Los cargos por reestructuración añadidos al balance obligan a la empresa, ahora conducida por el británico Howard Stringer, a reducir la proyección de utilidades. En realidad, se admite que habrá pérdidas netas por US$ 90 millones en este ejercicio contable. Hasta julio, se esperaban ganancias por la misma suma.
Por supuesto, el programa se considera la prueba suprema para Stringer, por lo que surgen ciertas incógnitas relevantes para los analistas. Una es cuáles de sus tantas líneas de productos sacará Sony de mercado y, sobre todo, de dónde saldrá el aumento de ventas previsto. Accionistas y veteranos de la empresa se preguntan lo mismo.
Las respuestas definirán el grado de éxito para los planes del nuevo presidente ejecutivo. Ocurre que éste es el segundo intento reorganizativo del conglomerado en tres años, con el objeto de rescatar al negocio de aparatos y artículos electrónicos de uso final. El fracaso del primero condujo al controvertido cambio de guardia en la cúpula.
El pobre desempeño de esa gama, que representa casi 70% de las ventas totales, ha afectado negativamente los resultados financieros generales de Sony. La marca, entretanto, viene perdiendo participación de mercado en segmentos como televisores o reproductores de música, que solía dominar. El avance de la surcoreana Samsung o la norteamericana Apple deteriora la moral interna, factor que no mejorará con los despidos de Stringer.
Sin duda, señala la consultora Thomson Datastream, “Sony ya no puede seguir perdiendo tiempo”. La creadora del walkman y el Trinitrón sufre un desgaste de imagen en materia de innovación y calidad de productos”. Hace mucho que no se anota grandes sucesos. Ocurre que la medida del éxito ya no pasa por el hardware –fortaleza tradicional de la firma-, sino por el software y sus servicios conexos. Así lo demuestra el reproductor musical iPod de Apple.
La reestructuración concebida entre Stringer y Ryoiji Chubachi –presidente del directorio- exige una combinación entre recortes de costos, uso más inteligente de recursos, mejora de ventas y productos innovadores. Es una receta difícil. Por el lado de los gastos, Sony eliminará diez mil de sus 151.000 puestos laborales en escala global. Además, disminuirá de 65 a 54 las plantas fabriles en actividad.
La reducción de líneas será de alrededor de 12% y la de modelos llegará a 20%. Pero Stringer se niega por ahora a dar detalles, algo que preocupa a los expertos del sector. En lo tocante al cronograma, 80% se habrá completado hacia marzo de 2007, cierre del ejercicio 2006. Un año después, el plan se habrá realizado por entero. La meta del directivo es ahorrar US$ 1.800 millones, lo cual implica cargos de 1.900 millones en libros, para financiar la reestructuración (despidos inclusive). Sony también venderá activos por US$ 1.070 millones pero, nuevamente, Stringer no aporta datos.
Lo que sí explica es que, entre las prioridades, figura la consola de juegos PlayStation 3, que aparecerá recién en 2006 (la fecha original era 2003) y reemplazará a la exitosa PlayStation 2. El modelo incorporará varias tecnologías claves; por ejemplo, un microprocesador celular ultrarrápido y BluRay, un reproductor DVD de vanguardia. Pero, claro, se trata de juegos, no de aparatos electrónicos.
Los cargos por reestructuración añadidos al balance obligan a la empresa, ahora conducida por el británico Howard Stringer, a reducir la proyección de utilidades. En realidad, se admite que habrá pérdidas netas por US$ 90 millones en este ejercicio contable. Hasta julio, se esperaban ganancias por la misma suma.
Por supuesto, el programa se considera la prueba suprema para Stringer, por lo que surgen ciertas incógnitas relevantes para los analistas. Una es cuáles de sus tantas líneas de productos sacará Sony de mercado y, sobre todo, de dónde saldrá el aumento de ventas previsto. Accionistas y veteranos de la empresa se preguntan lo mismo.
Las respuestas definirán el grado de éxito para los planes del nuevo presidente ejecutivo. Ocurre que éste es el segundo intento reorganizativo del conglomerado en tres años, con el objeto de rescatar al negocio de aparatos y artículos electrónicos de uso final. El fracaso del primero condujo al controvertido cambio de guardia en la cúpula.
El pobre desempeño de esa gama, que representa casi 70% de las ventas totales, ha afectado negativamente los resultados financieros generales de Sony. La marca, entretanto, viene perdiendo participación de mercado en segmentos como televisores o reproductores de música, que solía dominar. El avance de la surcoreana Samsung o la norteamericana Apple deteriora la moral interna, factor que no mejorará con los despidos de Stringer.
Sin duda, señala la consultora Thomson Datastream, “Sony ya no puede seguir perdiendo tiempo”. La creadora del walkman y el Trinitrón sufre un desgaste de imagen en materia de innovación y calidad de productos”. Hace mucho que no se anota grandes sucesos. Ocurre que la medida del éxito ya no pasa por el hardware –fortaleza tradicional de la firma-, sino por el software y sus servicios conexos. Así lo demuestra el reproductor musical iPod de Apple.
La reestructuración concebida entre Stringer y Ryoiji Chubachi –presidente del directorio- exige una combinación entre recortes de costos, uso más inteligente de recursos, mejora de ventas y productos innovadores. Es una receta difícil. Por el lado de los gastos, Sony eliminará diez mil de sus 151.000 puestos laborales en escala global. Además, disminuirá de 65 a 54 las plantas fabriles en actividad.
La reducción de líneas será de alrededor de 12% y la de modelos llegará a 20%. Pero Stringer se niega por ahora a dar detalles, algo que preocupa a los expertos del sector. En lo tocante al cronograma, 80% se habrá completado hacia marzo de 2007, cierre del ejercicio 2006. Un año después, el plan se habrá realizado por entero. La meta del directivo es ahorrar US$ 1.800 millones, lo cual implica cargos de 1.900 millones en libros, para financiar la reestructuración (despidos inclusive). Sony también venderá activos por US$ 1.070 millones pero, nuevamente, Stringer no aporta datos.
Lo que sí explica es que, entre las prioridades, figura la consola de juegos PlayStation 3, que aparecerá recién en 2006 (la fecha original era 2003) y reemplazará a la exitosa PlayStation 2. El modelo incorporará varias tecnologías claves; por ejemplo, un microprocesador celular ultrarrápido y BluRay, un reproductor DVD de vanguardia. Pero, claro, se trata de juegos, no de aparatos electrónicos.