Hewlett-Packard, otra grande que se parte
Hewlett-Packard, más conocida como HP, concreta esta semana una idea que viene acariciando desde hace tiempo: separar el negocio de los servicios del de las computadoras personales, un renglón que deja cada vez menos márgenes.
El gigante tecnológico ha decidido separar la parte de computadoras e impresoras de la de servicios y servidores para empresas, según fuentes de la empresa citadas hoy por el diario “The Wall Street Journal”.
Es el segundo anuncio de este tipo en una semana y uno más en la ola de rupturas y desprendimientos en las empresas y en las tecnológicas en especial. Al iniciarse octubre eBay había sorprendido con la noticia de la separación de su unidad de procesamiento de pagos.
La idea que impera en el momento – a diferencia de cuando campeaban las fusiones – es que cuanto más estrecho el foco, mejor el desempeño. En general, noticias de este tipo hacen felices a los accionistas.
El deseo de separar el negocio de PC tiene larga data. En realidad, la idea venía creciendo entre los accionistas desde aquella controvertida adquisición de Compaq por voluntad de la CEO Carly Fiorina en 2002, una incorporación que no logró nunca levantar ganancias y que perdió mercado frente a Dell.
En octubre de 2011 Meg Whitman — ex CEO de eBay — fue nombrada CEO de HP en reemplazo de Leo Apotheker, luego de un intento fallido de comprar Autonomy, una empresa británica de software.
De acuerdo con la información aparecida hoy en la prensa, Hewlett-Packard se transformará en dos compañías: HP, que seguirá con el negocio de la fabricación y venta de PC e impresoras, y Hewlett-Packard, que se dedicará a los servicios.
La decisión es un golpe para Whitman, que fue precisamente una de las artífices del éxito de eBay. Whitman llegó a Hewlett-Packard con una idea clara: no dividir la empresa y no desprenderse de la división de PC. Para ello, embarcó a la compañía en una transformación que duraría cinco años. Hasta la fecha, la reconversión no ha producido mayores resultados y ahora le toca anunciar justamente lo que había dicho que no haría.
