Por supuesto, la causa principal sigue siendo la que involucra a Citigroup en maniobras por US$ 10.000 millones. Eso explica, de paso, el silencio de los medios especializados anglosajones; tanto periódicos como agencias y noticiarios. Ahora, revela el diario financiero Handelsblatt, la justicia italiana se centra en Deutsche Bank y UBS.
También se menciona Bank of America, pero su participación en irregularidades ya se conocía. “Hasta el momento, no sabemos que se hayan iniciado acciones contra nosotros”, decía el lunes un vocero de DB. Como es habitual entre hélvetas, UBS no abrió la boca.
En realidad, las actuales movidas se originan en la “relación final sobre causas de la insolvencia, redactada por Stefania Chiaruttini, consultora especial de la fiscalía milanesa. El documento pone en evidencia, como nunca antes, el papel de varias bancas que actúan en el primer plano internacional.
No faltan menciones a firmas de valores e, inclusive, a agencias calificadoras de riesgo. La más citada es Standard & Poor’s, en relación con una emisión de bonos por US$ 350 millones, lanzada en septiembre de 2003. Para entonces, ya se sabía que Parmalat iba rumbo al desastre.
Por supuesto, la causa principal sigue siendo la que involucra a Citigroup en maniobras por US$ 10.000 millones. Eso explica, de paso, el silencio de los medios especializados anglosajones; tanto periódicos como agencias y noticiarios. Ahora, revela el diario financiero Handelsblatt, la justicia italiana se centra en Deutsche Bank y UBS.
También se menciona Bank of America, pero su participación en irregularidades ya se conocía. “Hasta el momento, no sabemos que se hayan iniciado acciones contra nosotros”, decía el lunes un vocero de DB. Como es habitual entre hélvetas, UBS no abrió la boca.
En realidad, las actuales movidas se originan en la “relación final sobre causas de la insolvencia, redactada por Stefania Chiaruttini, consultora especial de la fiscalía milanesa. El documento pone en evidencia, como nunca antes, el papel de varias bancas que actúan en el primer plano internacional.
No faltan menciones a firmas de valores e, inclusive, a agencias calificadoras de riesgo. La más citada es Standard & Poor’s, en relación con una emisión de bonos por US$ 350 millones, lanzada en septiembre de 2003. Para entonces, ya se sabía que Parmalat iba rumbo al desastre.