La sucesión de acontecimientos en Taiwán, tras el terremoto que el lunes sacudió al país asiático, parece recordar las frescas imágenes vividas en Turquía: un día después del sismo, comenzó la llegada de equipos de socorro desde Japón, Singapur, los Estados Unidos, Alemania, Suiza, Rusia y las Naciones Unidas (ONU), mientras que las primeras cifras oficiales aumentaron el temor de los taiwaneses. Esos números hablaban ayer de 1.700 muertos y 4.400 heridos. Sin embargo, los socorristas calculaban que la cifra fatal trepará a más de 4.000, mientras que al menos 100.000 personas perdieron sus viviendas. El sismo del lunes, uno de los más potentes del siglo sufridos en la isla, alcanzó una magnitud de 8,1 grados en la escala de Richter, al tiempo que ayer se percibieron más de 800 réplicas, algunas de las cuales alcanzaron una fuerza de 6,8 grados, hechos que colaboraron para el incremento de la sensación de pánico generalizada.
(Página/12, Clarín)
La sucesión de acontecimientos en Taiwán, tras el terremoto que el lunes sacudió al país asiático, parece recordar las frescas imágenes vividas en Turquía: un día después del sismo, comenzó la llegada de equipos de socorro desde Japón, Singapur, los Estados Unidos, Alemania, Suiza, Rusia y las Naciones Unidas (ONU), mientras que las primeras cifras oficiales aumentaron el temor de los taiwaneses. Esos números hablaban ayer de 1.700 muertos y 4.400 heridos. Sin embargo, los socorristas calculaban que la cifra fatal trepará a más de 4.000, mientras que al menos 100.000 personas perdieron sus viviendas. El sismo del lunes, uno de los más potentes del siglo sufridos en la isla, alcanzó una magnitud de 8,1 grados en la escala de Richter, al tiempo que ayer se percibieron más de 800 réplicas, algunas de las cuales alcanzaron una fuerza de 6,8 grados, hechos que colaboraron para el incremento de la sensación de pánico generalizada.
(Página/12, Clarín)