Unión Europea: ¿regresión hacia acuerdos bilaterales?

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La ola de designaciones conservadoras en la Comisión Europea puede perjudicar el acuerdo con el Mercosur. Peter Mandelson, comisionado del ramo (asume en noviembre) tratará de negociar fuera de la Organización Mundial de Comercio.

Dicho de otro modo, la CE intentará plegar a la postura proteccionista de Estados Unidos y Japón. En una declaración formal ante el Parlamento Europeo –donde la “derechización de la UE y la CE crea serios temores-, Mandelson sostiene que las negaciones multilaterales seguirán siendo prioritarias “aunque no debieran implicar menos esfuerzos de tipo bilateral”.

Sólo que el futuro funcionario piensa en la declinante Comunidad Andina o el Mercado Común Centroamericano, un grupo de pequeñas economías muy influido desde Washington. ¿Y el Mercosur? No lo menciona en el escrito a los legisladores, pero se sabe que el próximo comisionado tiene dudas sobre el carácter de la entidad.

En verdad, no está claro si el Mercosur es realmente una zona de libre comercio o –como parece- una mera unión aduanera. En privado, el antecesor de Mandelson, Pascal Lamy (multilateralista, salvo en lo agrícola) cree que, sin Chile, la asociación carece de substancia. Paraguay es una minieconomía primaria y Uruguay tiene sólo tres sectores activos: turismo, el negocio financiero extraterritorial y la industria láctea. Ambos muestran notable subconsumo.

Hay riesgo de que el reemplazo de Lamy signifique un quiebre en la política comercial de la UE. El francés siempre se ha negado a contactos bilaterales o regionales, mientras no se concluyan las negociaciones de la accidentada ronda Dohá. Debieran terminar en diciembre, pero nadie cree que lo hagan hasta fin de 2006. En tal caso, Mandelson estaría apostando al fracaso de la ronda y, por ende, de la propia OMC.

En otro plano, la postura del futuro comisionado refleja el sesgo pronorteamericano que marca a la nueva cúpula de la UE y la CE, donde priman funcionarios adictos a la banca y el sector privado. En ese sentido, su perfil ideológico se acerca a los del Fondo Monetario Internacional o el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial). En verdad, EE.UU. ha desafiado a la ONU firmando acuerdos bilaterales con Chile, Marruecos, Australia, Bahráin y los centroamericanos.

Es más: Washington proyecta áreas de libre comercio en el continente americano, el sudeste asiático y África meridional. Allegados a Bruselas suponen que Mandelson quiere contrapesar el activismo norteamericano vía una alianza con la Comunidad de Estados Independientes (CEI, Rusia y casi toda la ex Unión Soviética).

Dicho de otro modo, la CE intentará plegar a la postura proteccionista de Estados Unidos y Japón. En una declaración formal ante el Parlamento Europeo –donde la “derechización de la UE y la CE crea serios temores-, Mandelson sostiene que las negaciones multilaterales seguirán siendo prioritarias “aunque no debieran implicar menos esfuerzos de tipo bilateral”.

Sólo que el futuro funcionario piensa en la declinante Comunidad Andina o el Mercado Común Centroamericano, un grupo de pequeñas economías muy influido desde Washington. ¿Y el Mercosur? No lo menciona en el escrito a los legisladores, pero se sabe que el próximo comisionado tiene dudas sobre el carácter de la entidad.

En verdad, no está claro si el Mercosur es realmente una zona de libre comercio o –como parece- una mera unión aduanera. En privado, el antecesor de Mandelson, Pascal Lamy (multilateralista, salvo en lo agrícola) cree que, sin Chile, la asociación carece de substancia. Paraguay es una minieconomía primaria y Uruguay tiene sólo tres sectores activos: turismo, el negocio financiero extraterritorial y la industria láctea. Ambos muestran notable subconsumo.

Hay riesgo de que el reemplazo de Lamy signifique un quiebre en la política comercial de la UE. El francés siempre se ha negado a contactos bilaterales o regionales, mientras no se concluyan las negociaciones de la accidentada ronda Dohá. Debieran terminar en diciembre, pero nadie cree que lo hagan hasta fin de 2006. En tal caso, Mandelson estaría apostando al fracaso de la ronda y, por ende, de la propia OMC.

En otro plano, la postura del futuro comisionado refleja el sesgo pronorteamericano que marca a la nueva cúpula de la UE y la CE, donde priman funcionarios adictos a la banca y el sector privado. En ese sentido, su perfil ideológico se acerca a los del Fondo Monetario Internacional o el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial). En verdad, EE.UU. ha desafiado a la ONU firmando acuerdos bilaterales con Chile, Marruecos, Australia, Bahráin y los centroamericanos.

Es más: Washington proyecta áreas de libre comercio en el continente americano, el sudeste asiático y África meridional. Allegados a Bruselas suponen que Mandelson quiere contrapesar el activismo norteamericano vía una alianza con la Comunidad de Estados Independientes (CEI, Rusia y casi toda la ex Unión Soviética).

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