domingo, 24 de noviembre de 2024

Reforma contable: idas, vueltas, presiones, etc.

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El escándalo creado por WorldCom (26 de junio) y un fraude por US$ 3.900 millones desinflaba el influyente cabildeo de estudios contables, auditores y sus organizaciones profesionales contra la reforma propuesta en el Senado estadounidense.

El 18 de junio el comité de banca y finanzas pasó un anteproyecto
para reformar normas y prácticas contables. Entre otras cosas, impediría
que los estudios aprovechasen sus funciones auditoras para venderles a los clientes
servicios de consultoría y gestoría. Además, crearía
una junta supervisora con mayoría de expertos ajenos al negocio.

La propuesta fue aprobada por 17 votos contra 4, pero -hasta hace días-
su suerte no era clara, debido al poder de los lobbies profesionales
sobre el gobierno de George W.Bush. Además, aun si el Senado aprobase
el texto, éste debería ir a una comisión armonizadora,
pues la cámara baja ya aprobó uno bastante más suave, apoyado
por Paul O´Neill. Entretanto, grupos de abogados y usuarios de servicios contables
salían en favor del proyecto senatorial, dadas sus posibilidades de acabar
con problemas sistémicos en la profesión y los conflictos de intereses
resultantes en crisis como las de Enron y subsiguientes.

Por otra parte, la Securities & Exchange Commission está
elaborando su propio esquema, que también prevé una junta supervisora
independiente. El senador Paul Sarbanes (demócrata, Maryland), auspiciante
del proyecto en su cámara y bête noire del "lobby"
profesional, ha subrayado varios puntos en común con la SEC. Mientras
tanto, la caída de varios CEO, la licuación de Arthur Andersen
y la nueva política de los "cuatro sobrevivientes" –PricewaterhouseCoopers,
Deloitte & Touche, Ernst & Young, KPMG-, tendiente
a abandonar la consultoría, hicieron que el senador "bushista"
Phil Gramm (Tejas) dejase de bloquear el proyecto Sarbanes.

El 18 de junio el comité de banca y finanzas pasó un anteproyecto
para reformar normas y prácticas contables. Entre otras cosas, impediría
que los estudios aprovechasen sus funciones auditoras para venderles a los clientes
servicios de consultoría y gestoría. Además, crearía
una junta supervisora con mayoría de expertos ajenos al negocio.

La propuesta fue aprobada por 17 votos contra 4, pero -hasta hace días-
su suerte no era clara, debido al poder de los lobbies profesionales
sobre el gobierno de George W.Bush. Además, aun si el Senado aprobase
el texto, éste debería ir a una comisión armonizadora,
pues la cámara baja ya aprobó uno bastante más suave, apoyado
por Paul O´Neill. Entretanto, grupos de abogados y usuarios de servicios contables
salían en favor del proyecto senatorial, dadas sus posibilidades de acabar
con problemas sistémicos en la profesión y los conflictos de intereses
resultantes en crisis como las de Enron y subsiguientes.

Por otra parte, la Securities & Exchange Commission está
elaborando su propio esquema, que también prevé una junta supervisora
independiente. El senador Paul Sarbanes (demócrata, Maryland), auspiciante
del proyecto en su cámara y bête noire del "lobby"
profesional, ha subrayado varios puntos en común con la SEC. Mientras
tanto, la caída de varios CEO, la licuación de Arthur Andersen
y la nueva política de los "cuatro sobrevivientes" –PricewaterhouseCoopers,
Deloitte & Touche, Ernst & Young, KPMG-, tendiente
a abandonar la consultoría, hicieron que el senador "bushista"
Phil Gramm (Tejas) dejase de bloquear el proyecto Sarbanes.

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