Pese a los vaivenes diarios, es la sexta tanda seguida de máximos –desde 1974/83- a valores nominales. Comparando, por supuesto, mercados “antiguos” (al contado en Amsterdam, por ejemplo) con los dos dominantes hoy (futuros sobre Nueva York para crudos tejanos, creado en 1983, y sobre Londres para Brent nórdico, que data de 1979).
Como el miércoles, los factores determinantes son el recrudecimiento de la guerra iraquí –que amenaza interrumpir exportaciones vía marítima- y el descenso de existencias estratégicas en EE.UU. También al igual de jornadas anteriores, los valores finales marcaban US$ 48,70 (WTO) y 43,55 (Brent).
En cuanto a reservas, el 9% de alza en importaciones no detuvo la reducción. En particular porque se agudizan incertidumbres sobre la suerte de Yukos en Rusia y la situación en Irak. Por el contrario, mejoran las perspectivas en Venezuela. Los valores desde el jueves corresponden a entregas en septiembre (Nueva York) y octubre (Londres).
El departamento federal de Energía (Washington) confirmó que las reservas de crudos, tras ceder 1.300.000 barriles durante la segunda del mes, estaban en 293 millones al viernes 13.
A poco de desatarse la “ofensiva optimista” del miércoles, el Institut Français du Pétrole informó que no descartaba precios de hasta US$ 80 el barril en 2005 (a dólares actuales), si se agrava el conflicto en Irak o se desestabiliza algún otro productor (por ejemplo, Rusia a causa de Yukos o Nigeria). La entidad proyectaba horizontes críticos presuponiendo una media de US$ 46,50 para el WTO esta semana.
Entretanto, la Cepal se manifiesta preocupada por las perspectivas petroleras en la región que los tecnócratas han rebautizado “América latina y Caribe”. A fines de 2003, el área representaba 10,6% de las reservas mundiales ubicadas, 13% de la producción (10.200.00 barriles diarios) y sólo 8,4% del consumo (6.400.000 b/d). Pero, igual, el alza de crudos es peligrosa para la zona.
Ocurre que el repunte beneficia, como es natural, a los países que son grandes exportadores –Méxivo, Venezuela, Trinidad-Tobago y pocos más-, pero perjudica al resto vía aumentos de precios. No sólo de combustibles sino de transportes y de productos en cuyos procesos los hidrocarburos son insumos. Eso se ve aun en Brasil o Argentina, que no son importadores grandes y exportan gas natural. El problema es que las petroleras trasnacionales tienden a elevar precios, aun en economías no dependientes de la importación, sólo para acompañar una tendencia mundial y mejorar utilidades.
A diferencia de ruedas previas, ayer Wall Street no pudo impedir una baja generalizada de paneles. Así, hubo pérdidas de 0,75% (Standard&Poor’s 500), 0,82% (Dow Jones industrial) y 1,05% (Nasdaq compuesto).
Pese a los vaivenes diarios, es la sexta tanda seguida de máximos –desde 1974/83- a valores nominales. Comparando, por supuesto, mercados “antiguos” (al contado en Amsterdam, por ejemplo) con los dos dominantes hoy (futuros sobre Nueva York para crudos tejanos, creado en 1983, y sobre Londres para Brent nórdico, que data de 1979).
Como el miércoles, los factores determinantes son el recrudecimiento de la guerra iraquí –que amenaza interrumpir exportaciones vía marítima- y el descenso de existencias estratégicas en EE.UU. También al igual de jornadas anteriores, los valores finales marcaban US$ 48,70 (WTO) y 43,55 (Brent).
En cuanto a reservas, el 9% de alza en importaciones no detuvo la reducción. En particular porque se agudizan incertidumbres sobre la suerte de Yukos en Rusia y la situación en Irak. Por el contrario, mejoran las perspectivas en Venezuela. Los valores desde el jueves corresponden a entregas en septiembre (Nueva York) y octubre (Londres).
El departamento federal de Energía (Washington) confirmó que las reservas de crudos, tras ceder 1.300.000 barriles durante la segunda del mes, estaban en 293 millones al viernes 13.
A poco de desatarse la “ofensiva optimista” del miércoles, el Institut Français du Pétrole informó que no descartaba precios de hasta US$ 80 el barril en 2005 (a dólares actuales), si se agrava el conflicto en Irak o se desestabiliza algún otro productor (por ejemplo, Rusia a causa de Yukos o Nigeria). La entidad proyectaba horizontes críticos presuponiendo una media de US$ 46,50 para el WTO esta semana.
Entretanto, la Cepal se manifiesta preocupada por las perspectivas petroleras en la región que los tecnócratas han rebautizado “América latina y Caribe”. A fines de 2003, el área representaba 10,6% de las reservas mundiales ubicadas, 13% de la producción (10.200.00 barriles diarios) y sólo 8,4% del consumo (6.400.000 b/d). Pero, igual, el alza de crudos es peligrosa para la zona.
Ocurre que el repunte beneficia, como es natural, a los países que son grandes exportadores –Méxivo, Venezuela, Trinidad-Tobago y pocos más-, pero perjudica al resto vía aumentos de precios. No sólo de combustibles sino de transportes y de productos en cuyos procesos los hidrocarburos son insumos. Eso se ve aun en Brasil o Argentina, que no son importadores grandes y exportan gas natural. El problema es que las petroleras trasnacionales tienden a elevar precios, aun en economías no dependientes de la importación, sólo para acompañar una tendencia mundial y mejorar utilidades.
A diferencia de ruedas previas, ayer Wall Street no pudo impedir una baja generalizada de paneles. Así, hubo pérdidas de 0,75% (Standard&Poor’s 500), 0,82% (Dow Jones industrial) y 1,05% (Nasdaq compuesto).