jueves, 26 de diciembre de 2024

France Telecom se quedó con Orange

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Pagó a Vodafone casi US$ 50.000 millones por el operador de telefonía móvil y por una licencia de UMTS.

France Telecom espera resarcirse de sus repetidos reveses en Europa con el acuerdo, anunciado el martes para comprar el tercer operador británico de telefonía móvil Orange, con lo que se convertirá en el “número dos” del sector en Europa.

La adquisición, la mayor de la historia del operador público francés de telecomunicaciones, no es barata: 43.200 millones de euros (US$ 40.465 millones), que llegarán a casi 50.000 millones (US$ 46.835 millones) con lo que deberá abonar por la licencia de telefonía móvil de tercera generación (UMTS) conseguida por Orange en subasta en Gran Bretaña.

Aunque la dirección de France Telecom considera que la operación es clave para su estrategia europea y global de expansión -opinión compartida por varios analistas-, el precio es considerado un poco elevado por algunos expertos dadas las incertidumbres que pesan sobre el mercado del acceso al Internet con teléfonos móviles.

Si se incluye en el monto total de la operación los 6.550 millones de euros (US$ 6.135 millones) de la licencia de UMTS, el precio por abonado es de 7.200 euros (US$ 6.744 millones, lo que, según el presidente de France Telecom, Michel Bon, está en consonancia con los precios del mercado “o incluso por debajo”.

Orange, del que Vodafone tenía que desprenderse para fusionarse con el grupo alemán Mannesmann-, había costado más de 9.000 euros (US$ 8.430 millones) por abonado a este último en 1999.

El monto de la transacción por la que Vodafone acordó vender Orange a France Telecom incluye 22.200 millones de euros en efectivo, 18.200 millones en acciones (mediante una ampliación de capital reservada a Vodafone) y 2.900 millones en asunción de deudas.

El operador público francés agrupará a Orange con sus otras actividades móviles francesas e internacionales en una nueva sociedad, bautizada “New Orange”, que cotizará en bolsa en Londres, París y Nueva York a finales de año o comienzos de 2001 y que estará bajo las riendas del actual “número uno” de Orange, Hans Snook.

La operación, sujeta al visto bueno de las autoridades comunitarias de la competencia y a otras condiciones, hará de Vodafone el primer accionista de France Telecom, detrás del Estado francés, cuya participación bajará de 61% actual a 54%.

Pero el Gobierno francés, que se felicitó por la operación, subrayó que Vodafone “no tiene vocación de seguir siendo de forma duradera” accionista de France Telecom.

El presidente del operador francés se ha comprometido a comprar en dos años la totalidad de las acciones controladas por la firma británica y utilizará, para financiar esa transacción, los fondos que se recauden con la salida a bolsa de sus actividades de Internet y de la nueva filial móvil.

Una sociedad que se situará, detrás del “peso pesado” móvil mundial Vodafone, en el segundo lugar en Europa y que para finales de año debería contar con casi 30 millones de abonados móviles.

El presidente de France Telecom subrayó que la operación es “un importante paso en la estrategia internacional” de su compañía para convertirse “en un líder europeo y un actor mundial”.

Una ambición frustrada hasta ahora por repetidos reveses: Deutsche Telekom se hizo hace un año con el británico One2One, al que aspiraba el grupo francés; el holandés KPN le quitó el alemán E-Plus y el Gobierno español no le concedió una licencia UMTS.

Bon dijo hoy al canal de televisión LCI que “veremos qué podemos hacer en España” y Alemania para colmar sendos “agujeros”, en referencia a los grandes mercados.
France Telecom tomó en marzo pasado 28,5% del operador móvil alemán MobilCom por 3.740 millones de euros y en las últimas semanas anunció un acuerdo para hacerse con 35% del polaco TPSA.

France Telecom se dispone a pujar junto a MobilCom a una licencia UMTS en Alemania en la subasta prevista para julio y se supone que conseguirá una en Francia, cuyo Gobierno debe decidir en junio cómo atribuye las nuevas licencias de tercera generación.

La compra de Orange ha suscitado fuertes críticas de los sindicatos: para la CGT, se trata de “un paso más hacia la privatización” de France Telecom, mientras SUD-PTT la denunció como “peligrosa” para el futuro de la empresa, de sus asalariados y del servicio público de telecomunicaciones.

Fuente: EFE

France Telecom espera resarcirse de sus repetidos reveses en Europa con el acuerdo, anunciado el martes para comprar el tercer operador británico de telefonía móvil Orange, con lo que se convertirá en el “número dos” del sector en Europa.

La adquisición, la mayor de la historia del operador público francés de telecomunicaciones, no es barata: 43.200 millones de euros (US$ 40.465 millones), que llegarán a casi 50.000 millones (US$ 46.835 millones) con lo que deberá abonar por la licencia de telefonía móvil de tercera generación (UMTS) conseguida por Orange en subasta en Gran Bretaña.

Aunque la dirección de France Telecom considera que la operación es clave para su estrategia europea y global de expansión -opinión compartida por varios analistas-, el precio es considerado un poco elevado por algunos expertos dadas las incertidumbres que pesan sobre el mercado del acceso al Internet con teléfonos móviles.

Si se incluye en el monto total de la operación los 6.550 millones de euros (US$ 6.135 millones) de la licencia de UMTS, el precio por abonado es de 7.200 euros (US$ 6.744 millones, lo que, según el presidente de France Telecom, Michel Bon, está en consonancia con los precios del mercado “o incluso por debajo”.

Orange, del que Vodafone tenía que desprenderse para fusionarse con el grupo alemán Mannesmann-, había costado más de 9.000 euros (US$ 8.430 millones) por abonado a este último en 1999.

El monto de la transacción por la que Vodafone acordó vender Orange a France Telecom incluye 22.200 millones de euros en efectivo, 18.200 millones en acciones (mediante una ampliación de capital reservada a Vodafone) y 2.900 millones en asunción de deudas.

El operador público francés agrupará a Orange con sus otras actividades móviles francesas e internacionales en una nueva sociedad, bautizada “New Orange”, que cotizará en bolsa en Londres, París y Nueva York a finales de año o comienzos de 2001 y que estará bajo las riendas del actual “número uno” de Orange, Hans Snook.

La operación, sujeta al visto bueno de las autoridades comunitarias de la competencia y a otras condiciones, hará de Vodafone el primer accionista de France Telecom, detrás del Estado francés, cuya participación bajará de 61% actual a 54%.

Pero el Gobierno francés, que se felicitó por la operación, subrayó que Vodafone “no tiene vocación de seguir siendo de forma duradera” accionista de France Telecom.

El presidente del operador francés se ha comprometido a comprar en dos años la totalidad de las acciones controladas por la firma británica y utilizará, para financiar esa transacción, los fondos que se recauden con la salida a bolsa de sus actividades de Internet y de la nueva filial móvil.

Una sociedad que se situará, detrás del “peso pesado” móvil mundial Vodafone, en el segundo lugar en Europa y que para finales de año debería contar con casi 30 millones de abonados móviles.

El presidente de France Telecom subrayó que la operación es “un importante paso en la estrategia internacional” de su compañía para convertirse “en un líder europeo y un actor mundial”.

Una ambición frustrada hasta ahora por repetidos reveses: Deutsche Telekom se hizo hace un año con el británico One2One, al que aspiraba el grupo francés; el holandés KPN le quitó el alemán E-Plus y el Gobierno español no le concedió una licencia UMTS.

Bon dijo hoy al canal de televisión LCI que “veremos qué podemos hacer en España” y Alemania para colmar sendos “agujeros”, en referencia a los grandes mercados.
France Telecom tomó en marzo pasado 28,5% del operador móvil alemán MobilCom por 3.740 millones de euros y en las últimas semanas anunció un acuerdo para hacerse con 35% del polaco TPSA.

France Telecom se dispone a pujar junto a MobilCom a una licencia UMTS en Alemania en la subasta prevista para julio y se supone que conseguirá una en Francia, cuyo Gobierno debe decidir en junio cómo atribuye las nuevas licencias de tercera generación.

La compra de Orange ha suscitado fuertes críticas de los sindicatos: para la CGT, se trata de “un paso más hacia la privatización” de France Telecom, mientras SUD-PTT la denunció como “peligrosa” para el futuro de la empresa, de sus asalariados y del servicio público de telecomunicaciones.

Fuente: EFE

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