De lejos, el caso más serio –o mejor documentado- es el norteamericano. Steven Kandarian, director de la Pension Benefit Guarantee Corporation (PBGC, la corporación de garantía sobre jubilaciones) reveló al Senado que su déficit se ha doblado en 2002 a causa del desinfle bursátil y de pagos por US$ 11.300 millones, monto sin precedentes. Además, las obligaciones ascienden a 35.000 millones, contra activos por sólo 25.000 millones.
“Este déficit puede expandirse a mayor ritmo”, advirtió el funcionario. El objeto de la PBCG, creada en 1974, es actuar como “red de salvamento” para fondos jubilatorios de compañías que entren en concurso, quiebren, se achiquen o sean liquidadas y no tengan prestamistas de última instancia. Hacia marzo, solventaba beneficios por US$ 1.500 millones, aunque -por ley- no cubra 100% de los planes originales.
Aun así, Kandarian ha recomendado cambiar algunas reglas, porque la mera existencia del seguro induce a empresarios y gremialistas a diferir aportes cuando hay problemas. Esto transfiere los costos a empresas responsables y sus empleados, que luego optan por abandonar el sistema (acentuando su desfinanciamiento). Durante 2002, más de 270 firmas admitieron ante la PBCG que estaban incumpliendo por montos superiores a los US$ 50 millones. En esto, aunque con números diferentes, coincide la situación allende el Atlántico.
De lejos, el caso más serio –o mejor documentado- es el norteamericano. Steven Kandarian, director de la Pension Benefit Guarantee Corporation (PBGC, la corporación de garantía sobre jubilaciones) reveló al Senado que su déficit se ha doblado en 2002 a causa del desinfle bursátil y de pagos por US$ 11.300 millones, monto sin precedentes. Además, las obligaciones ascienden a 35.000 millones, contra activos por sólo 25.000 millones.
“Este déficit puede expandirse a mayor ritmo”, advirtió el funcionario. El objeto de la PBCG, creada en 1974, es actuar como “red de salvamento” para fondos jubilatorios de compañías que entren en concurso, quiebren, se achiquen o sean liquidadas y no tengan prestamistas de última instancia. Hacia marzo, solventaba beneficios por US$ 1.500 millones, aunque -por ley- no cubra 100% de los planes originales.
Aun así, Kandarian ha recomendado cambiar algunas reglas, porque la mera existencia del seguro induce a empresarios y gremialistas a diferir aportes cuando hay problemas. Esto transfiere los costos a empresas responsables y sus empleados, que luego optan por abandonar el sistema (acentuando su desfinanciamiento). Durante 2002, más de 270 firmas admitieron ante la PBCG que estaban incumpliendo por montos superiores a los US$ 50 millones. En esto, aunque con números diferentes, coincide la situación allende el Atlántico.