“Yukos no debe cesar de extraer, refinar ni exportar petróleo”, señala el gobierno para explicar su nueva cautela. No obstante, los arbitrajes del lunes demostraron que los operadores desconfían y temen un colapso en el abastecimiento: el WTO pasó a US$ 43,84 en Nueva York y el Brent a 40 en Londres. Vale decir, nuevos máximos nominales.
Por supuesto, el problema clave es que, antes de promediar agosto, la cuarta petrolera del mundo se quedará sin efectivo y caerá en insolvencia. De momento, la justicia no trabará tampoco a las subsidiarias Yuganskñeftyegas, Samarañeftyegas y Tomskñeft. Pero se sabe que los fiscales planean confiscar y vender la primera, la mayor filial del grupo.
En lo tocante a crudos, Yukos bombea 1.600.000 barriles diarios. Esto equivale a poco más de 2% del abastecimiento mundial. A su vez, Yugankñeftyegas representa 60% de la producción del grupo. Sea como fuere, el mercado está inquieto porque, como dicen algunos analistas, “a falta de un contrapeso político a las presiones del gobierno, nadie sabe cuál será el futuro de Yukos y sus componentes”.
“Yukos no debe cesar de extraer, refinar ni exportar petróleo”, señala el gobierno para explicar su nueva cautela. No obstante, los arbitrajes del lunes demostraron que los operadores desconfían y temen un colapso en el abastecimiento: el WTO pasó a US$ 43,84 en Nueva York y el Brent a 40 en Londres. Vale decir, nuevos máximos nominales.
Por supuesto, el problema clave es que, antes de promediar agosto, la cuarta petrolera del mundo se quedará sin efectivo y caerá en insolvencia. De momento, la justicia no trabará tampoco a las subsidiarias Yuganskñeftyegas, Samarañeftyegas y Tomskñeft. Pero se sabe que los fiscales planean confiscar y vender la primera, la mayor filial del grupo.
En lo tocante a crudos, Yukos bombea 1.600.000 barriles diarios. Esto equivale a poco más de 2% del abastecimiento mundial. A su vez, Yugankñeftyegas representa 60% de la producción del grupo. Sea como fuere, el mercado está inquieto porque, como dicen algunos analistas, “a falta de un contrapeso político a las presiones del gobierno, nadie sabe cuál será el futuro de Yukos y sus componentes”.