El gobierno argentino y representantes de los trabajadores acogieron hoy (martes 25) la decisión de inyectar US$ 208,5 millones a Aerolíneas Argentina, según el plan presentado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de España para sanear financieramente la compañía.
Si bien el ministro de Economía, José Luis Machinea, expresó como positivo el acuerdo con la Sepi, los representantes de los trabajadores de Aerolíneas y Austral mostraron su desacuerdo con el plan, ya que es el sector más imposibilitado para aportar capitales a la compañía.
Aerolíneas Argentinas cerró su ejercicio de 1999 con deudas cercanas a US$ 900 millones y pérdidas por US$ 240 millones.
Machinea señaló que el gobierno acompañará, “en forma proporcional con las acciones que tiene”, el esfuerzo de los principales accionistas, fundamentalmente de la Sepi, para sacar a flote una compañía que representa costos de funcionamiento de US$ 1 millón diario.
Sin embargo, aclaró que el Estado argentino es un accionista minoritario y, por lo tanto, no puede intervenir “en una política (de gestión) que se define claramente desde el sector privado”.
El plan de la Sepi, parecido al que aplicó para sanear Iberia, será aprobado definitivamente el próximo 15 de septiembre, de acuerdo con lo que se decidió anoche, aunque la empresa intentará antes avanzar aun más en algunos puntos del programa, tales como las bajas de personal y la reducción salarial.
El representante de los trabajadores, Julio Semería, señaló que el programa de salvataje no contempla la posición de los trabajadores de Aerolíneas, pero “en alguna medida despeja una gran incógnita, por lo menos, temporalmente”.
El plan de la Sepi para sanear financieramente la empresa prevé, además de una capitalización por US$ 650 millones, una inyección de fondos para racionalizar los costos, la renegociación de sus deudas y hacer rentable la compañía en el plazo de un año.
Con el fin de reducir los costos, el programa, que sería aplicado hasta junio de 2003, propone la reducción de los salarios hasta 20%, jubilaciones y cerca de 200 retiros voluntarios, puntos que han sido duramente criticados por los representantes sindicales.
Según datos de la Sepi, Aerolíneas tiene unos 8.000 empleados en todas sus filiales, incluidos los 5.600 de la compañía aérea del mismo nombre y los 1.200 de su filial Austral.
El gobierno argentino y representantes de los trabajadores acogieron hoy (martes 25) la decisión de inyectar US$ 208,5 millones a Aerolíneas Argentina, según el plan presentado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) de España para sanear financieramente la compañía.
Si bien el ministro de Economía, José Luis Machinea, expresó como positivo el acuerdo con la Sepi, los representantes de los trabajadores de Aerolíneas y Austral mostraron su desacuerdo con el plan, ya que es el sector más imposibilitado para aportar capitales a la compañía.
Aerolíneas Argentinas cerró su ejercicio de 1999 con deudas cercanas a US$ 900 millones y pérdidas por US$ 240 millones.
Machinea señaló que el gobierno acompañará, “en forma proporcional con las acciones que tiene”, el esfuerzo de los principales accionistas, fundamentalmente de la Sepi, para sacar a flote una compañía que representa costos de funcionamiento de US$ 1 millón diario.
Sin embargo, aclaró que el Estado argentino es un accionista minoritario y, por lo tanto, no puede intervenir “en una política (de gestión) que se define claramente desde el sector privado”.
El plan de la Sepi, parecido al que aplicó para sanear Iberia, será aprobado definitivamente el próximo 15 de septiembre, de acuerdo con lo que se decidió anoche, aunque la empresa intentará antes avanzar aun más en algunos puntos del programa, tales como las bajas de personal y la reducción salarial.
El representante de los trabajadores, Julio Semería, señaló que el programa de salvataje no contempla la posición de los trabajadores de Aerolíneas, pero “en alguna medida despeja una gran incógnita, por lo menos, temporalmente”.
El plan de la Sepi para sanear financieramente la empresa prevé, además de una capitalización por US$ 650 millones, una inyección de fondos para racionalizar los costos, la renegociación de sus deudas y hacer rentable la compañía en el plazo de un año.
Con el fin de reducir los costos, el programa, que sería aplicado hasta junio de 2003, propone la reducción de los salarios hasta 20%, jubilaciones y cerca de 200 retiros voluntarios, puntos que han sido duramente criticados por los representantes sindicales.
Según datos de la Sepi, Aerolíneas tiene unos 8.000 empleados en todas sus filiales, incluidos los 5.600 de la compañía aérea del mismo nombre y los 1.200 de su filial Austral.