Se confirma el viaje papal a Turquía, a fin de noviembre

Benito XVI visitará, entre el 28 de noviembre y el 1º de diciembre, Estambul (Constantinopla), Éfeso, Esmirna y Angora. Tomará contacto con jerarcas católicos orientales y musulmanes.

El primer día se reunirá con Bartolomé I, patriarca de Constantinopla. El 30 orará en la iglesia ortodoxa de san Jorge, donde –en igual fecha de 1979- estuvo Juan Pablo II. El segundo viaje de un pontífice romano a Turquía incluye un coloquio con Alí Bardoköglü –gran muftí sunní- y Mesrop II, patriarca armenio.

También el 29, pasará por Éfeso y visitará el santuario mariano de Meryem Ana Evi. En el extremo opuesto del arco, rendirá homenaje en Angora a Mustafá Kemal (ätätürk, padre de los turcos) y conversará con funcionarios de gobierno sobre el ingreso otomano a la Unión Europea.

Será un asunto espinoso, por varios motivos. En primer lugar, ya antes del para alemán, el Vaticano no veía con buenos ojos esa posibilidad. En gran medida, por Karol Wojtila era polaco y Polonia sigue siendo uno de los mayores objetores al ingreso turco. En segundo término, ahora hay roces entre París y Angora: los franceses exigen se reconozcan las masacres armenias y kurdas, por lo cual los turcos iniciaron un boicot comercial.

Por otra parte, el apresurado ingreso de Rumania y Bulgaria no cae bien en Turquía. Tampoco en Romas, pues ambos países son mayoritariamente católicos orientales, no romanos.

El primer día se reunirá con Bartolomé I, patriarca de Constantinopla. El 30 orará en la iglesia ortodoxa de san Jorge, donde –en igual fecha de 1979- estuvo Juan Pablo II. El segundo viaje de un pontífice romano a Turquía incluye un coloquio con Alí Bardoköglü –gran muftí sunní- y Mesrop II, patriarca armenio.

También el 29, pasará por Éfeso y visitará el santuario mariano de Meryem Ana Evi. En el extremo opuesto del arco, rendirá homenaje en Angora a Mustafá Kemal (ätätürk, padre de los turcos) y conversará con funcionarios de gobierno sobre el ingreso otomano a la Unión Europea.

Será un asunto espinoso, por varios motivos. En primer lugar, ya antes del para alemán, el Vaticano no veía con buenos ojos esa posibilidad. En gran medida, por Karol Wojtila era polaco y Polonia sigue siendo uno de los mayores objetores al ingreso turco. En segundo término, ahora hay roces entre París y Angora: los franceses exigen se reconozcan las masacres armenias y kurdas, por lo cual los turcos iniciaron un boicot comercial.

Por otra parte, el apresurado ingreso de Rumania y Bulgaria no cae bien en Turquía. Tampoco en Romas, pues ambos países son mayoritariamente católicos orientales, no romanos.

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