Dentro del negocio que representa el deporte más popular del mundo, España es uno de los mercados más fructuosos –quizás el principal junto con Italia–, y en las ligas españolas se pueden observar varios indicadores económicos interesantes.
La liga principal de la península posee al jugador más caro del mundo, Luis Figo, al equipo con mayor presupuesto, Real Madrid, y al club con más socios, Barcelona.
Por detrás de estos datos, surgen otros que preocupan a las autoridades internacionales por el futuro de los clubes que no ostentan la opulencia de los grandes españoles.
Según un informe realizado por la consultora Deloitte&Touche, la mayoría de las entidades de primera división pierde dinero y está endeudada, de acuerdo con la auditoría realizada en los ejercicio 1997/98 y 1998/99.
El estudio muestra que si bien el monto de los ingresos de todo el conjunto de clubes aumentó de US$ 565 millones a US$ 611 millones, el resultado operativo o de explotación (sin considerar la incidencia de los gastos financieros) es negativo en la mayoría de los casos analizados.
Las dos principales entidades futbolísticas españolas, Real Madrid y Barcelona, finalizaron la temporada 1998/99 con un resultado negativo de explotación de US$ 16 millones y US$ 14 millones, respectivamente.
El último ganador del certamen español, Deportivo La Coruña, cerró con un pasivo de US$ 18 millones, mientras que Valencia fue uno de los menos afectados, con un déficit de US$ 480.000.
Para revertir este estado, el informe de la consultora recomienda un importante incremento de los derechos de explotación (televización de eventos y merchandising), de los ingresos por las competiciones europeas y una reducción de los gastos de derechos de transferencias de jugadores y del costo de manutención de los estadios.
Asimismo, el estudio revela que el simpatizante español también asiste menos a la cancha, a pesar de que esta temporada tiene un promedio de gol por partido (2,81) nunca tan alto en los últimos 20 años.
La deserción que se venía registrando en los últimos campeonatos tuvo un brusco aumento en este torneo, con una descenso de la asistencia de 16%. Así, se pasó de una media de 26.193 espectadores por partido a 22.570 personas.
Uno de los motivos fue el descenso a segunda división de tres de los equipos más taquilleros, como Atlético de Madrid, Betis y Sevilla, y el ascenso de otros con menos convocatoria: Villarreal, Osasuna y Las Palmas.
Dentro del negocio que representa el deporte más popular del mundo, España es uno de los mercados más fructuosos –quizás el principal junto con Italia–, y en las ligas españolas se pueden observar varios indicadores económicos interesantes.
La liga principal de la península posee al jugador más caro del mundo, Luis Figo, al equipo con mayor presupuesto, Real Madrid, y al club con más socios, Barcelona.
Por detrás de estos datos, surgen otros que preocupan a las autoridades internacionales por el futuro de los clubes que no ostentan la opulencia de los grandes españoles.
Según un informe realizado por la consultora Deloitte&Touche, la mayoría de las entidades de primera división pierde dinero y está endeudada, de acuerdo con la auditoría realizada en los ejercicio 1997/98 y 1998/99.
El estudio muestra que si bien el monto de los ingresos de todo el conjunto de clubes aumentó de US$ 565 millones a US$ 611 millones, el resultado operativo o de explotación (sin considerar la incidencia de los gastos financieros) es negativo en la mayoría de los casos analizados.
Las dos principales entidades futbolísticas españolas, Real Madrid y Barcelona, finalizaron la temporada 1998/99 con un resultado negativo de explotación de US$ 16 millones y US$ 14 millones, respectivamente.
El último ganador del certamen español, Deportivo La Coruña, cerró con un pasivo de US$ 18 millones, mientras que Valencia fue uno de los menos afectados, con un déficit de US$ 480.000.
Para revertir este estado, el informe de la consultora recomienda un importante incremento de los derechos de explotación (televización de eventos y merchandising), de los ingresos por las competiciones europeas y una reducción de los gastos de derechos de transferencias de jugadores y del costo de manutención de los estadios.
Asimismo, el estudio revela que el simpatizante español también asiste menos a la cancha, a pesar de que esta temporada tiene un promedio de gol por partido (2,81) nunca tan alto en los últimos 20 años.
La deserción que se venía registrando en los últimos campeonatos tuvo un brusco aumento en este torneo, con una descenso de la asistencia de 16%. Así, se pasó de una media de 26.193 espectadores por partido a 22.570 personas.
Uno de los motivos fue el descenso a segunda división de tres de los equipos más taquilleros, como Atlético de Madrid, Betis y Sevilla, y el ascenso de otros con menos convocatoria: Villarreal, Osasuna y Las Palmas.