A. latina no apuesta sólo a EE.UU.

Según la Cepal, el Mercosur, Chile y la Comunidad Andina apuestan a una diversificación de mercados mediante acuerdos con otras regiones además de Estados Unidos.

15 mayo, 2001

(EFE).- El secretario ejecutivo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal), el colombiano José Antonio Ocampo, aseguró hoy (martes 15) que “América latina no le está apostando a la dependencia creciente de Estados Unidos”.

“El Mercosur, Chile y la Comunidad Andina de Naciones persiguen una integración más profunda con Estados Unidos, pero al mismo tiempo apuestan a una diversificación de mercados mediante acuerdos con la Unión Europea y los países asiáticos”, señaló el responsable de la Comisión.

Ocampo admitió que “la dependencia con respecto al mercado estadounidense se ha acentuado, sobre todo en el caso de México y de los países centroamericanos”.

“Uno puede pensar que el Alca tendría ese efecto, pero hay que recordar que la estrategia de América latina ha sido diversificar mercados”, comentó Ocampo en relación con la decisión adoptada por 34 países del continente (todos, menos Cuba) de crear el Área de Libre Comercio de las Américas para fines de 2005.

Dado que Europa no está en condiciones de impulsar la economía de la región, la desaceleración en Estados Unidos repercute en las exportaciones de la región y en la caída de los precios de algunas materias primas, al tiempo que agrava la volatilidad financiera.

“Este es un problema que aqueja a la economía mundial desde la crisis asiática y la crisis rusa. Desde entonces no hemos vuelto a la normalidad en materia financiera”, afirmó.

Desde fines de 1999, se percibe una fuerte correlación entre los mercados de los títulos tecnológicos y los mercados emergentes, porque ambos son considerados arriesgados.

“Hay una absurda e injustificada sobreestimación del riesgo por parte de los mercados”, destacó el responsable de la Cepal.

Según un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los 700 puntos básicos que América latina paga en exceso por la financiación privada equivalen a que el mercado estima teóricamente que no se va a abonar la mitad de la deuda de la región.

Para Ocampo “desde ninguna perspectiva del riesgo real se puede pensar que son razonables estos 700 puntos básicos, por no decir los 1.000 puntos básicos que en algunos momentos pagó la Argentina”.

“Es una sobreestimación de riesgo, esto no tiene otro nombre”, añadió, para recordar que “incluso en los años 80, en las condiciones más críticas que ha atravesado en los últimos tiempos, América latina terminó pagando 90% de su deuda externa”.

Para evitar estos efectos sobre la economía mundial, José Antonio Ocampo recalcó la necesidad de fijar mecanismos de coordinación macroeconómica entre las principales potencias.

También llamó la atención sobre la labor que en un mundo cada vez más integrado les corresponde desempeñar al G-7 y al Fondo Monetario Internacional (FMI) y que es el “de seguir esos procesos de coordinación y hacer pronunciamientos”.

“La preocupación más importante debe ser desempleo, apoyar con planes especiales coyunturas como la actual y establecer mecanismos que permitan apoyar a sectores vulnerables en los periodos críticos”, recomendó Ocampo, quien elogió las políticas de “empleo de emergencia” que están aplicando Chile y otros países para generar empleo adicional durante la crisis.

“No hay ningún país de América Latina donde haya explícitamente una política explícita de aumentar el déficit fiscal, y casi todos han respondido más bien con medidas restrictivas en materia de gasto, como han hecho México y la Argentina”, aseguró.

Asimismo, la Cepal sostiene que en un informe que se publicará oficialmente mañana, que América latina reducirá su ritmo de crecimiento este año a 3%.

“La fuerte desaceleración que está experimentando la economía de Estados Unidos afectará a América latina en 2001, propiciando una moderación en los ritmos de crecimiento de la región durante este año”, señala el informe.

En el documento Perspectivas de América en el Nuevo Contexto Internacional 2001, la Cepal apunta a que la región retomaría una expansión de 4% en 2002.

La economía que contribuirá de forma más decisiva al crecimiento regional este año es Brasil, donde se espera nuevamente una expansión cercana a 4%.

Sin embargo, la Cepal recuerda que los factores asociados a la disponibilidad de energía eléctrica son la principal restricción de la economía más fuerte de la región.

En el caso de la economía argentina, y pese a que se prevé una reactivación importante en el segundo semestre del año, la tasa de crecimiento para el conjunto del año será sólo de 1%, debido a la contracción experimentada durante la primera parte de 2001.

El resto de los países sudamericanos experimentará también ritmos de expansión lentos, como en el caso de Bolivia, Uruguay y Paraguay, o ligeramente negativos, como Perú, donde se prevé una recesión de 0,5%.

Según la Cepal, la principal causa de la moderación de crecimiento de América latina es la menor demanda estadounidense de productos de la región, que en algunos casos empieza a traducirse en el debilitamiento de los precios internacionales de productos primarios.

También se debe a la elevada volatilidad de los flujos financieros –acentuada por las crisis en Turquía y la Argentina– y a la esperada caída de la inversión extranjera directa.

Las exportaciones de América latina crecerán este año 5%, frente al casi 20% de 2000.

En cuanto a los flujos de capital, la Cepal calcula que la inversión extranjera directa disminuirá alrededor de US$ 10.000 millones y se mantendrán las condiciones difíciles en los mercados de deuda.

El informe asegura que las autoridades económicas adoptaron en general medidas fiscales de ajuste, pero la debilidad de los ingresos hace prever una elevación del déficit fiscal promedio de la región de 3% para este año.

Según el análisis de la Cepal, la política monetaria tuvo últimamente signos muy diverso, desde las medidas algo expansivas de Chile a las restrictivas de México o Brasil.

(EFE).- El secretario ejecutivo de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal), el colombiano José Antonio Ocampo, aseguró hoy (martes 15) que “América latina no le está apostando a la dependencia creciente de Estados Unidos”.

“El Mercosur, Chile y la Comunidad Andina de Naciones persiguen una integración más profunda con Estados Unidos, pero al mismo tiempo apuestan a una diversificación de mercados mediante acuerdos con la Unión Europea y los países asiáticos”, señaló el responsable de la Comisión.

Ocampo admitió que “la dependencia con respecto al mercado estadounidense se ha acentuado, sobre todo en el caso de México y de los países centroamericanos”.

“Uno puede pensar que el Alca tendría ese efecto, pero hay que recordar que la estrategia de América latina ha sido diversificar mercados”, comentó Ocampo en relación con la decisión adoptada por 34 países del continente (todos, menos Cuba) de crear el Área de Libre Comercio de las Américas para fines de 2005.

Dado que Europa no está en condiciones de impulsar la economía de la región, la desaceleración en Estados Unidos repercute en las exportaciones de la región y en la caída de los precios de algunas materias primas, al tiempo que agrava la volatilidad financiera.

“Este es un problema que aqueja a la economía mundial desde la crisis asiática y la crisis rusa. Desde entonces no hemos vuelto a la normalidad en materia financiera”, afirmó.

Desde fines de 1999, se percibe una fuerte correlación entre los mercados de los títulos tecnológicos y los mercados emergentes, porque ambos son considerados arriesgados.

“Hay una absurda e injustificada sobreestimación del riesgo por parte de los mercados”, destacó el responsable de la Cepal.

Según un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los 700 puntos básicos que América latina paga en exceso por la financiación privada equivalen a que el mercado estima teóricamente que no se va a abonar la mitad de la deuda de la región.

Para Ocampo “desde ninguna perspectiva del riesgo real se puede pensar que son razonables estos 700 puntos básicos, por no decir los 1.000 puntos básicos que en algunos momentos pagó la Argentina”.

“Es una sobreestimación de riesgo, esto no tiene otro nombre”, añadió, para recordar que “incluso en los años 80, en las condiciones más críticas que ha atravesado en los últimos tiempos, América latina terminó pagando 90% de su deuda externa”.

Para evitar estos efectos sobre la economía mundial, José Antonio Ocampo recalcó la necesidad de fijar mecanismos de coordinación macroeconómica entre las principales potencias.

También llamó la atención sobre la labor que en un mundo cada vez más integrado les corresponde desempeñar al G-7 y al Fondo Monetario Internacional (FMI) y que es el “de seguir esos procesos de coordinación y hacer pronunciamientos”.

“La preocupación más importante debe ser desempleo, apoyar con planes especiales coyunturas como la actual y establecer mecanismos que permitan apoyar a sectores vulnerables en los periodos críticos”, recomendó Ocampo, quien elogió las políticas de “empleo de emergencia” que están aplicando Chile y otros países para generar empleo adicional durante la crisis.

“No hay ningún país de América Latina donde haya explícitamente una política explícita de aumentar el déficit fiscal, y casi todos han respondido más bien con medidas restrictivas en materia de gasto, como han hecho México y la Argentina”, aseguró.

Asimismo, la Cepal sostiene que en un informe que se publicará oficialmente mañana, que América latina reducirá su ritmo de crecimiento este año a 3%.

“La fuerte desaceleración que está experimentando la economía de Estados Unidos afectará a América latina en 2001, propiciando una moderación en los ritmos de crecimiento de la región durante este año”, señala el informe.

En el documento Perspectivas de América en el Nuevo Contexto Internacional 2001, la Cepal apunta a que la región retomaría una expansión de 4% en 2002.

La economía que contribuirá de forma más decisiva al crecimiento regional este año es Brasil, donde se espera nuevamente una expansión cercana a 4%.

Sin embargo, la Cepal recuerda que los factores asociados a la disponibilidad de energía eléctrica son la principal restricción de la economía más fuerte de la región.

En el caso de la economía argentina, y pese a que se prevé una reactivación importante en el segundo semestre del año, la tasa de crecimiento para el conjunto del año será sólo de 1%, debido a la contracción experimentada durante la primera parte de 2001.

El resto de los países sudamericanos experimentará también ritmos de expansión lentos, como en el caso de Bolivia, Uruguay y Paraguay, o ligeramente negativos, como Perú, donde se prevé una recesión de 0,5%.

Según la Cepal, la principal causa de la moderación de crecimiento de América latina es la menor demanda estadounidense de productos de la región, que en algunos casos empieza a traducirse en el debilitamiento de los precios internacionales de productos primarios.

También se debe a la elevada volatilidad de los flujos financieros –acentuada por las crisis en Turquía y la Argentina– y a la esperada caída de la inversión extranjera directa.

Las exportaciones de América latina crecerán este año 5%, frente al casi 20% de 2000.

En cuanto a los flujos de capital, la Cepal calcula que la inversión extranjera directa disminuirá alrededor de US$ 10.000 millones y se mantendrán las condiciones difíciles en los mercados de deuda.

El informe asegura que las autoridades económicas adoptaron en general medidas fiscales de ajuste, pero la debilidad de los ingresos hace prever una elevación del déficit fiscal promedio de la región de 3% para este año.

Según el análisis de la Cepal, la política monetaria tuvo últimamente signos muy diverso, desde las medidas algo expansivas de Chile a las restrictivas de México o Brasil.

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