratas. Días atrás, sospechosos incentivos al negocio petrolero tejano pusieron en evidencia que se regalan miles de millones a compañías con buenos “lobbies” y legisladores amigos.

Ya activo en tiempos de Ronald Reagan, Abramoff pasó a Washington en 1994, cuando los republicanos lograron controlar la cámara baja. Su allegado, Michael Scanlon (procesado en otras causas), integraba una sociedad de hecho, donde ambos se dividían secretamente honorarios y ganancias. Por ejemplo, Abramoff le timó US$ 80 millones a la etnia choctaw, con un anzuelo: gestionar permisos para abrir casinos en las reservas.

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