Dos legisladores demócratas de Estados Unidos solicitaron a la Federal Communications Commission (FCC) y al Departamento de Justicia (DOJ) que evalúen con mayor profundidad una eventual transferencia de espectro inalámbrico por parte de EchoStar hacia AT&T y SpaceX. El eje de la preocupación es el impacto potencial sobre la competencia en mercados que ya muestran altos niveles de concentración.
Según los legisladores, una operación de este tipo podría reforzar la posición de los grandes operadores móviles en Estados Unidos y, al mismo tiempo, consolidar el liderazgo de Starlink en el segmento de conectividad satelital, con efectos de largo plazo sobre precios, innovación y barreras de entrada.
El trasfondo del espectro de EchoStar
El debate se apoya en antecedentes conocidos. La compañía heredó un volumen significativo de frecuencias tras la reconfiguración de Dish Network y quedó sujeta a exigencias estrictas de despliegue. En los últimos años, el regulador estadounidense advirtió que el uso ineficiente del espectro podía derivar en sanciones o en la pérdida de licencias.
En ese marco, la venta parcial de activos aparece como una alternativa financiera y estratégica frente al aumento de los costos de capital y a un escenario competitivo más exigente en telecomunicaciones y servicios satelitales.
AT&T y la dinámica del mercado móvil
La eventual incorporación de nuevo espectro por parte de AT&T vuelve a encender el debate sobre la estructura del mercado celular estadounidense. Tras una década de fusiones y adquisiciones, el sector quedó dominado por tres grandes operadores, con una competencia más limitada.
Para los firmantes de la carta, ampliar aún más la base de frecuencias de uno de esos actores podría reducir los incentivos competitivos en el despliegue de redes 5G y condicionar la evolución futura del mercado.
SpaceX, Starlink y el factor político
El posible rol de SpaceX agrega una dimensión adicional. El crecimiento acelerado de Starlink ya fue objeto de análisis por su impacto en la conectividad rural, en los esquemas de direct-to-device y en la relación entre redes satelitales y operadores terrestres.
Este punto también remite a Donald Trump ocupó y su lugar presidencia de Estados Unidos. Durante este período, la compañía de Elon Musk recibió respaldo político explícito en discusiones regulatorias y contratos federales, un antecedente que vuelve a cobrar relevancia en un contexto de revisión antimonopolio.
Un proceso aún abierto
Por el momento, no existe aprobación formal de ninguna transferencia de espectro. Cualquier acuerdo deberá atravesar el análisis técnico de la FCC y, eventualmente, una evaluación de competencia por parte del DOJ. El episodio confirma que el espectro radioeléctrico sigue siendo un activo estratégico, donde convergen intereses empresariales, regulatorios y políticos.
