(NA). – El fundador de la fábrica de indumentaria y artículos deportivos Gatic, Eduardo Bakchellian, responsabilizó hoy (jueves 11) a los gobiernos de turno por la falta de controles aduaneros que permitieron “la importación de productos subfacturados y el contrabando de países con dúmping social”, que llevaron a la empresa a declarar el concurso de acreedores.
Bakchellián se quejó también por la “insensibilidad absoluta por parte de todos”, y puso como ejemplo de su afirmación la actitud de los bancos locales, ya que, según señaló, cuando “tuvimos que rescatar los Eurobonos –a finales del ´95, tras la crisis del Tequila– tomaron la empresa que había sido valuada en 400 millones, en 60 millones y nos hipotecaron y paralizaron”.
En declaraciones radiales y a través de una dura solicitada publicada hoy en algunos matutinos porteños, el empresario cargó contra las autoridades por la “indolencia absoluta” para reglamentar las leyes de la Organización Mundial de Comercio incorporadas a la Constitución en 1994.
“Esas leyes reglamentadas con tres años de retraso deberían proveer los instrumentos que podían haber detenido la inundación destructiva de las importaciones, me refiero a las ´cláusulas de salvaguardia´ que recién se aplicaron a fines de 1997”, se quejó.
Bakchellián calificó, además, de “lamentable” la situación de su empresa fundada en 1953 con ocho empleados y 80 metros cuadrados de superficie, pero resignado reconoció que “esta es la realidad”.
“Hace siete años que vengo luchando para que hagan justicia y lamentablemente en este país la mejor política industrial es no tener política industrial”, criticó.
El fundador de la firma textil aseguró que “hemos regalado estúpidamente nuestras fuentes de trabajo destrozándolas, en un país que no tiene fronteras, ni aduanas ni leyes. Esta es la
consecuencia”.
“Acá no hay control absoluto de nada, han entrado productos de países donde hay dúmping social, es decir que se produce con mano de obra esclava, subfacturada, de contrabando. Es una barbaridad”, recriminó.
“A eso hay que sumarle lo que sucedió en el terreno de la indumentaria”, explicó, donde, según subrayó, “verdaderas organizaciones delictivas han hecho millones de prendas durante 5 ó 6 años, falsificando todas las marcas y vendiéndolas en ferias oficiales como el Mercado Central a la vista de todo el mundo”.
“Me pasé 6, 7 años de cortesano, rogando por favor que salvemos estas fuentes de trabajo, con la tecnología y dispuestas a competir con el resto del mundo, pero lamentablemente nadie me entendió”, se lamentó.
Consultado sobre cuál es la perspectiva de la compañía de cara al futuro reconoció que “primero, para que siga adelante, tendrían que sacarse todos los problemas que la llevaron a esta situación, porque considero que el contrabando sigue, el ´truchaje´ sigue y la falta de apoyo financiero sigue”.
“Si el Gobierno no accede a darnos lo que nos debe como para que podamos ponernos al día con nuestro personal, es muy difícil”, advirtió.
Bakchellián propuso también “hacer un debate a nivel nacional con políticos, economistas, sindicalistas, gobernantes, empresarios y con operarios para que me digan ¿en qué me
equivoqué? ¿En creer en el país, en apostar en el país, en apostar en el interior, en tener la mejor tecnología? Veo que todo eso no sirve de nada”.
(NA). – El fundador de la fábrica de indumentaria y artículos deportivos Gatic, Eduardo Bakchellian, responsabilizó hoy (jueves 11) a los gobiernos de turno por la falta de controles aduaneros que permitieron “la importación de productos subfacturados y el contrabando de países con dúmping social”, que llevaron a la empresa a declarar el concurso de acreedores.
Bakchellián se quejó también por la “insensibilidad absoluta por parte de todos”, y puso como ejemplo de su afirmación la actitud de los bancos locales, ya que, según señaló, cuando “tuvimos que rescatar los Eurobonos –a finales del ´95, tras la crisis del Tequila– tomaron la empresa que había sido valuada en 400 millones, en 60 millones y nos hipotecaron y paralizaron”.
En declaraciones radiales y a través de una dura solicitada publicada hoy en algunos matutinos porteños, el empresario cargó contra las autoridades por la “indolencia absoluta” para reglamentar las leyes de la Organización Mundial de Comercio incorporadas a la Constitución en 1994.
“Esas leyes reglamentadas con tres años de retraso deberían proveer los instrumentos que podían haber detenido la inundación destructiva de las importaciones, me refiero a las ´cláusulas de salvaguardia´ que recién se aplicaron a fines de 1997”, se quejó.
Bakchellián calificó, además, de “lamentable” la situación de su empresa fundada en 1953 con ocho empleados y 80 metros cuadrados de superficie, pero resignado reconoció que “esta es la realidad”.
“Hace siete años que vengo luchando para que hagan justicia y lamentablemente en este país la mejor política industrial es no tener política industrial”, criticó.
El fundador de la firma textil aseguró que “hemos regalado estúpidamente nuestras fuentes de trabajo destrozándolas, en un país que no tiene fronteras, ni aduanas ni leyes. Esta es la
consecuencia”.
“Acá no hay control absoluto de nada, han entrado productos de países donde hay dúmping social, es decir que se produce con mano de obra esclava, subfacturada, de contrabando. Es una barbaridad”, recriminó.
“A eso hay que sumarle lo que sucedió en el terreno de la indumentaria”, explicó, donde, según subrayó, “verdaderas organizaciones delictivas han hecho millones de prendas durante 5 ó 6 años, falsificando todas las marcas y vendiéndolas en ferias oficiales como el Mercado Central a la vista de todo el mundo”.
“Me pasé 6, 7 años de cortesano, rogando por favor que salvemos estas fuentes de trabajo, con la tecnología y dispuestas a competir con el resto del mundo, pero lamentablemente nadie me entendió”, se lamentó.
Consultado sobre cuál es la perspectiva de la compañía de cara al futuro reconoció que “primero, para que siga adelante, tendrían que sacarse todos los problemas que la llevaron a esta situación, porque considero que el contrabando sigue, el ´truchaje´ sigue y la falta de apoyo financiero sigue”.
“Si el Gobierno no accede a darnos lo que nos debe como para que podamos ponernos al día con nuestro personal, es muy difícil”, advirtió.
Bakchellián propuso también “hacer un debate a nivel nacional con políticos, economistas, sindicalistas, gobernantes, empresarios y con operarios para que me digan ¿en qué me
equivoqué? ¿En creer en el país, en apostar en el país, en apostar en el interior, en tener la mejor tecnología? Veo que todo eso no sirve de nada”.
