A qué juegan los gobernadores del PJ

Mientras el gobierno nacional procura establecer bases de entendimiento con ellos, Ruckauf apuesta a 2003 y Reutemann calla y observa.

5 junio, 2000

Fernando de la Rúa tiene muy claro que uno de sus objetivos estratégicos es establecer bases de convivencia con los 14 gobernadores del Partido Justicialista.

Como puntos de apoyo cuenta con las buenas relaciones establecidas con Carlos Ruckauf (Buenos Aires), José de la Sota (Córdoba) y Carlos Reutermann (Santa Fe).

Y confía en que detrás de ellos se encolumnará el resto.

Pero no es un objetivo fácil, porque cada uno tiene, a la vez, prevista su propia línea de acción para alcanzar sus propósitos.

Por lo pronto, existe coincidencia en percibir que el proyecto Rucakuf 2003 ya está en marcha.

Aunque Ruckauf sigue negando su propósito de anticipar sus movimientos, los intendentes más cercanos a él, como Julio Alak (La Plata), lo señalan a la consideración pública como el dirigente capaz y decidido que la emergencia exige.

Acompañado por Alberto Balestrini (La Matanza) y Juan José Alvarez (Hurlingham), Alak se mueve como referente indirecto de Ruckauf, quien no se priva de reiterar que todas sus energías están dedicadas a administrar la provincia y que resulta prematuro hablar de otras pretensiones.

Pero en círculos menos expuestos a la observación se mueve Eduardo Duhalde, en procura de crear un fuerte aparato provincial en el que se agruparán los 59 intendentes justicialistas.

Carlos Reutemann, como es su estilo, mantiene un cauto silencio. Sabe esperar el momento oportuno, pero nadie duda de que tiene sus apuestas hechas para formar parte de los aspirantes a la sucesión en el poder.

Fernando de la Rúa tiene muy claro que uno de sus objetivos estratégicos es establecer bases de convivencia con los 14 gobernadores del Partido Justicialista.

Como puntos de apoyo cuenta con las buenas relaciones establecidas con Carlos Ruckauf (Buenos Aires), José de la Sota (Córdoba) y Carlos Reutermann (Santa Fe).

Y confía en que detrás de ellos se encolumnará el resto.

Pero no es un objetivo fácil, porque cada uno tiene, a la vez, prevista su propia línea de acción para alcanzar sus propósitos.

Por lo pronto, existe coincidencia en percibir que el proyecto Rucakuf 2003 ya está en marcha.

Aunque Ruckauf sigue negando su propósito de anticipar sus movimientos, los intendentes más cercanos a él, como Julio Alak (La Plata), lo señalan a la consideración pública como el dirigente capaz y decidido que la emergencia exige.

Acompañado por Alberto Balestrini (La Matanza) y Juan José Alvarez (Hurlingham), Alak se mueve como referente indirecto de Ruckauf, quien no se priva de reiterar que todas sus energías están dedicadas a administrar la provincia y que resulta prematuro hablar de otras pretensiones.

Pero en círculos menos expuestos a la observación se mueve Eduardo Duhalde, en procura de crear un fuerte aparato provincial en el que se agruparán los 59 intendentes justicialistas.

Carlos Reutemann, como es su estilo, mantiene un cauto silencio. Sabe esperar el momento oportuno, pero nadie duda de que tiene sus apuestas hechas para formar parte de los aspirantes a la sucesión en el poder.

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