(EFE).- La mejora de la situación de la Argentina se refleja en los resultados de las principales bolsas de América latina, a excepción del mercado paulista que, según los analistas, seguirá sufriendo en los próximos días por los problemas internos.
En una semana en la que el índice Merval de Buenos Aires subió 0,73% y el IPC de México ganó 2,81%, el Bovespa paulista se desconectó de los mercados externos y perdió 3,8%.
La explicación para ese comportamiento dispar está en que, mientras la Argentina dio pasos en firme para salir de su crisis al divulgar los detalles de la operación de cambio de títulos de su deuda, y México se benefició del rendimiento del índice Nasdaq, Brasil se sumergió en un mar de dudas sobre el impacto real de la crisis energética sobre su economía.
“En San Pablo, a diferencia de los otros mercados de la región, la próxima semana debe ser muy volátil y los inversores van a actuar con mucha cautela”, dijo el analista Michel Campanella, de la corredora Socopa.
Según el especialista, los inversores que actúan en la rueda paulista están preocupados porque saben que el racionamiento de energía no sólo perjudicará al Producto Bruto Interno (PBI), a la balanza comercial y a la inversión extranjera directa, sino que también reducirá los beneficios de las empresas por la anunciada caída en la producción.
“La bolsa está sufriendo bastante con la expectativa del racionamiento y su impacto en los lucros de las empresas”, apuntó Campanella.
Los analistas culpan de la situación del mercado paulista a las frecuentes contradicciones del gobierno brasileño sobre las medidas del racionamiento, ya que las indefiniciones pueden conducir al país a un apagón, una perspectiva que asusta a los inversores.
“El gobierno (de Brasil) está perdido. No tiene idea de lo que va a ocurrir y no transmite informaciones ciertas al mercado”, dijo el analista Fabiano Luz, de Egide Corredora.
Al problema energético hay que sumar la preocupación de los inversores por la crisis política en el Congreso brasileño y su impacto en la economía.
Los inversores temen que el influyente ex presidente del Senado Antonio Carlos Magalhaes, involucrado en un escándalo por participar en la violación del sistema que registra las votaciones secretas del Parlamento, intente salpicar al Ejecutivo el próximo miércoles, día en que, según anunció, renunciará a su cargo.
“El mercado tiene miedo de que Magalhaes presente alguna denuncia contra el presidente Fernando Henrique Cardoso y eso, seguramente, repercutirá negativamente en la economía del país”, dijo Campanella.
Según los analistas, el peligro de que los problemas brasileños terminen contagiando a las demás bolsas de la región es mínimo por ahora, a menos que la crisis energética se agrave, o si el duro discurso que Magalhaes prometió contra el Gobierno contiene alguna revelación explosiva.
“Vemos que el ahorro de energía que se está haciendo no es suficiente y que difícilmente conseguiremos evitar los apagones”, dijo el analista Eduardo Duarte, del Banco Prosper.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, hay quienes siguen considerando a la bolsa paulista como las más atractiva entre los mercados emergentes, por el bajo precio de las acciones, lo que constituye un atractivo para los inversores.
Es el caso del analista de bolsa del Banco Merrill Lynch para América latina, Ed Cabrera, quien considera que los problemas actuales son pasajeros y que “en los próximos seis meses el flujo de inversores externos impulsará al mercado brasileño y a los de otros países emergentes”.
(EFE).- La mejora de la situación de la Argentina se refleja en los resultados de las principales bolsas de América latina, a excepción del mercado paulista que, según los analistas, seguirá sufriendo en los próximos días por los problemas internos.
En una semana en la que el índice Merval de Buenos Aires subió 0,73% y el IPC de México ganó 2,81%, el Bovespa paulista se desconectó de los mercados externos y perdió 3,8%.
La explicación para ese comportamiento dispar está en que, mientras la Argentina dio pasos en firme para salir de su crisis al divulgar los detalles de la operación de cambio de títulos de su deuda, y México se benefició del rendimiento del índice Nasdaq, Brasil se sumergió en un mar de dudas sobre el impacto real de la crisis energética sobre su economía.
“En San Pablo, a diferencia de los otros mercados de la región, la próxima semana debe ser muy volátil y los inversores van a actuar con mucha cautela”, dijo el analista Michel Campanella, de la corredora Socopa.
Según el especialista, los inversores que actúan en la rueda paulista están preocupados porque saben que el racionamiento de energía no sólo perjudicará al Producto Bruto Interno (PBI), a la balanza comercial y a la inversión extranjera directa, sino que también reducirá los beneficios de las empresas por la anunciada caída en la producción.
“La bolsa está sufriendo bastante con la expectativa del racionamiento y su impacto en los lucros de las empresas”, apuntó Campanella.
Los analistas culpan de la situación del mercado paulista a las frecuentes contradicciones del gobierno brasileño sobre las medidas del racionamiento, ya que las indefiniciones pueden conducir al país a un apagón, una perspectiva que asusta a los inversores.
“El gobierno (de Brasil) está perdido. No tiene idea de lo que va a ocurrir y no transmite informaciones ciertas al mercado”, dijo el analista Fabiano Luz, de Egide Corredora.
Al problema energético hay que sumar la preocupación de los inversores por la crisis política en el Congreso brasileño y su impacto en la economía.
Los inversores temen que el influyente ex presidente del Senado Antonio Carlos Magalhaes, involucrado en un escándalo por participar en la violación del sistema que registra las votaciones secretas del Parlamento, intente salpicar al Ejecutivo el próximo miércoles, día en que, según anunció, renunciará a su cargo.
“El mercado tiene miedo de que Magalhaes presente alguna denuncia contra el presidente Fernando Henrique Cardoso y eso, seguramente, repercutirá negativamente en la economía del país”, dijo Campanella.
Según los analistas, el peligro de que los problemas brasileños terminen contagiando a las demás bolsas de la región es mínimo por ahora, a menos que la crisis energética se agrave, o si el duro discurso que Magalhaes prometió contra el Gobierno contiene alguna revelación explosiva.
“Vemos que el ahorro de energía que se está haciendo no es suficiente y que difícilmente conseguiremos evitar los apagones”, dijo el analista Eduardo Duarte, del Banco Prosper.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, hay quienes siguen considerando a la bolsa paulista como las más atractiva entre los mercados emergentes, por el bajo precio de las acciones, lo que constituye un atractivo para los inversores.
Es el caso del analista de bolsa del Banco Merrill Lynch para América latina, Ed Cabrera, quien considera que los problemas actuales son pasajeros y que “en los próximos seis meses el flujo de inversores externos impulsará al mercado brasileño y a los de otros países emergentes”.